Cuando
la raza humana, en su senilidad, pierda la imaginación y se entregue a un
exclusivo racionalismo, la muerte del mito será seguida después por la muerte
de la razón misma (Frederick Clarke
Prescott)
Moisés salvado de las aguas. Rafael |
Uno de esos fragmentos era el
episodio en que Ulises engaña a Polifemo. Dice llamarse Nadie, lo emborracha, le clava una
estaca ardiente en el ojo y consigue escapar junto con sus compañeros. Ese día me
nació el ansia de leer la historia completa de aquel héroe. Aún tardaría años
en enfrentarme, cara a cara, con los textos homéricos, pero mi fascinación por
los clásicos, sin embargo, ya había prendido.
Según avanzaba mi experiencia como
lector, me convencía más de que (y estas palabras me las dijo hace unos días mi
compañera Lola Ruiz) en la actualidad no hay historia o personaje
que no se haya asomado en un clásico anteriormente. No es que los clásicos
vuelvan constantemente, es que viven con nosotros. Esa es su grandeza. Nada nuevo
hay que no aparezca en la Ilíada o
en la Odisea, porque el paisaje y el
mundo que rodean al hombre pueden cambiar constantemente, pero el hombre en sí
no ha sufrido apenas cambio o evolución. Y Francisco Rico afirmaba recientemente que el Quijote atrae porque la vida de los hombres es hacerse ilusiones
que en general no van a conseguir.
Basta un somero repaso de las
grandes obras para comprobar esta continua presencia de los clásicos y la
posibilidad de reelaborar los mitos sin que sufran menoscabo. Romeo
y Julieta es una actualización del mito babilónico de Píramo y Tisbe; La Celestina tiene bastantes concomitancias con el Pamphilus;
la conversión de Alonso Quijano en don Quijote la explica el ansia por recuperar
un mundo perdido, lo que vemos muy pronto, nada más oír su discurso sobre la
edad de oro.
No es preciso alejarse mucho en el
tiempo. La bella y la bestia, historia que se suele considerar originaria
de Francia, no es sino una reelaboración de los amores de Cupido y Psique, que ya
nos narró Apuleyo. Y, en nuestros
propios días, un documental, El legado de Star Wars, justifica el
paralelismo de la saga galáctica con las obras de Homero y con determinados mitos de la antigüedad. Esto podría
cerrar (o abrir) cualquier debate. Cojamos el camino que cojamos, siempre tendremos
un argumento en favor de la actualidad de los clásicos.
Lucha entre Tretren Vilu y Caicai |
Azorín
dijo: un autor clásico no será nada, es
decir, no será clásico, si no refleja nuestra sensibilidad. Nos vemos en los
clásicos a nosotros mismos. Por eso, los clásicos evolucionan; evolucionan según
cambia y evoluciona la sensibilidad de las generaciones. Un autor clásico es un
autor que siempre se está formando. No han escrito las obras clásicas sus
autores; las va escribiendo la posteridad. Y Bertolt Brecht: La
reelaboración de las antiguas obras clásicas parte de la concepción de que el
género humano ha conservado aquellas obras que marcaron sus progresos en el
sentido de una humanización cada vez más fuerte, más sensible y más
inteligente. La reelaboración, por tanto, acentúa las ideas progresistas de las
obras clásicas.
La reelaboración de los mitos es
incesante. El del diluvio universal, que ya encontramos en el Poema
del Gilgamesh y se repite en el Génesis con la historia de Noé, reaparece en Grecia con la de Deucalión y Pirra y en el mito araucano de Trentren
Vilu y Caicai. Y podríamos
seguir aportando ejemplos, aunque no lo considero necesario.
La continua actualidad de los mitos
y los clásicos se manifiesta en esta anécdota de Juan Goytisolo. Invitado a dar un curso de literatura en una
humilde universidad del Bronx para estudiantes puertorriqueños, le aconsejaron
que hablara solo de autores de la isla. Goytisolo
contestó que pensaba hablar de La Celestina. Le respondieron: “Al
tercer día ya no tendrá ni un alumno”. Goytisolo
llegó a clase, distribuyó ejemplares de la obra de Rojas entre los alumnos y dijo: El
autor de esta obra tenía la edad de ustedes cuando la compuso. Como ustedes,
era súbdito de la mayor potencia imperial de la época y pertenecía igualmente,
como ustedes, a una minoría discriminada. El libro es la tragedia de un amor
enfrentado a las normas y valores de una sociedad tradicional rígida. El
curso, confiesa, fue un éxito.
Leucotea entrega su velo a Ulises. John Flaxman |
La lista de reelaboraciones de la Odisea
es larga: Joyce, Tennyson, Cavafis… Los españoles Torrente Ballester, Gala, Buero Vallejo… Ahora vengo yo con otra
actualización del tema, No tendrías que haber vuelto. Aunque
la historia que cuento no puede negar la influencia de la Odisea, aun siendo muy
actual, sus páginas son prueba de mi fascinación por otros muchos clásicos,
antiguos y modernos. El próximo jueves 3 de marzo, a las 19:00 horas, en el Centro Andaluz de las Letras, de
Málaga, tendremos una charla coloquio sobre El eterno regreso del mito.
Me siento halagado por poder contar, como maestros de ceremonias, con el poeta
y profesor de la Universidad de Málaga Francisco
Ruiz Noguera y mi compañera Elena
Picón García. Desde aquí, ya comienzo a darles las gracias.
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