Ya no irás, Rosa del alma,
sentada tras de mi silla
baquera y sobre mi tordo
a la feria de Lebrija.
Ni embosaos, yo en mi capa
y tú, Rosa, en tu mantilla,
iremos ya a Puerta é Tierra
a merendá pescaíyas
vivitas, con aceitunas
gordas, morás y partías.
(Manuel M. de Santa Ana)
Nos quedamos en el apunte anterior
sin comentar algunas expresiones en las que el color tiend a manifestar una
valoración negativa de lo que se dice.
Pasarlas moradas es una de ellas. No
creo que haya quien no la conozca y no la haya empleado alguna vez. El Diccionario
de la Academia señala que con esta
locución se da a entender que alguien se encuentra en una situación difícil,
dolorosa o comprometida. De lo que ya no nos informa ese diccionario, y creo
que tampoco otros, es de las vicisitudes por las que ha pasado la expresión y de
cuál pueda ser su origen. Porque, vamos a ver, le digo a Zalabardo, ¿por qué
alguien que se halle en una situación difícil las va a estar pasando
moradas?
Pedro
Álvarez de Miranda, académico y bibliotecario de la RAE nos ayuda a resolver la duda. Creo que ya lo trata en un libro
reciente, Más que palabras, que no conozco; pero sí leí su argumentación
en su sección Rinconete, de la página del Instituto Cervantes. Nos explica, primero, que pasarlas moradas no es
sino una deformación de pasar las moradas, formas que,
fácilmente se aprecia, suenan exactamente igual al oído. Pasar las moradas, la
forma clásica, es lo que llevó a más de uno, y Sender se valió de ello para el episodio de La tesis de Nancy que citaba,
para relacionar la locución con el libro de santa Teresa de Jesús, que no tiene nada que ver en este asunto.
Pero aportando numerosísima
documentación, Álvarez de Miranda
llega a la conclusión de que la expresión original es de origen andaluz —Cecilio Benítez incluso llega a decir
que sevillano— y que hacía alusión al padecimiento de quienes sufrían tal
penuria que no tenían para alimentarse más que aceitunas y pan. En esa exposición
suya nos enteramos también, y lo corroboran bastantes textos de que en sus
orígenes la expresión era más compleja, pues lo que se decía era pasarlas
con las morás y las partías, es decir, con lo que hubiera.
¿Y de dónde viene eso de calificar a
la prensa sensacionalista, que se vale de titulares llamativos y que, además se
solaza con informaciones escandalosas o de sucesos como amarilla? Parece que la
costumbre surgió a finales del siglo xix
y que la razón hay que encontrarla en el enfrentamiento de dos periódicos
americanos, el New York World, de J.
Pulitzer y el New York Journal, de W.
R. Hearst, por atraerse el favor del público. Hay quien habla del tono del
papel utilizado y cosas así; pero lo cierto es que la explicación es más fácil.
En ambos periódicos se publicaron unas tiras cómicas y críticas de Richard F. Outcault en las que había un
personaje que alcanzó enorme popularidad: The Yellow Kid, El chico amarillo. Por
eso, a partir de ellos, a cualquier publicación que se basaba en contenidos y
tratamientos sensacionalistas se le comenzó a llamar prensa amarilla.
Y nos queda el negro. Es posiblemente el
color que mayor número de expresiones ha dado y creo, le digo a Zalabardo, que
no cuesta comprenderlo. El negro lo asociamos con la oscuridad,
con la dificultad, con lo desfavorable. Tener la negra o tocarle
a uno la negra, expresiones con las que indicamos que algo nos ha
salido mal o que hemos padecido alguna gran dificultad o revés, que tenemos
mala suerte, tiene un origen muy remoto. Ya en Grecia y en Roma se resolvían
algunas cuestiones recurriendo a meter en una bolsa unas habas o piedrecitas blancas
entre las que se colocaba una de color negro. Quien sacase de la bolsa esta
última era el perdedor del litigio que se mantuviese.
Para el curioso, recomiendo el
artículo Expresiones eufemísticas en la prensa diaria, de Roberto Olaeta y Margarita Cundín, ambos de la Universidad
del País Vasco, que se publicó en el volumen Discurso y sociedad
(2008) de la Universidad Jaume i. Ahí hallamos, entre otras, la expresiones
estar
negro, ‘estar enfadado’; pintarlo todo negro, ‘verlo todo
desde el lado más negativo’; tenerlo negro, ‘tener difícil conseguir
algo’; verlo todo negro, ‘adoptar una actitud pesimista’; verse
negro, ‘tener dificultades’…
Y como ahora llegan unos días de
ajetreo y continuadas reuniones familiares, le digo a Zalabardo que nos
tomaremos un descansito hasta que pase las fiestas. En tanto, deseamos a quien
nos lea que lo que emprendan les salga de color de rosa, porque no
todo va a ser negativo.
1 comentario:
Gracias por la explicacion! Todavia hay una cosa que tengo clara y es el significado de pasar las moradas, la frase original. Que significa esto?
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