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La Alberca |
Los
pueblos y la gente
…El Cabaco, carboneros. Para ladrones, la Nava.
El Maíllo no lo cuento, tampoco la Casa Baja.
Donde se encierra la nieve es en la Peña de Francia.
Monforte, los mortereros, Mogarraz para la fanfarria…
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Mogarraz |
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Miranda del Castañar |
Así
canta parte de un romance popular que aún se oye en la Sierra de Francia. Cuando
pregunto por qué llaman a Mogarraz pueblo de la fanfarria, Plácido (Pracidín,
para sus vecinos), respondió con viveza: “Porque somos muy fanfarrones”.
Peculiares son la gente de estos pueblos, como peculiar es su arquitectura.
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La Alberca |
Las
casas siguen un esquema rígido: planta baja, dos plantas más y un sobrado con
balcón corrido. Los muros de la planta baja se hacen con sillares y granito; el resto suele
presentar muros formados por gruesas vigas de madera geométricamente entramadas,
tramones, que se rellenan de piedra y barro sin enlucir. En algunos casos, se
usan gruesos adobes regulares. Tienen tejado y aleros voladizos y cada planta
sobresale un poco sobre la inferior por lo que, aparte de robar luz a las
calles, dan la impresión de que van a caer de un momento a otro.
Pero,
eso me dijeron, no siempre ha sido así y la casa serrana más típica presenta
pareces enlucidas, predominando, junto al blanco, un ocre más o menos
anaranjado o rojizo. Lamentablemente, son pueblos en los que muchas casas están
cerradas o en ruinas.
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Sequeros |
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San Martín del Castañar |
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San Martín del Castañar |
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San Martín del Castañar |
Pero
sus habitantes se sienten orgullos de ser como son. No se consideran extremeños
ni castellanos y se llaman a sí mismos serranos. Amables y acogedores, es fácil
entablar conversación con ellos. Podría contar el caso de Magdalena, que nos
hablaba de sus viajes a Barcelona, a Granada o a Sevilla, de donde recordaba
haber visto la Giralda, la Torre del Oro, los Reales Alcázares y… El Corte
Inglés. Una señora de La Alberca nos contaba divertida cómo su madre, o su
suegra, de más de 90 años, cayó una vez por las complicadas escaleras de acceso
a la casa y rodó hasta la casa de enfrente sin romperse ningún hueso, aunque,
eso sí, quedó bastante “mallugada”.
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Mujer de La Alberca |
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Magdalena |
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Luis Parras, Mogarraz |
El caso más divertido, el de Luis Parras, nacido en 1932. Sentados en un banco de
piedra, resguardados del sol, nos decía que algunos de los retratados que nos
miran desde las fachadas de las casas (ya hablaré de eso) eran de parientes
suyos. Y de pronto, sin saber porqué, a su cabeza acudieron recuerdos de su
niñez y de un maestro gallego, don Licinio,
que le pegaba mucho. “No crean que por travieso o mal estudiante”. Le preguntamos
y nos aclaró la duda: “Es que yo era zurdo. Y cuando nos ponían a cantar el Cara al sol, había que levantar el brazo
derecho. Pero como yo era zurdo, no me daba cuenta y levantaba el izquierdo.
Entonces, don Licinio venía y me pegaba un tortazo”. Le dije: “Pues tenga
cuidado, que mañana es 18 de julio”. Y nos echamos a reír.
Sin
embargo, a veces se los ve absortos, erráticos, con la mirada extraviada. La población
decrece a pasos agigantados: los jóvenes se marchan y apenas se ven niños en
sus calles.
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