sábado, noviembre 02, 2024

HABER ROPA TENDIDA

 


Leo un artículo de Raquel Peláez, Ropa tendida, en el que relaciona esta expresión con una novela del mismo título, cuyo autor es Óscar García Sierra y confieso a Zalabardo que me sorprende la explicación que la periodista da a la expresión: «’Tener ropa tendida’ se usa en ciertos círculos para avisar al que acaba de ir a un baño a meterse un tiro de que aún le quedan restos blancos de droguita en las fosas nasales y, si no lo remedia, todo el mundo se dará cuenta de que ha consumido una sustancia ilegal».

            Mientras preparo este apunte, me entero de que existe otra novela, esta de Eva Puyó, con el mismo título. Sinceramente, no conozco ninguna de las dos, ignoro sus argumentos y nunca oído la explicación que de tener ropa tendida ofrece la periodista. En cambio, sí conozco, pues es muy común y bastante antigua, la expresión haber ropa tendida, que significa una cosa muy diferente.

            Le digo a Zalabardo, que, por razones más o menos conocidas, se dan casos de utilizar expresiones que, o bien se emplean mal en su forma o bien se interpretan de manera equivocada. Por ejemplo, en algún lugar se oye que hacer un 3-14 es engañar a alguien desconocedor del tema de que se habla. Se dice tal cosa porque se relaciona erróneamente la expresión con el número pi cuando nada tiene que ver una cosa con la otra. Lo correcto es hacer un 13-14, broma que se daba en los talleres mecánicos a los aprendices al pedirles una llave fija de tal número cuando sabido es que tales llaves se clasifican, en razón de su tamaño, asignándoles un doble número, primero uno par, seguido de otro impar ―4-5, 10-11, 12-13, 14-15…― por lo que encontrar una 13-14 es de todo punto imposible.

            Otras veces, es el desconocimiento de una palabra lo que nos arrastra a confundirla con otra que sí conocemos. Eso pasa con la expresión destornillarse de risa, incorrecta porque nada tiene que ver con tornillo, sino que la forma adecuada es desternillarse de risa, pues se pensaba que reírse de manera exagerada podía provocar la rotura de las ternillas o ligamentos que unen las mandíbulas.

            Tener ropa tendida, con el significado que le da Raquel Peláez, es expresión que no encuentro en ninguna otra parte más que en su artículo. No niego que pueda existir dicho uso en esos ambientes de que ella habla. En tal caso, nos encontraríamos ante esa situación en la que un uso lingüístico vive en el ámbito del habla antes de haber sido recogido en la escritura.

 


           No pasa lo mismo con haber ropa tendida, esta sí bastante frecuente y bien conocida. Manuel Seco, en su Diccionario fraseológico documentado del español, la define como «Estar presente personas ante las cuales conviene hablar con cautela». Es, pues, un coloquialismo que aconseja discreción en el hablar cuando se considera que hay delante personas que no deben enterarse. Además, tiene una extensión y variedad mayor de lo que podríamos pensar. En México tienen haber pájaros en el alambre; en Honduras se habla de haber trapo tendido; y no sé bien dónde se dice haber un buey en la vía.

            Zalabardo y yo hemos dedicado un tiempo a una búsqueda que ha resultado infructuosa, pues no encontramos ningún uso relacionado con la droga. Tampoco encontramos cuál pudiera ser el origen exacto de la expresión. Nos parece poco fiable la opinión ―que bastantes mantienen― de que surge cuando se quiere evitar alguna conversación en presencia de niños, que suelen ser curiosos y repiten lo que han oído. Incluso leemos que se emplea cuando, en presencia de niños, se habla de temas sexuales. Más lógica parece la interpretación del paremiólogo José María Sbarbi, que sostiene que apareció en ámbitos carcelarios, cuando un interno colgaba a la vista de los demás alguna prenda para así avisar de que se acercaba un guardián de la prisión. De ahí pudo muy bien pasar al habla y, si unos presos hablaban de algo que querían mantener oculto y veían aproximarse a un vigilante, alguno de ellos avisaba: «Silencio, que hay ropa tendida», señal de que había que cambiar de tema en la conversación.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Algo así como que "hay moros en la costa ". Muy agudo tu Zalabardo.