sábado, septiembre 14, 2019

SI LO FUERA SABIDO…

            Mientras comentábamos la desgraciada muerte de Blanca Fernández Ochoa, se me quejaba Zalabardo de la facilidad de los medios para convertir una tragedia en espectáculo. Hasta en la manera de hablar gustan de hozar entre los males ajenos. Recordé que Fernando Lázaro Carreter censuraba al periodismo su “lenguaje apartado del llano corriente y vadeable.” Y acusaba a la Administración de usar “una lengua que atenta contra el común sentir idiomático.” La reportera de un informativo de televisión presente en el tanatorio de Cercedilla iniciaba su intervención con: En efecto, nos encontramos a las puertas de este tanatorio donde estaría el cuerpo de… Me quedé perplejo. Si el cadáver de la esquiadora había sido trasladado ya, lo pertinente era está o ha sido conducido; y, en caso que de haberse efectuado dicho traslado, correspondía usar no ha llegado aún, será traído o algo por el estilo.
            Estos descuidos son frecuentes. Otro reportero televisivo afirmaba en fecha no lejana que el representante de un partido iba a proponer una propuesta al representante de otro. No cabe mayor redundancia. Una propuesta se plantea, se expone, se manifiesta, se ofrece, se medita, se rechaza, se estudia… Pero sobra decir que se propone.
            Lázaro Carreter rechazaba ese estaría por considerarlo uso inadecuado del llamado condicional de rumor surgido como rendición ante modos de expresión de origen francés. Y Álex Grijelmo se quejaba el domingo pasado de que en Pamplona se anunciase un festival con el nombre de Flamenco on Fire, anglicismo con el que no queda muy claro qué es lo que se anuncia. Grijelmo no critica la existencia de anglicismos, sino la ligereza con que se imponen muchos que son innecesarios.
            Habría unas doscientas personas, Si lo supiera, te lo diría, ¿Podría hacerle una pregunta? o Marchó a Nueva York, de donde regresaría varios años después son formas correctas porque expresan incertidumbre, condición, cortesía o modestia o futuro del pasado. Pero no tiene sentido decir Se calcula que habrían muerto treinta personas en el accidente o El presidente estaría pensando en una remodelación del Gobierno, porque es más adecuado parece ser…, se dice… o aseguran
            Le digo a Zalabardo que el problema no es solo el empleo de ese condicional más o menos válido o de que haya más o menos anglicismos. Hablando de las fuertes lluvias de estos días, leemos u oímos todo este agua (en lugar de toda esta), el agua ha entrado dentro (es imposible entrar fuera) y frases parecidas. O vemos cómo navarros y vascos dicen Si tendría dinero, me compraría un coche mayor, donde lo que corresponde es el subjuntivo tuviera

            El problema, sigo diciéndole a mi amigo, en la cantidad de personas que, cometiendo o viendo naturales estos deslices, sin embargo, se mofan y califican de vulgarismos la alternancia ustedes/vosotros del sistema pronominal andaluz o ese pluscuamperfecto de subjuntivo que oímos en Si lo fuera sabido, te fuera ayudado, que también se da en nuestra tierra y algunas regiones colindantes. Esta actitud deja patente el craso desconocimiento del instrumento con que trabajan por parte de no pocos profesionales.
            Pero peor aún me parece que los propios andaluces consideren incorrectas o vulgares estas formas. Podemos hablar de su mayor o menor difusión, de si se alejan más o menos del español normativo; pero nunca de incorrección, ya que tanto la confluencia ustedes/vosotros como el empleo de ser como auxiliar en lugar de haber se explican perfectamente recurriendo a la gramática histórica.
            Zalabardo sabe que rehúyo la exposición erudita y prefiero sencilla explicación. Cosa que han hecho Rafael Lapesa, hace ya algunos años, y, más recientemente, los componentes del grupo de trabajo El español hablado en Andalucía, de la Universidad de Sevilla. Coinciden en que no se sabe bien cómo y cuándo se produjo con exactitud el proceso del que hablamos, aunque sí explican la razón.
            Respecto al pronombre, hubo un momento en el que vos y comienzan a confundir sus referencias como formas de tratamiento. Por eso apareció usted para sustituir al antiguo vos. Según Lapesa, en unas zonas se optó por un sistema tú / usted, para singular, y vosotros / ustedes, para el plural. La forma de respeto se utiliza con verbo en 3ª persona (Usted sabe bien). Pero en otras zonas, por ejemplo Andalucía, se mantuvieron (no de modo total) las formas del singular mientras que, en plural, vosotros se vio suplantado por ustedes, aunque manteniendo la 2ª persona del verbo (Ustedes sabéis). Añade Lapesa que, en América, la lejanía permitió con facilidad el triunfo de usted y ustedes que en Andalucía no se completó, así como la implantación del voseo.
            ¿Y qué pasa con si fuera sabido? Antonio Narbona y sus compañeros del grupo El español hablado en Andalucía hacen un magnífico repaso sobre cómo en el español medieval ser compartía el valor de verbo auxiliar junto con haber. Dan numerosos ejemplos, como entrados son a Molina (por han entrado en Molina) o el invierno es exido (ha terminado), ambos en el Poema del Cid o aquel señor mio es ido (se ha ido), en La celestina. Con el tiempo, ser quedó como auxiliar de la pasiva y haber quedó como único auxiliar de la conjugación activa. Salvo en el caso extraño del andaluz, que conservó ese arcaísmo solamente en el pluscuamperfecto de subjuntivo: Si fuera venido… Porque no debe olvidarse que el andaluz es una modalidad hablada repleta de arcaísmos. Pienso, por ejemplo, en mi pueblo y en mi madre que, cuando me veía flojo y decaído, me decía: Anda, niño, que parece que estás ajilao. Ese ajilao no es otra cosa que el participio de ahilarse, ‘desmayarse de hambre’, que recoge Covarrubias en su diccionario de 1611. También son arcaísmos afrecho, ‘salvado’, quincana, ‘bolsa en que el campesino lleva su comida’, orilla, ‘tiempo atmosférico’, y muchos más. Que vayan quedando desusados no los convierte en incorrectos ni vulgares.
 
           Mi defensa de los casos citados, aclaro a Zalabardo, no justifica, de ninguna manera, la aparición de conductas esperpénticas como la del mijeño Huan Porrah, traductor al andaluz de El principito o la del granadino Alfredo Leyva, autor de El habla malagueña, con una traslación bilingüe malagueño-español. Con todos mis respetos, estas personas ni saben lo que es el andaluz ni lo que es el español.

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