domingo, diciembre 31, 2006

LO MÁS DE LO MÁS

31 de diciembre. Otro año más que se acaba. ¿O sería más real decir que somos nosotros los que nos vamos acabando, poco a poco, según trancurre esa fantasía que denominamos tiempo. Pero mejor no adentrarse por esos vericuetos. Hoy, conjuntamente con Zalabardo, he pensado sumarme a los diferentes actos festivos con que despedimos un año y recibimos otro. Comer en familia, tomar las uvas, brindar con cava. ¿Qué puedo decir que no sepáis?
De este cierre de un año y apertura del siguiente, siempre me ha llamado la atención el interés por hacer listas de lo más destacado a juicio, por lo general, de quien confecciona la lista. Pero, sea como sea, la verdad es que mucha gente espera que tales listas comiencen a aparecer para, en unos casos, orientar sus propias listas de regalos pendientes; en otros, para usar los datos en próximas conversaciones y ofrecerlos como juicios propios.
Hace unos días leía un reportaje sobre las seis mejores novelas españolas de 2006. ¿Por qué seis? ¿Por qué no diez? ¿Por qué no, simplemente, la mejor? Tengo que reconocer, en este caso, que, de las seis, solo conozco una, La fortuna de Matilda Turpin, de Álvaro Pombo, que me han regalado el día de Navidad. He de decir, por otra parte, que cada día atiendo menos las novedades literarias y miro más hacia atrás, concediendo mayor espacio a las relecturas. Ahora, por ejemplo, estoy ocupado con Las olas, de Virginia Woolf y, no hace mucho, volví a leer Las uvas de la ira, de Steinbeck. Será cosa de los años, pero cada vez me cuesta más encontrar una lectura que me entusiasme. No es cuestión de exigencias, son los años, repito.
Esta misma tarde, en la radio, escuchaba algo semejante, pero referido a la música. No se trataba de varias, el locutor hablaba solo de la mejor canción de 2006. Naturalmente, a juicio de quien hablaba. Concedía este honor a Spanish generation, de Concha Buika. Tengo que coincidir, en este caso, en dar tal crédito, es mi juicio, a la intérprete, aunque no sé si a la composición. Buika, creo, es de las pocas personas políticamente incorrectas que van quedando en un mundo donde todos nos preocupamos tanto por las formas.
Por fin, aunque no para este final de año, sino para conmemorar el Día del Libro de 2006, la Escuela de Escritores, ignoro quienes constituyen tal organización, que conocí a través de internet, propusieron la elección de la palabra más bella del castellano. Recibieron 41.022 votos que se repartieron entre 7.130 palabras. La vencedora recibió un total de 3.364 votos (más o menos un 8 % del total). ¿Qué palabra fue esta? Amor. ¿Cuáles fueron las diez más votadas?: junto a la ganadora, libertad, paz, vida, azahar, esperanza, madre, mamá, amistad y libélula. Si tuviera que votar entre ellas, me quedaría con la última. Zalabardo y yo enviamos nuestra elección: sahumerio. Y como había que explicar las razones dijimos: por el sonido sibilante, como el viento, de su inicio; por el misterio de la h muda; por el aroma a alhucema enredado en sus cuatro sílabas y por el valor cabalístico de sus cinco vocales. Tuve la curiosidad de comprobar si alguien más elegía esta palabra; en total hemos sido cuatro.
Para final, no queda sino recurrir al tópico, aunque con la esperanza de que lo expresado se haga verdad: que el año próximo sea bueno para quienes hayan tenido un 2006 regular o malo. Y para quienes lo hayan tenido bueno, que la cosa continúe. Felicidad para todos.

sábado, diciembre 30, 2006

IRRACIONALIDAD

No pensaba retomar los apuntes en esta agenda hasta la entrada del año nuevo, pero Zalabardo me dice que hoy no es un día para quedarse callado. Y creo que tiene razón. Esta noche pasada ha sido ajusticiado Sadam Hussein. Zalabardo y yo lo hemos hablado muchas veces y hoy hemos vuelto sobre el tema. Si ya consideramos incomprensible cualquier muerte a manos de otra persona, ¿qué decir de aquella muerte fría, irracional, ciega que pretende justificarse tras las mal llamadas razones de Estado? ¿Cómo en la época en que vivimos alguien puede hallar justificable la pena de muerte? Podríamos echar la culpa de esta a Bush, pero ¿cuántos dirigentes, incluidos los nuestros, han hecho algo por tratar de evitar la de Sadam y, por extensión, cualquiera de las muchas penas de muerte que aún se practican en el mundo?
A esta noticia, esta mañana le siguió la explosión del coche bomba en Barajas que significa el fin de la tregua de ETA. ¿Hasta dónde debe llegar la intransigencia y la ceguera para cometer actos como este? Ninguna idea justificará nunca la muerte de un hombre, ninguna idea, por elevada que sea, valdrá nunca lo que vale la vida de un hombre. En el atentado de esta mañana pueden haber muerto dos personas inocentes, aunque siempre los muertos serán inocentes. El terrorismo no solo es ciego, intransigente e irracional; también es cobarde, pues actúa desde el ocultamiento contra personas inocentes.
En Salamanca, hace unos días, unos políticos del PP han evitado que salga adelante la moción que pretendía rehabilitar la figura de Unamuno, despojado de su acta de concejal y destituido de su cargo de rector tras su enfrentamiento con Millán Astray en octubre de 1936. Sí, fue en aquel acto en que Unamuno dijo aquello de "Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis" y el general legionario gritó lo de "¡Viva la muerte! ¡Muera la inteligencia!" ¿Se puede mantener una actitud de odio hacia alguien durante 70 años? Eso es intransigencia.
Eso es intransigencia, repito. Cuando se me presentan estas situaciones entiendo menos otras. Como el enfado de Andrés, el viejo de la colina, por mis palabras de días atrás. Siento que las malinterpretara y me tildara de intransigente por el simple hecho de que yo mostrara mis dudas respecto a que sea quien dice ser. Dudas, dicho sea de paso, que aún tengo, sin que ello signifique nada más. Es como si cuando él dice ser de Benalmádena yo expusiera que lo creía de otro lugar, como, por ejemplo, Parauta o Ronda, por decir algo. No se nos enfade usted, le digo como ya le dijo alguien, y si encuentra algún placer en leer estas notas, léalas, que yo se lo agradezco de corazón; y diga lo que quiera, que nadie se lo reprochará, pues nada malo hay en enfrentar las ideas. Intransigencia hay en quienes aplican la pena de muerte; intransigencia hay en quienes ponen bombas de manera indiscriminada; intransigencia hay en quienes mantienen sus odios después de 70 años. Zalabardo me sugiere que termine diciendo que ojalá todos los conflictos existentes en el mundo fuesen como el que nos traemos usted y yo.

jueves, diciembre 21, 2006

HASTA DENTRO DE UNOS DÍAS

Lo hemos decidido de mutuo acuerdo y tengo que decir que la iniciativa, se crea o no, ha partido de Zalabardo. Llevamos desde el mes de agosto, día a día (con escasísimas ausencias), dejando en las hojas de esta agenda nuestras impresiones sobre cuestiones diversas. Pues bien, digo que hemos acordado concedernos unos días de vacaciones. No muchos, solo los suficientes para reponer un poco las pilas. Eso de tener que buscar un tema cada día y procurar desarrollarlo de forma que no provoque tedio es en verdad algo complejo. Siento admiración y sana envidia (si la envidia pudiera ser sana) por aquellas personas que, como Manuel Alcántara, por citar un único ejemplo, están en la brecha día tras día, año tras año, sin dimitir de la tarea ni un solo instante y conservando la amenidad, la frescura y la eleegancia del primero de los artículos.
Para cerrar esta "etapa" he seleccionado dos ejemplos de El País de hoy. En uno asistimos a un caso de preocupación rigurosa (en su acepción de rígida) por utilizar las palabras para que digan lo que se quiere decir, pero de manera que la expresión quede suavizada. Los hechos son: a un capitán de la Legión se le destituye de su cargo y destino por protagonizar un incidente que sus superiores consideran grave. Hasta ahí, todo normal. Lo que choca es que al hacer pública la decisión lo que se dice es que dicho capitán ha cesado en su cargo y destino y que tal cese no es una sanción, puesto que al ser el suyo un cargo de libre designación lo que ha ocurrido es que ha sido removido por perder la confianza de sus superiores. Estupendo. Vamos a ver: cesar significa (lo dije otra vez) "dejar de desempeñar un empleo o cargo" por voluntad propia (dimisión) o por cumplirse el plazo para el que alguien fue nombrado (cese propiamente dicho). Remover, en su quinta acepción del DRAE, significa "deponer o apartar a alguien de su empleo o destino" y, si nos preocupamos de consultar su significado, veremos que deponer es "privar a alguien de su empleo, o degradarlo de los honores y dignidad que tenía", es decir, destituir. Vaya, que al capitán, por decirlo de forma castiza, le han dado puerta.
El segundo ejemplo nos permite observar lo contrario, o sea, un caso de descuido en el uso de términos que, aunque pudieran ser sinónimos, en realidad no lo son, y que no impiden la comprensión de la frase, pese a que, con propiedad, deberíamos haber utilizado una palabra diferente a la escogida. Habla la información que he elegido de que la editorial Edhasa ha cumplido seis décadas. Si fue fundada en la Navidad de 1946, en la Navidad de 2006 celebra, efectivamente, su 60º (sexagésimo, que no sesentavo) aniversario. Solo que esos sesenta años no constituyen seis décadas, sino seis decenios. Nos lo aclara el DPD: una y otra palabra designan "un periodo de diez años consecutivos"; con la diferencia de que el decenio son diez años cualesquiera, incluidos ambos, (1927-1936, 1714-1713, etc., pero no 1954-1964, que son once años) y una década es el conjunto de diez años referido a cada una de las decenas de un siglo (1961-1970, 1981-1990, etc., que serían, respectivamente, las décadas de los sesenta y de los ochenta).
Bueno, lo dicho al principio: unos días de descanso y aquí volvemos a encontrarnos, si alguien tiene la curiosidad, y, sobre todo, la amabilidad de mirar las anotaciones de esta agenda. Hasta la vuelta, feliz Navidad a todos.
Ah, esta noche, los profesores del instituto tenemos una cena de confraternización. Los que quieran (y puedan) acudir, que Pilar Quintana, Rocío y María Jesús (organizadoras, si no me equivoco) no obligan a nadie.

miércoles, diciembre 20, 2006

FANTASMAS Y FANTASMONES

Leemos en el diccionario de la RAE que fantasma es "el espantajo o persona disfrazada que sale por la noche para asustar a la gente". También dice que es una "visión quimérica como la que se da en los sueños o en las figuraciones de la imaginación". Por otra parte, dice que fantasmón es "que presume de algo, por lo común exagerando o mintiendo".
Esto pudiera ser aplicable a las palabras lo mismo que a las personas. Y tengo que hacer una pausa porque Zalabardo me ha sujetado la mano diciéndome si es que ya estoy dispuesto a meterme en otro follón. Por supuesto que no, lo tranquilizo. ¿A qué viene entonces eso de fantasmas y fantasmones, que me da tan mala espina?, me inquiere. Mira, es fantasma todo lo que es pura imaginación, sin trasunto real en el mundo de lo físico; y es fantasmón lo que aparenta ser lo que no es, por lo general, debido a exageración, le contesto. O mintiendo, añade él con retintín. No necesariamente, expongo por último. Y concluyo: tú déjame, y, si cuando acabe de escribir esta página ves que no te gusta, no la publicaré y en paz.
Son , para mí, palabras fantasmas aquellas que, pese a su intención significativa, si es que las palabras pudieran tener intenciones de cualquier tipo, tienen un significado distinto al que les queremos dar. Si grandón es "muy grande", rabón debería ser "que tiene el rabo largo". Pues bien, significa lo contrario, "que no tiene rabo", como pelón es "que no tiene pelo". O enervar, que solemos emplear para decir que "excita los nervios", pese a que, en realidad, significa "debilitar o quitar la fuerza". Todo esto, digamos, sin culpa de las palabras.
Frente a las dichas, las palabras fantasmones son las que, por su forma, casi como queriendo, nos inducen a engaño. Por eso lo de exageración o mentira. Ahí van algunas: mingitorio suena a término de la medicina, parece un remedio contra las anginas o algo similar; pues no, que es un simple "urinario". Valetudinario suena fuerte (casi "vale todo"); mentira, que no vale nada, ya que significa "lo que por efectos de la edad está enfermizo, debilitado o delicado". ¿Qué hombre no estaría dispuesto a falopear?; pues mejor que no, ya que significa "drogarse". Y la nubilidad no nos habla del estado del cielo, sino, aplicado especialmente a las mujeres, "de la edad en la que que ya la persona se puede casar".
Como digo, igual que las personas. De Zalabardo, por ejemplo, hay quien dice que es un fantasma, que no existe más que como producto de la imaginación. Se fundamentan para afirmar tal cosa en que Zalabardo no dice nunca nada por sí mismo, sino siempre a través de mí (argumento, si bien se mira, poco firme, ya que esta agenda es suya). Pero hay quien dice que es un fantasmón, porque engaña. Y se aferran al mismo argumento (igualmente endeble), o parecido: que se oculta detrás de mí para no dejar ver su auténtica realidad. Si lo hiciera, matizan, perdería encanto. No sé si acierto a expresar lo que quiero. ¿Cómo diría yo?; es, por poner un último ejemplo, como si yo dijera ahora que andres, el viejo de la colina, es un fantasmón porque no es quien dice ser. A ver, ¿de qué manera iba yo a argumentar tamaña especie y sostener tal afirmación? Pues eso.
Como prometí, le enseño lo escrito a Zalabardo para que lo lea y apruebe. La verdad es que no resulta necesario porque ha estado todo el tiempo detrás de mí, pendiente de la pantalla. De todas formas, hace como si leyera, frunce el ceño, me mira, y dice con el engolamiento de los antiguos censores: Nihil obstat.

martes, diciembre 19, 2006

NO PERDAMOS LA PERSPECTIVA

Así comienza La colmena, de Camilo José Cela; con uno de los personajes, doña Rosa, la dueña del café, diciendo: "No perdamos la perspectiva, yo ya estoy harta de decirlo, es lo único importante". Yo no sé si realmente es lo único importante, pero coincido con doña Rosa, a quien también le gustaba decir "leñe" y "nos ha merengao", en que no debemos perder la perspectiva.
Lo digo porque, al fin, en la Deutsche Oper de Berlín se ha representado la ópera de Mozart Idomeneo, que ya había sido suspendida hace tres meses porque la policía argumentaba no disponer de dinero ni de personal para proteger la vida de los asistentes frente a las posibles reacciones de los fundamentalistas islámicos. Todo porque en dicha obra, el protagonista aparece con las cabezas cortadas de Jesucristo, Buda, Mahoma y Poseidón. Por cuestiones más o menos parecidas siempre han protestado los fundamentalistas, no ya islámicos, sino de todas las religiones.
Zalabardo me pone la mano en el hombro y de dice que nosotros también tenemos nuestro Idomeneo particular y bien cerquita, en nuestro propio ámbito de trabajo. Tengo que reconocer que lleva razón, porque ya esta mañana, en el instituto hablábamos de eso. Hace no muchos días, creo que en Zaragoza, ignoro si la capital o la provincia, un centro escolar decidió suspender las festividades navideñas por si pudieran ofender a los alumnos de otras confesiones religiosas. Y hace aún menos tiempo, más cerca, en Mijas, la directora de un instituto de secundaria ha retirado, por cuestiones parecidas, un belén (yo siempre lo he llamado nacimiento). Creo que es algo así, pero no pongo la mano en el fuego, porque Pedro Rodado, por ejemplo, decía que el problema es de la prensa que no solo no sabe informar sino que, cuando lo hace, lo hace mal y de forma sesgada. Le pregunto a Zalabardo y me responde que él, como yo, sabe solo lo que pone la prensa.
Cuando estamos hablando de esto, me surgen tres preocupaciones; las tres de la misma índole, hasta el punto de que pudieran ser solo una, aunque yo las cuente como tres. La primera:¿Se habrá sentido ofendido alguien por el nacimiento que ha colocado una compañera (no digo que ha sido Maite para que nadie tome represalias contra ella) en la Sala de Profesores? Menos mal que nuestra Junta Directiva ha sido sensata y lo ha respetado. La segunda: ¿Debería decir, sin miedo a que algún desaprensivo aproveche la ocasión y atente en su contra, que desde hace años en lo alto del pico La Reina hay de forma permanente un nacimiento? Y tercera: ¿Debo seguir adelante en mi idea de enviar un cristma electrónico (aquí, escribir crisma exigiría una explicación) a todos mis contactos de internet o con alguno de ellos obtendré un efecto que no es el que busco?
Zalabardo dice que lo que pasa es que vivimos excesivamente estresados. Yo no sé si, como le preocupaba a doña Rosa, tal vez lo que ocurra es que con demasiada frecuencia perdemos la perspectiva.

lunes, diciembre 18, 2006

EL PUEBLO

Todos los años nos pasa igual cuando llegan estas fechas. La verdad es que ignoro de dónde sea Zalabardo, pues cuando lo conocí tanto él como yo éramos mayorcitos. Pero, sea de dónde sea, noto que, como yo, echa algo de menos. En mi caso es el pueblo, mi pueblo. En el suyo, ya digo, no lo sé; ni se lo quiero preguntar, pues creo que el sentimiento que no se echa fuera, mejor no preguntar por él. De todas formas, aún confío en que algún día me lo dirá.
Del pueblo falto hace ya no sé cuánto tiempo, mucho; ningún lazo familiar me ata a él, aunque sí recuerdo a los amigos. Durante gran parte del año a lo mejor permanecen ahí escondidos, en un recoveco de la memoria, casi en hibernación. Pero llegados estos días, el recuerdo eclosiona y sus nombres y suss caras se me hacen patentes con toda su fuerza. Y me acuerdo de Pepe Zamora, que anda por Zafra, de José Manuel Ramírez y Mari Pepa Márquez, que siguen viviendo en él. Y de Pepe Navarro y Mari Carmen Olid, cuyo paradero desconozco. Ninguno de ellos leerá esta agenda; pero me gustaría que lo hicieran para que supieran que no los olvido. Y aparte de los amigos, muchos nombres me saltan también a la memoria, algunos meras figuras que permanecerán unidas de manera indisoluble con la imagen del pueblo; no los menciono porque llenaría toda la página con ellos.
Pero el pueblo, para mí, es la recuperación de muchas palabras que trato de no olvidar. Palabras que en la ciudad parecen haber perdido casi todo su sentido porque apenas si en ella existe lo que tales palabras significaban. Por lo pronto, las casas tenían cámaras o paneras, donde se almacenaba el grano o donde se apilaban los trastos viejos que siempre daba pereza tirar. En ellas jugábamos los niños; en ellas fingíamos tener, por ejemplo, una emisora de radio o un teatro donde representábamos las comedias que nosotros mismos escribíamos. Y las casas tenían un zaguán, que servía para resguardarnos del frío en invierno o del calor en verano, mientras cambiábamos cromos o echábamos partidos de fútbol con chapas de cerveza. Ese zaguán quedaba separado de la calle por un escalón, que en otros lugares llaman tranco y en mi pueblo sardinel. Por mucho tiempo mantuve la ilusión de que sardinel fuese un nombre privativo de mi pueblo, hasta que me desengañó el hecho de saber que es un catalanismo, una palabra prestada.
Las azoteas permitían no solo dominar las alturas del pueblo, sino muchas otras cosas. Por ejemplo, desde la del casino era posible colarse, a través de las ventanas del gallinero, al cine que había en la misma calle. Las casas tenían, cada una, un patio con flores, no los feos patios de luces de los pisos de la ciudad, sino llenos de macetas y con una vela, toldo que servía para evitar el sol del verano. Y en muchos patios había un pozo medianero, que se compartía con la vivienda colindante y que permitía hablar, mientras uno se apoyaba en los brocales, con los vecinos, dando a las conversaciones no sé qué eco de misterio. Y, al fondo, casi siempre había un corral, donde se podían criar gallinas y conejos, y donde se abría una puerta falsa que daba a una calle secundaria, que servía para escaparnos cuando nuestras madres no nos dejaban salir.
Esas son, en fin, algunas de las palabras que guardo de mi niñez perdida. Me gustaría conocer las de Zalabardo y las de cada uno de los que lean esta hoja de su agenda.
Mi pueblo, como saben quienes me lean, es Osuna.

domingo, diciembre 17, 2006

EL SERVICIO CONTESTADOR DE TELEFÓNICA LE INFORMA DE QUE...

Recuerdo que cuando, hace ya tiempo, Telefónica empezó a incluir ese mensaje en su servicio contestador, muchas personas se preguntaban, o lo hacían a quienes consideraban expertos, si era correcta esa construcción. Fue aquella una etapa en la que se atacaba con fuerza el llamado dequeísmo, que extendía sus raíces por todas partes. Pasado el tiempo, ya nadie parece extrañarse de ese mensaje y el dequeísmo parece campar por sus reales con igual o semejante fuerza. Digamos, a todo esto, que el mensaje de Telefónica es, por supuesto, correcto.
El dequeísmo es un vulgarismo grave que consiste en colocar una preposición de delante de una conjunción que introductora de una subordinación sustantiva cuando, sintácticamente, dicha preposición no es necesaria. Son construcciones incorrectas, entre otras, las siguientes: *Pienso de que debemos salir..., *No recuerdo de que me lo hayas dicho..., Me contó de que tenía..., y otras por el estilo. Por supuesto, lo correcto sería decir pienso que, no recuerdo que o me contó que.
Como explicación para el dequeísmo, la más plausible parece que es la del contagio con aquellas otras construcciones en las que la preposición de sí es requerida por el régimen del verbo, como sucede con muchos de los verbos llamados pronominales e incluso con algunos otros que no lo son, como sucede con el verbo informar: Me acuerdo de que ya me lo comunicaste, Me alegro de que te hayan dado el premio, Se avergonzaba de que le llamaran la atención o Te informo de que ya he tomado la decisión.
Comprendo que para mucha gente pueda resultar difícil saber qué es eso de los verbos pronominales o qué cosa sea esa del régimen verbal. En ocasiones, los que tenemos algún conocimiento de estas cuestiones nos olvidamos de que hay muchas más personas que no tienen por qué saberlas. Por tal razón insisto yo tanto en la responsabilidad que periodistas, escritores, locutores y profesores tenemos al manejar con cuidado la lengua, porque son muchos los que lo que hacen es imitar aquello que oyen.
De todas formas, siempre hay posibilidad de dar algún consejo que supla la aridez con que en bastantes ocasiones están redactadas las normas. Para el caso del que hablamos (dequeísmo) podría servir el siguiente: basta ver si el verbo, en oraciones simples, o el sintagma nominal admiten ir seguidos de eso o algo: Creo eso, Pienso eso, No recuerdo eso, Me contó eso, Mi impresión es esa, etc. Veremos que "no nos suenan" giros del tipo *creo de eso, *me contó de eso, etc. Tal prueba nos demostrará que esos verbos no aceptarán la construcción dequeísta. Por otra parte, si permiten el añadido de eso, sí serán verbos en los que el giro de que resultará correcto: Me acuerdo de eso, Me alegro de eso, Se avergüenza de eso, Te informo de eso, etc. Tal como hacíamos antes, comprobaremos que, en estos casos, "no nos sonará" *me acuerdo eso, *me alegro eso, etc.
Hablando de otra cosa. Si alguien sigue estando interesado en la polémica de los géneros, puede leer el artículo que Javier Marías publica hoy en El País Semanal.

sábado, diciembre 16, 2006

DÍA INTERNACIONAL DEL MIGRANTE

Me avisa Zalabardo sobre la celebración del próximo día 18 de diciembre, pasado mañana. Como ando algo despistado, le pido que me aclare de qué celebración se trata, puesto que raro es el día en que no conmemoramos algo. Entonces Zalabardo, que es amable como él solo cuando quiere, me dice que el próximo lunes es el Día Internacional del Migrante. Me meto en internet y consulto una página de Unicef que recoge el calendario de celebraciones y compruebo que es verdad. Sigo leyendo y me entero de lo que han crecido en los últimos años los movimientos migratorios. Alrededor de 150 millones de personas (son cifras que ofrece Unicef) viven y trabajan fuera de sus países de origen.
Los españoles menores de cuarenta años no han conocido la etapa en que los españoles (y los andaluces entre los que más) fuimos, por necesidad, emigrantes. Claro que casi todos los emigrantes lo son por necesidad. Primero hubo una emigración interna, con Cataluña y el País Vasco como principales metas de los desposeídos. Luego vino la emigración al extranjero: Francia, Alemania, Suiza, Venezuela; infinidad de familias separadas, esperando que el cabeza de familia tuviera suerte y pudiera llevárselos a todos pronto. Quien no recuerde aquello puede preguntar a sus mayores. Pocas familias se libraron de tener un familiar emigrante.
Ahora, afortunadamente y gracias al progreso que hemos experimentado, no necesitamos irnos. Vivimos, en cambio, otro proceso de emigración diferente, puesto que ahora somos nosotros los receptores. Africanos, suramericanos, europeos orientales, chinos, ven en nosotros, en nuestro nivel de vida, una meta a la que aspirar. España, y no solo ella, se ha convertido en el paraíso anhelado por los desheredados de otros países. Y tendríamos que hacer examen de conciencia por como los tratamos y la opinión que nos merecen. ¿Por qué no se quedan en su país?, dicen muchos. Y digo yo (me lo sugiere Zalabardo): ¿ya se nos ha olvidado lo que fuimos un tiempo y lo mal que lo pasamos? Los países que hemos alcanzado una cierta cota de desarrollo no queremos que el tercer mundo quiera vivir en el nuestro; que se queden en el suyo, decimos, que ya llevaremos allí nuestras empresas para seguir explotándolos como mano de obra barata.
El lenguaje, por suerte, sigue un camino diferente, que no quiere decir que sea el mejor. Me refiero tan solo al hecho de que el lenguaje no cierra la puerta a los foráneos; es más, no hace ascos al mestizaje. Ya de principio la nuestra es una lengua que mezcla elementos latinos, godos y árabes en rica amalgama con las lenguas que ya estaban aquí. Y ese proceso de mezcla no concluye. No queremos que vengan los africanos, pero el cayuco ya se ha quedado aquí, como antes lo hizo la patera. Alguien me podrá discutir el origen de estas palabras (la segunda, por ejemplo, ya la recogía Alcalá Venceslada en su Vocabulario andaluz); pero no deja de ser cierto que su generalización está unida a la emigración.
Y si alguien desea que ofrezca ejemplos, ahí van algunos: maquear tiene origen japonés y ketchup y charol son chinas. Andoba, camelar, currelar, diñar, y jindama son gitanas, como caribeñas son boniato, cacique, caoba o chapapote. Origen africano presentan cola, embero, cachimba, zombi y banana. Y si queremos exotismos auténticos, ahí tenemos anorak e iglú, que son palabras de los inuits que habitan las proximidades del círculo polar.
Si no hacemos ascos a ninguna de estas palabras, ¿por qué ponemos tantas dificultades a quienes las inventaron? A fin de cuentas, aunque los hombres pasen y las palabras permanezcan, ninguna palabra valdrá nunca lo que vale un hombre.

viernes, diciembre 15, 2006

POLÍTICA, LENGUA E INTRANSIGENCIA

Bélgica es un país con una población aproximada de diez millones de habitantes distribuidos en una extensión territorial de algo más de treinta mil kilómetros cuadrados. En el país se hablan tres lenguas: el neerlandés, en la zona de Flandes (hablado por el 57 % de los belgas), el francés, en la región de Valonia ( hablado por el 33 % de los belgas) y el alemán, hablado por escasamente un 1 % en las zonas fronterizas. El restante 9 % son hablantes bilingües de la capital.
¿Quién no recuerda la emisión radiofónica de La guerra de los mundos, dirigida por Orson Welles en 1938, y lo que provocó? Pues bien, por lo que me cuenta Zalabardo, el miércoles pasado, la emisora pública de televisión francófona belga emitió, sin avisar que se trataba de una ficción, un programa que partía del anuncio de la declaración unilateral de independencia por parte de Flandes. Es fácil imaginarse la tensión que se vivió durante la media hora del programa, hasta que se comunicó que todo había sido una ficción.
España es un país de cuarenta y cinco millones de habitantes y una extensión que, si no hago mal las cuentas y Zalabardo sabe lo malo que soy en aritmética, es quince veces superior a Bélgica. Aquí, como nadie ignora, tenemos cuatro lenguas, una oficial del Estado y tres cooficiales cada una en su respectivo territorio. También en estos territorios, con más o menos fuerza, existen inquietudes indepentistas. ¿Se imagina alguien que TVE emitiera un programa semejante al de RTBF? Yo, la verdad, no lo concibo.
Si cuento esto, que todo el mundo conocerá ya por prensa, radio y televisión, es porque quiero aludir al problema que se puede y, con frecuencia, se suele dar en zonas de un mismo país en las que entran en colisión dos o más lenguas. Lo ideal sería, sin duda, el bilingüismo, síntoma de riqueza cultural del territorio. Lo usual, por desgracia, es que se dé una situación de diglosia, es decir, estado en que una de las lenguas se ve favorecida en detrimento de la otra u otras. Durante la dictadura franquista, fue el castellano el que, por decreto, se impuso en todo el país, condenando a las demás a un arrinconamiento humillante. Hoy, al menos en Cataluña y País Vasco, asistimos (¿provocado por un sentimiento de revancha?) a un proceso inverso. Sé que ese sentimiento del que hablo no es general, lo he comprobado por experiencia propia, pero sí bastante acusado en determinadas facciones políticas que son las que rigen los destinos de las respectivas Comunidades.
Volviendo a Bélgica, el Parlamento flamenco acaba de aprobar una ley por la que, para poder tener acceso al alquiler de viviendas sociales, habrá que demostrar que se habla neerlandés o, en caso negativo, comprometerse a estudiarlo. A los dos años, si no se ha conseguido hablar la lengua, el contrato será cancelado y se podrán imponer multas de hasta 5.000 euros. Algunos políticos protestan, incluso, de que la medida no es lo suficientemente dura.
Aquí, por el camino que vamos, no me extrañaría que pudiese ocurrir algo parecido. Yo expreso ya mi rechazo a este tipo de discriminaciones positivas que, en realidad, no son más que una especie de genocidio lingüístico. Zalabardo puede dar cuenta de que siempre he defendido el derecho de cada pueblo a su propia lengua, pero a la vez pienso que cada lengua debe atraer a los demás por su riqueza cultural y literaria o por sus posibilidades comunicativas. Así ocurrió un tiempo con el italiano, así ocurrió más tarde con el castellano o con el francés; así ocurre hoy con el inglés. Pero ninguna lengua puede ser impuesta por decreto, por mucho que en ello se empeñe un grupo de nacionalistas palurdos que no caen en la cuenta de que lo que imponen es su particular dictadura.

jueves, diciembre 14, 2006

CAMBIOS Y CAMBALACHES

Que las lenguas se comportan como organismos vivos, es decir, que están sujetas a evolución y cambios en su desarrollo, es algo que, me parece, no discute nadie y que yo mismo he expuesto en algunas de las notas de esta agenda. Zalabardo me mira y me dice que, a veces, pierdo la noción de lo que ya he dicho y lo que no. También creo que resulta claro que los amos de la lengua son los propios hablantes y que nadie, ni persona ni institución, puede imponer el camino o sentido por donde la lengua deba ir. Si acaso, estas instituciones, pienso ahora en la RAE para el ámbito de nuestra lengua, lo que debe hacer es avisar y llamar la atención acerca de si un uso se ajusta a la normativa o no. Pero si el uso termina por generalizarse, la Academia no tendrá más remedio que recogerlo y, creo que ya lo dije en ocasión anterior, darle carta de naturaleza. Diferente asunto es si esos cambios suponen mejora o retroceso respecto al estado anterior.
Ejemplos muy claros de cambios son los llamados cambios semánticos, que suponen una modificación de la relación existente entre el significante y el significado de una palabra. Si miramos en el Tesoro de la lengua española (1611), de Sebastián de Covarrubias, la palabra coche, leemos que es un 'carro cubierto y adornado, de cuatro ruedas, que le tiran caballos o mulas'. En cambio, si utilizamos la edición vigésima segunda (2001) del DRAE, leeremos, en su primera acepción, que es un 'vehículo automóvil de tamaño pequeño o mediano, destinado al transporte de personas y con capacidad no superior a nueve plazas'. En ese cambio interviene una causa histórica porque la palabra permanece pero lo designado ha cambiado debido al paso del tiempo. Otro ejemplo de cambio es el de castigar, que de significar 'aconsejar', pasó a significar 'imponer una pena por haber cometido una falta o delito'.
Pero a veces hay cambios que no son de significado, sino de régimen o construcción de una palabra. Quiero hacer referencia a dos que, siendo en principio semejantes, son tratados por la Academia de diferente manera. Hablo de los verbos cesar e incautarse. Los dos son intransitivos y, el segundo, pronominal que exige, además, construirse con preposición de. Pues bien, la tendencia de uso, y bien extendida, es la de construir ambos verbos como transitivos. Ayer mismo leía, en una misma información, la policía se ha incautado de abundante documentación (uso normativo) y, poco más adelante, la documentación incautada por la policía (construcción transitiva, pues se debería haber escrito la documentación de que se incautó la policía), uso por contagio con decomisar o confiscar. Con cesar pasa igual, al confundirse este verbo con destituir, que sí es transitivo.
¿Cuál es la actitud de la Academia? En el DPD (Diccionario panhispánico de dudas) se dice, de incautar, que "hoy es frecuente, y se considera válido, su uso como transitivo". En cambio, de cesar se dice que "aunque es uso frecuente en el lenguaje periodístico, debe evitarse en el habla esmerada el empleo de este verbo como transitivo". Me parece que debiera adoptarse igual criterio en ambos casos. O los censuramos, o aceptamos los dos. Mi impresión es que (y veo que Zalabardo asiente), finalmente triunfará el uso transitivo.
Aviso a Mari Paz. Vale la corrección que propones o, simplemente, poner una a (se da lugar a...) que es lo que yo quise escribir.

miércoles, diciembre 13, 2006

PRESUNTO ISLAMISTA

Hoy aparece en todos los medios la información acerca de la detención por parte de la policía de un grupo que, presumiblemente, planeaban actuaciones de tipo terrorista. Tal asunto me lleva a plantear en este apunte algunas aclaraciones respecto a dos términos que en dichas informaciones se utilizan. Pertenecen los dos a la misma categoría, aunque sus significados sean diferentes: islamista y presunto.
Aunque ambos parecen tener un sentido claro y aunque otras personas antes que yo han tratado el asunto, lo cierto es que estos términos todavía generan alguna que otra confusión en su utilización. Si consultamos el Diccionario panhispánico de dudas, veremos que la religión fundada por Mahoma es el islam o el islamismo; de tal palabra se derivan otras: lo que tiene relación con el islam o que profesa el islam es islámico o, si usamos un sinónimo, musulmán. Por cierto, que ni uno ni otro adjetivo deben confundirse con árabe, que es un concepto étnico y lingüístico, pero no religioso. Es igual que lo que sucede entre hindú e indio. Por fin, islamista es un adjetivo que en los últimos años se ha especializado para designar al partidario de una concepción y aplicación integrista, rigorista y fundamentalista del islam en los terrenos político y social. En tal sentido, se puede hablar de terrorismo islamista; pero nunca deberíamos decir terrorismo islámico, como no decimos tampoco terrorismo cristiano.
Presunto, por su parte señala todo lo que es supuesto, lo que se considera que es presumible antes de que se haya probado de forma fehaciente. En ambientes jurídicos, a cualquier acusado habrá de concedérsele la presunción de inocencia hasta que un juez dictamine sobre su culpabilidad. Es un principio básico de cualquier estado de derecho. Un ejemplo lo aclarará: la persona que cause la muerte de otra persona será, sin discusión, homicida; pero, también sin discusión, solo será presunto culpable del delito de homicidio hasta que se dictamine en juicio.
Digo todo esto porque en los periódicos que he leído hoy, El País y SUR, aunque en la lectura completa de la noticia queda todo claro, se da lugar alguna confusión. Así, El País titula que Los islamistas detenidos en Ceuta planeaban atentar en el recinto ferial, y SUR titula Detenidos en Ceuta once presuntos islamistas dispuestos a "pasar a la acción". Por supuesto que, como leemos en el diario malagueño, los detenidos son, por el momento, presuntos islamistas que, como ninguno de los dos dice en los titulares, supuestamente estaban preparados para actuar a tenor de los indicios. Ya digo que en la lectura completa de la información todo queda aclarado, pero habría que ser cuidadosos desde el principio, puesto que muchos lectores de prensa se quedan tan solo con los titulares. Concluyendo, todos los detenidos pertenecen a la religión islámica, tienen la nacionalidad española (excepto uno de ellos) y son, presuntamente, islamistas, ya que solo de esto último se podría suponer que estén relacionados con una actividad delictiva.

martes, diciembre 12, 2006

EN CASA DEL HERRERO, CUCHILLO DE PALO

O lo que es lo mismo, que en ocasiones falta o falla algo en el lugar preciso donde nunca debería faltar o fallar. Viene a cuento esto de que mi comentario de ayer no fue un modelo de corrección formal, que digamos. Hay una razón, que no excusa, para ello: que no sometí el texto a la pertinente revisión antes de dar la orden de publicar la entrada. Y así salió como salió.
Ya digo que esto no debe sonar a excusa. Ahora podría volver contra mí mismo aquellas palabras de "¿en qué tómbola dieron el título al fulano este?" y otras por el estilo. Y es que en unas páginas que pretenden ser críticas con los descuidos expresivos, el error es imperdonable. Sirvan, pues, estas palabras, de autocrítica; prometo, además, ser más cuidadoso en ocasiones sucesivas.
Lo que me ha permitido ver mis errores ha sido un comentario que hace una alumna de la Universidad de Málaga, Mari Paz, que me dirige unas preguntas a las que, gustosamente, paso a responder porque así mato dos pájaros de un tiro: respondo a sus dudas y corrijo mis errores.
1º. Me pregunta por qué no coloco la tilde en el adverbio solo. Esta palabra, como sabemos, tiene un doble valor: como adjetivo significa 'sin compañía' y como adverbio, 'solamente', 'nada más'. Por ser palabra llana terminada en vocal no debería llevar tilde. Nos encontramos, pues, en el terreno de la llamada tilde diacrítica, la que se emplea para diferenciar, como aquí, palabras homónimas. La norma, respecto a solo (adjetivo) y solo (adverbio), indica que es obligatoria la tilde únicamente cuando haya riesgo de ambigüedad. Por ejemplo, vendré solo el miércoles (nadie me acompañará) o vendré sólo el miércoles (no vendré ningún otro día). Por tal razón, yo no suelo colocarle la tilde al adverbio salvo en casos precisos. Ocurre exactamente igual con los demostrativos determinantes o pronombres. Se pondrá tilde en dijo que ésta mañana vendría (que ella vendría) para no confundir con dijo que esta mañana vendría (que vendría esa precisa mañana).
2º. Me pregunta por la frase la preocupación por que de algún modo pudiera verse... nos tenía preocupados. Aquí podemos estar hablando de dos cosas: si me pregunta por el conjunto de la frase, debo decir que está mal construida por esa redundancia que rechina (la preocupación nos tenía preocupados). Si hubiese revisado el texto, podría haber escrito nos tenía consternados (o angustiados, inquietos, intranquilos, etc.) o utilizado un modismo como nos tenía en ascuas, con el alma en vilo, etc. Si lo que a Mari Paz preocupa es el uso de por que, hay que decir que la forma es correcta. Me explico: no es porque puesto que no se trata de una conjunción causal; no es por que (por la cual) porque no es una combinación de relativo con preposición; es, en fin, por que (también separado), combinación de la conjunción completiva que introduce una subordinación sustantiva (que pudiera verse involucrado) con una preposición exigida, en este caso, por un sustantivo (preocupación). Aparte estarían los casos de por qué (interrogativo o exclamativo con preposición) y porqué (sustantivo).
3º. La tercera duda de Mari Paz tiene fácil respuesta; dupliqué sin necesidad la palabra contra. La frase tendría que haber sido iba tomando cuerpo en contra de o iba tomando cuerpo contra, pero nunca iba tomando cuerpo en contra contra, que es lo que escribí.
A Mari Paz, y a cuantos sean ahora estudiantes, quiero indicarles que deben alegrarse de que sus profesores insistan mucho en las cuestiones ortográficas y estilísticas; incluso más en estas, pues ya se ve, en mi nota de ayer, lo fácil que resulta meter la pata. Pido disculpas a cuantos me lean y, reitero, hago propósito de revisar mejor los apuntes antes de publicarlos.

lunes, diciembre 11, 2006

CHILE EN EL CORAZÓN

Prometí antes de irme de puente que a la vuelta daría las fechas en que escribí sobre la pretensión de imponer el uso de la doble forma de género (compañera/compañero) aun en contra del más elemental conocimiento del funcionamiento del lenguaje. Las fechas fueron: 10 de agosto, 1 de octubre, 8, 11 y 14 de noviembre. Como en el último apunte hice propósito de no hablar más sobre ello, simplemente lanzaré una pregunta a los "dualistas": ¿cómo habría que redactar el titular de una información aparecida ayer en El País y que decía: "Las mujeres ya representan el 61% de los médicos jóvenes"?
La noticia que hoy ocupa todos los medios (bueno, es noticia desde la tarde de ayer) es la muerte de Augusto Pinochet. Me unen lazos amables con Chile, puesto que allí vive, desde hace muchos años, uno de mis hermanos. Recuerdo aquellos días de septiembre de 1973. La preocupación por que de algún modo pudiera verse involucrado en aquello nos tenía preocupados a todos. Concretamente, yo había conocido datos sobre Salvador Allende gracias a él, que me informaba de manera entusiasta sobre cuáles eran los objetivos de aquel movimiento revolucionario y cuáles, también, las dificultades con que se enfrentaba. Luego llegó el fatídico día 11 de ese mes. Tuvo lugar el golpe militar y el bombardeo del Palacio de la Moneda, "La Monea", como decían los chilenos. Allí murió Allende y allí empezó una larga y cruel dictadura.
En enero de aquel mismo año, Pablo Neruda había publicado un libro titulado Incitación al nixonicidio y alabanza de la revolución chilena. Se denunciaba con dureza todo el movimiento que iba tomando cuerpo en contra contra las aspiraciones progresistas del país. En el poema Aquí me quedo decía: Yo no quiero la Patria dividida /ni por siete cuchillos desangrada: / quiero la luz de Chile enarbolada / sobre la nueva casa construida: / cabemos todos en la tierra mía. / Y que los que se creen prisioneros / se vayan lejos con su melodía. Luego se vio que no cabían todos, que los que se tuvieron que irse fueron los que pretendían construir esa nueva casa (salvo los muchos que murieron sin tener siquiera esa opción).
De los que pudieron huir, a mi casa vinieron tres personas, un matrimonio con un hijo pequeño, conocidos de mi hermano, que me los recomendó para que los ayudara en sus primeros pasos por aquí; solamente recuerdo su apellido: Castañeda. En Málaga estuvieron pocos días, pues su interés era llegar a Santander donde tenían amistades que los ayudarían a situarse y rehacer su vida. No volví a saber de ellos. Esperaban regresar a Chile cuando "pasara un poco aquello". Ignoro si regresaron algún día.
Pablo Neruda murió pocos días después del golpe, el 23. Su entierro se celebró bajo fuertes medidas policiales y del ejército. Las hordas de Pinochet saquearon su casa y quemaron sus libros. En 1937, albores de la dictadura que sufrimos nosotros, había escrito España en el corazón. Quienes sean jóvenes y no recuerden aquellos días de 1973 se pueden hacer una idea de lo que vivieron (padecieron) los chilenos viendo la película que en 1982 dirigió Costa-Gavras, Missing.

domingo, diciembre 10, 2006

MILAGROS Y ROMERÍAS

Ya estoy de vuelta. Zalabardo no deja de preguntarme cómo era aquello y solo quiere saber detalles. No sé si os lo dije, pero al final, él decidió quedarse aquí. Aprovecharé y os lo cuento a todos. Han sido unos días que han servido para cargar pilas y oxigenarse. No he visto televisión (bueno, anoche el partido Sevilla-Madrid sí lo vi junto a un grupo se sevillanos, sevillistas y béticos, en el hotel), ni he leído prensa. Por eso, después de unos días en comunión con la naturaleza, leer hoy que en la Amazonia se ha deforestado, desde 1970, una superficie equivalente a Francia y, en los últimos tres años, una superficie similar a la de Irlanda, me ha impresionado.
La Sierra Norte de Sevilla, el lugar donde he estado, es un bello espacio natural cubierto sobre todo por encinas, alcornoques, chaparros, coscojas y majuelos por donde agrada pasear. Hemos recorrido dos senderos, uno corto y otro algo más largo. El primer día, por la tarde, nada más llegar, anduvimos el tramo que hay desde el pueblo, Cazalla de la Sierra, hasta el santuario de la Virgen del Monte, patrona del lugar. Es un paseo corto, como digo (ocho kilómetros, ida y vuelta), que se anda con grado. Llegados allí, supimos que el santuario permanece siempre abierto y en su interior no cesa de sonar canto gregoriano. En el exterior hay una fuente de la que apenas mana agua. Sobre ella, en la roca, un mosaico de azulejos ofrece una imagen de la Virgen y, bajo ella, un campesino en tareas propias de su condición. Debajo de todo, un texto en el que se lee: Milagro qve hiço la Virjen Nvestra Sra del Monte. AÑO 1756. EL DÍA 20 DE ABRIL DE 1756, ESTANDO SALBADOR TEGEIRO ALLANANDO EN RISCO PARA HAZER PLASUELAS DESCRVBIO (sic) VNA FVENTE. Esta fuente debe ser el origen del santuario, pero aunque pregunté a personas que había por allí, poco me supieron contar. Si acaso, que las plasuelas son unos bancales que se hacen para poder cultivar en lugares en declive. Más tarde, imaginé que Risco puede ser el nombre del lugar, porque a pocos kilómetros de allí hay otra zona que se llama Risco Alto.
Al día siguiente recorrimos la vía verde de la Ribera del Huéznar, un antiguo trazado ferroviario que unía la estación de Cazalla-Constantina con las antiguas minas del Cerro del Hierro. Ha sido acondicionada como sendero y constituye un bello paseo con lugares en los que apetece parar para descansar, gozar de la naturaleza y reponer fuerzas con los bocadillos: Isla Margarita, las cascadas del Martinete, el nacimiento del Huéznar, en San Nicolás del Puerto, y, cómo no, el extraño y sorprendente paisaje del abandonado yacimiento del Cerro del Hierro. Quedan, frente a las ruinas decrépitas, algunas casas del antiguo poblado que aún están habitadas. Ayer, curiosamente, se festejaba Santa Bárbara, patrona de los mineros. Aunque la festividad es el 4 de diciembre, ellos celebran su romería el sábado siguiente: procesión, sardinada, carne de monte guisada, vino, música y baile. Todo allí, junto a las ruinas de las antiguas casas y a pocos metros de las nuevas.
Puedo ver en la cara de Zalabardo su desilusión por no haber estado allí. Pero habrá nuevas ocasiones. Y mañana recuperaremos los temas centrales de este cuaderno.

miércoles, diciembre 06, 2006

CONTRASTES

Creo haber dejado constancia en anteriores anotaciones de que los días de asueto nos gusta salir al campo. Aunque pueda parecer extraño, hace apenas media hora que hemos vuelto. Nuestro paseo ha discurrido hoy por el cerro de Mazmullar, bello paraje de la Axarquía malagueña, próximo al no menos bello pueblo de Comares. Y no quiero dejar pasar tiempo antes de escribir porque ahora voy a estar unos días sin hacerlo. Aprovechamos el puente y nos vamos a practicar senderismo al Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla. No sé, pues, si reiniciaré la agenda el domingo 10 o el lunes 11.
Y ya que hoy no pensaba hablar de temas lingüísticos, me gustaría al menos contestar el comentario que hace Juan Garabato. He leído, por supuesto, el artículo de Ignacio Bosque así como el anterior de Amparo Rubiales. ¿Por qué no digo nada de ninguno de los dos? Simplemente, porque Zalabardo y yo decidimos un buen día que ya no diríamos nada más del tema por habernos manifestado suficientemente al respecto. Un día de estos transmitiré a Juan Garabato las fechas de esos apuntes. Para no dejar nada en el aire, diré tan solo que nuestra opinión coincide, punto por punto, con la del señor Bosque, y así lo podrá comprobar si tiene la amabilidad de leer las citadas anotaciones de la agenda.
¿Y a qué contrastes me refiero con el título de hoy? A unos que deberían hacernos meditar ahora que se va acercando la la Navidad. He leído en varios periódicos que el Ayuntamiento de Lepe, creo que nadie ignorará que este pueblo pertenece a la provincia de Huelva, ha decidido que en la Plaza de España de la localidad nieve al menos un cuarto de hora al día durante las fiestas, merced a la instalación de una máquina productora de nieve artificial. Dicen que así el pueblo tendrá una "Navidad real". No sé que entenderán por una Navidad real, puesto que si miramos, por ejemplo, a otros lugares, la temperatura de Río de Janeiro fue ayer de 32 grados, y no creo que la Navidad que ellos vivan sea menos real que la nuestra. Sé que los ayuntamientos actúan con buena voluntad, pero pienso que en determinados momentos deberían pensar cuál sería el mejor destino de los dineros públicos.
El contraste me lo ofrece Zalabardo. El próximo sábado se podrá ver en televisión el documental Níger, una emergencia silenciosa. Níger es uno de los países más pobres de África. Cuando esta mañana leí la información, se me ocurrió consultar una serie de datos y comparar sus cifras con las de España. Mientras Níger, por cada mil habitantes, tiene menos de 0,5 médicos, nosotros disponemos de 4. Tienen 0,1 camas hospitalarias, por 4 nuestras. Ellos disponen de 2 teléfonos y nosotros de casi 450. La disponibilidad de calorías por habitante y día es de 2.000 para ellos y casi 3.500 para nosotros. Su PNB, por habitante, es de 176 dólares frente a los 16.593 nuestros.
Las cifras hablan por sí solas. Luego, cuando tantas personas, no solo de Níger, sino de toda el África subsahariana, huyen de sus países y arriesgan sus vidas por tratar de obtener unas migajas del pastel que consideramos exclusivamente nuestro, ponemos mala cara porque consideramos que ponen en peligro nuestro nivel de vida y desearíamos que las fronteras se les cerraran a cal y canto. A lo mejor la nieve de Lepe y los excesos de otros muchos lugares podrían ayudar a solucionar este problema.
Hasta la vuelta.

martes, diciembre 05, 2006

TENER TÍTULO

Tranquilos, que nadie piense que voy a dar entrada aquí a la nobleza ni a la aristocracia. El título del que hablo es el que encabeza las informaciones periodísticas. Hace ya tiempo que Zalabardo y yo hemos hablado sobre el tema, pero él me insinuaba que podía resultar árido y de escaso interés aparte de que, seguía, tampoco era como para llamar la atención de muchas personas. Yo contrarrazonaba que el problema está el el valor de modelo de estilo que la prensa, como la generalidad de los medios, posee. Y así, le decía, como ya otras veces creo haber dicho aquí, que lo malo es que pudiera cundir el ejemplo y el vicio del que quiero tratar sobrepase el espacio específico de las cabeceras informativas.
Pero vayamos al grano: existe una cierta tendencia, en algunos medios, de eliminar en los titulares, casi por sistema, los artículos. Sin entrar en divagaciones teóricas, que aquí sobran, digamos solo que el artículo tienee un valor actualizador del sustantivo, es decir, traslada a la realidad de que se habla el concepto expresado por el nombre. Sin él, es decir, sin artículo, el sustantivo remite a una categoría, no a un ser preciso. Fijaos que no es lo mismo decir el agua fluye mansamente que se necesita agua. O sea, que no es un postizo inútil. Confío en haberme explicado bien, pues no quiero dilatar más la exposición.
Pues bien, respecto a los titulares, las normas de estilo de diferentes medios son claras. Dice El libro de estilo de El País que no se pueden suprimir los artículos o adjetivos que imponga la lógica del lenguaje, ni escribir títulos como éste: 'Científicos preparan una vacuna contra el sida'. Dice ABC, menos explícito, en el suyo: Los títulos expresarán de forma sintética, pero gramaticalmente correcta, lo sustancial de la noticia. Y no cito más libros de estilo por no cansar. Por lo general, en España se titula bien, gramaticalmente, con independencia del estilo de hacerlo de cada uno. En SUR, de vez en cuando, se podía observar un título con el artículo omitido. Sin embargo, ayer creo que se les fue un poco la mano
Hagamos un repaso. En la página 3: Sindicatos apuestan por potenciar el SAS... Luego, se lee que los sindicatos aludidos son CCOO y UGT. Se podía haber escrito Los sindicatos, Los sindicatos mayoritarios o CCOO y UGT, o algo semejante, pero con artículo, salvo en el último caso, por tratarse de nombres propios. Página 10: Arquitectos consideran que el decreto..., cuando, tras leer la información, parece ser que se habla de los arquitectos de Málaga. Página 26: Radicales intensifican la violencia callejera..., Aquí la cuestión se hace más compleja porque se utiliza un adjetivo sustantivado, sin ninguna marca; se debería haber dicho un grupo de radicales o algo por el estilo. Y, por fin, en la página 35: Empresarios miran a la India. Si leemos la información, sabremos que son especificamente representantes de una empresa americana y otra francesa. En resumen, en los cuatro ejemplos se debería de haber utilizado un actualizador que sirviera para identificar, "actualizar" en términos gramaticales, a los sujetos aludidos.
Antes de terminar, me recuerda Zalabardo que diga al amigo Juan Garabato (perdón por tomarme la confianza de llamarlo así) que en nada me ha molestado su comentario. Antes bien, lo agradezco como todos los que he recibido hasta ahora. Incluso más los críticos que los laudatorios. A todos he de agradecer que lean estos apuntes que, en ocasiones, me parecen tan desabridos.

lunes, diciembre 04, 2006

DE CANTES Y AGRADECIMIENTOS

He recibido un comentario de alguien que se firma Juan Garabato al que quiero contestar por la única razón de ser cortés con él. Me dice que no mencioné ni una sola vez a Zalabardo en el apunte centenario. Siento decir que no es así y el propio Zalabardo, que está ahora junto a mí, lo corrobora asintiendo con la cabeza. Cuando no lo mencioné fue en el siguiente. Esto no creo que sea como para cantar la gallina, es decir, lanzar el cacareo cobarde del gallo que se siente acorralado; pero tampoco es para cantar la palinodia, o sea, hacer la pública retractación y reconocimiento de los errores cometidos.
Se trataría más bien de, simplemente, cantar de plano ante el tribunal que forman los lectores y, en este caso concreto, el llamado Juan Garabato. Zalabardo es como una segunda piel, una sombra (benéfica) de la que no me puedo (ni me quiero) desprender. Él me cede su espacio en esta agenda y, en muchas ocasiones, me presta incluso la voz y se aviene a ser excusa para vencer mi natural timidez. Por eso, no debo olvidarlo nunca, aunque algún día lo haya hecho (por cierto, que él no se enfada). Lo contrario sería cantar mal y porfiar (lo que no es de aprobar). Y eso ya sería otro cantar.
Y ya que estamos de dichos y refranes, vamos con la otra parte. Mi agradecimiento hacia Zalabardo es, si no infinito, sí bastante ilimitado, porque ya se sabe que de bien nacidos es ser agradecidos y que lo olvidado, ni agradecido ni pagado. Todavía hay dos refranes más que vienen al caso: el que dice que el agradecido no olvida el bien recibido, y yo he recibido de Zalabardo mucho más de lo que parece, y, para terminar, que al agradecido, más de lo debido.
Me gustaría aprovechar esta ocasión para dos respuestas más, tras preguntarle a Zalabardo si lo cree conveniente o sería mejor callar. Hoy que Zalabardo está de buen ánimo me lo autoriza. Por un lado, a José Antonio le quiero decir que ESO y LOGSE, por el proceso de su formación, son siglas, aunque muchos los tratarían hoy como acrónimos.
Por otra parte, Lydia me decía que le gustaría que hiciese una aclaración al apunte de marras. Yo lo quería dejar ya descansar, pero, aunque sea por complacer a Lydia, vuelvo sobre él. Primero, para reiterar que yo no hablaba de unos equipos directivos concretos, sino de un artículo de un periódico que hablaba de esos cargos. Segundo, y esto es lo que quiere Lydia, que debo rectificar lo que dije acerca de quienes llevan el mantenimiento de las aulas TIC en nuestro centro, ya que, durante el verano, Eduardo tuvo que "tragarse" todo el proceso del cableado. Al César lo que es del César.
Hoy esta página me suena un poco a la lista de la compra que se hace para combatir el olvido. Otro día saldrá mejor la cosa.

domingo, diciembre 03, 2006

LOS BUENOS PRINCIPIOS

Hubo épocas en que con una frase más o menos ingeniosa, uno de aquellos dichos que pasaban a formar parte del acervo popular como refrán, sentencia o proverbio, se podía explicar toda una situación, un estado de ánimo o una actitud personal. Pero ahora, con tanto talibán suelto por ahí, con esa corriente fundamentalista que nos socava los cimientos, no sé qué vamos a hacer. Por lo pronto, en no sé qué colegio se discute suprimir los festejos navideños para no herir la sensibilidad de quienes pertenezcan a otras confesiones religiosas. ¿Qué habría que suprimir a continuación?
No digo yo que no tengamos que ser respetuosos con nuestro entorno, hablo ahora del entorno humano; jamás se me ocurriría realizar conscientemente un acto que pueda ser ofensivo para alguien. Pero, como bien me dice Zalabardo, empleando un dicho popular, no hay que ser más papistas que el Papa. ¿O se ofenderá alguien en el Vaticano si definimos al Papa como papista? Viene esto a cuento porque decir que no hay moros en la costa para expresar que ningún riesgo nos acecha pudiera estar mal visto por los musulmanes; como calificar una confusa reunión de merienda de negros, o justificar un desliz inicial con aquello otro de que los gitanos no quieren a sus hijos con buenos principios. No digamos nada si, para indicar que un documento ha de ser bien estudiado antes de su firma, empleamos aquel refrán, reconozco que machista, de que a la mujer y al papel hasta el culo le has de ver, o que da palos de ciego quien actúa sin conocer el proceso adecuado de lo que hace.
Quiero decir que la mayoría de tales expresiones, una vez que fosilizadas y especializadas en significar algo que no tiene nada que ver con el sentido literal de las palabras que las integran, debiéramos considerarlas de todo punto inocentes, salvo que en ellas queramos encerrar nuestros propios y particulares prejuicios. ¿O no es acaso la olla podrida una delicia gastronómica pese a su nombre? Si alguien me demuestra con razonamientos objetivos y fríos que estoy equivocado, yo aceptaré la corrección de buen grado.
Pero hablando de principios, que de ellos quería hablar aunque casi me he comido ya el espacio, hay muchas novelas que deben parte de su éxito a un buen comienzo. Se dice que aquella imagen con que abre Proust Por el camino de Swann, ya sabéis, la de la magdalena y la taza de té, significó el inicio de la novela del siglo XX. Aunque si os digo la verdad, a mí me gusta más el arranque de Cien años de soledad, de García Márquez: Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota... Y creo que a él también debería gustarle, porque lo repitió en Crónica de una muerte anunciada: El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque... Parece destripar toda la historia con ese comienzo; sin embargo, es parte importante del interés de la misma. Como es premonitoria la escena inicial de esa especie de rito itinerante que es Ulises, de Joyce, con el gordo Mulligan en bata y diciendo, mientras sostiene en una mano la brocha de afeitar y en la otra un cuenco de espuma: Introibo ad altare Dei. O, para terminar, esa misteriosa pregunta con que se abre Rayuela, de Cortázar: ¿Encontraría a la Maga?
En los casos que menciono, me parece que no solo los principios son buenos; el resultado completo y final de todas ellas es de los que a uno le gustaría haber sido capaz de lograr. Y si no, preguntadle a José Francisco, que de las cosas estas de la creación literaria y el esfuerzo que supone entiende un poco.

sábado, diciembre 02, 2006

LA INVASIÓN DE LAS SIGLAS

Aunque se suele atribuir la invención de la frase el siglo de las siglas al poeta Dámaso Alonso, lo cierto es que dicha invención se debió a otro poeta coeténeo, Pedro Salinas. Lo que el después director de la RAE hizo fue escribir un libro con el título De los siglos de oro a este siglo de siglas. Me viene esto a la memoria porque hace unos días estuve en El Corte Inglés donde, imitando a Joaquín, no pude evitar comprarme un televisor. Había que ver al vendedor recitándome con voz de iluminado que el aparato ofrecía LCD-TVC con TDT incorporado, MHP integrado, compatible con HD ready, entrada HDMI y conexión PC. Pero había que ver la cara del vendedor al ver la que yo ponía, porque el pobre acabó diciéndome que llevaba lo último que se podía ofrecer. Como yo le preguntara ya por un aparato reproductor de DVD, el solícito empleado me respondió que por un precio excepcional podía ofertarme un DVD con TDT, DivX, EPG, formatos SD y MMC y dispositivo USB.
Podéis imaginar que, llegado a este punto, me di por cachi, expresión que siempre oí en Málaga para referirse a que uno desiste de aquello que lo ocupe en un momento. ¿Qué hay que aprender en nuestro tiempo antes de comprarse cualquier aparato electrónico, electrodoméstico o automóvil? Porque los vendedores, siempre con aire de suficiencia utilizan una jerga que de verdad es solo para iniciados.
Yo no voy a hacer ahora ninguna relación de siglas y abreviaruras ni a explicar las que he mencionado antes, la mayoría de las cuales desconozco lo que quieren decir. Me limitaré a decir un poco por encima qué son las siglas y qué son los acrónimos, pues en muchos lugares se utilizan ambos términos como sinónimos. Ambos casos son procedimientos de acortamiento y abreviación de palabras que pueden dar origen a nuevas palabras. Aunque el planteamiento inicial es muy fácil, lo cierto es que la realidad nos lo complica un poquito. La sigla, en su acepción más simple es la formación de una palabra mediante la unión de las letras iniciales de una expresión más compleja. Estas letras se escribirán siempre con mayúsculas y se leerán, preferentemente, mediante el sistema del deletreo: UGT (que se lee u, ge, te) y FBI (leído efe, be, i) son ejemplos claros de lo que digo. En cambio, el acrónimo es la unión de una o más letras, sin que sean necesariameente las iniciales) de cada una de las palabras que componen una expresión más compleja; se escribirá con mayúscula solo la letra inicial, si es un nombre propio, o todo con minúsculas, si se trata de un nombre común, y se leerá mediante el sistema de silabeo: sida (síndrome de inmonodeficiencia adquirida), Banesto (Banco Español de Crédito) pueden ser ejemplos ilustrativos.
Pero entre unos y otros ejemplos podemos encontrar casos que producen dudas sobre si la abreviación es sigla o es acrónimo. ¿Qué pasa con ONU o con OTAN? ¿Es FAO una sigla o un acrónimo? Esa es la razón por la que muchos tienden hoy a considerar ambos tipos de creación de palabras como una misma cosa. De todas formas, si alguien tiene interés en un conocimiento más profundo del tema, puede consultar los artículos que el Diccionario panhispánico les dedica. Seguro que hallará respuesta a todas las dudas que tenga.

viernes, diciembre 01, 2006

CENTENARIO

Pues sí, aunque pueda parecer mentira, este es el número cien de los comentarios incluidos en esta agenda. No veáis lo orgulloso que está Zalabardo. Ya va quedando algo lejos aquella tarde del mes de agosto en que anotamos la primera observación. Entonces no imaginaba que iba a llegar hasta donde ha llegado. Hubo un momento en que desesperaba porque alguien incluyese su comentario; luego, cuando este llegó y, antes aún, cuando tuvimos plena conciencia de que muchos amigos seguían las deshilvanadas razones que aquí voy desgranando, la sensación fue de miedo y responsabilidad porque ya no podía escribir a la ligera, porque ya no escribía solo para mí (tal como al principio).
Anoche recibí un mensaje electrónico de Pablo Cantos que me conmovió y que me hizo sentir con más fuerza esa responsabilidad. Le contesté de inmediato para expresarle todo mi agradecimiento. Pablo, hombre de cine, entre otras muchas cosas, sabrá de aquel crítico, Alfonso Sánchez, que hizo famosa la expresión compañero y, sin embargo, amigo. A esos compañeros, y sin embargo amigos, que me halagan soportando la lectura de esta humilde agenda quiero dirigir hoy mi comentario.
Porque de amigos y de amistad quiero que vaya hoy este apunte. En el campo del indoeuropeísmo, y manejo como fuentes los ya citados en otras ocasiones Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua española, por un lado, así como Historias de palabras, por otro, existen dos raíces diferentes que han ido a confluir en un concepto común. Se trata, de una parte, de *leubh, que significa 'sentir placer' y que en un momento derivó hacia 'amar'; de ella surgieron, en el campo de las lenguas germánicas, el inglés love, el alemán liebe y el neerlandés gelooven. La otra raíz es *amma, voz familiar para denominar a la 'madre'. De ella se derivó el término latino amare, que expresaba la relación afectiva entre madre e hijo, de donde concluyó finalmente en 'amar'. Amare es la raíz del español amar, el francés aimer, el italiano amare y el portugués amar.
De lo anterior deducimos que amar hunde sus raíces, en el terreno germánico, en sentido de lo placentero, mientras que en el campo románico las hunde en el sentido de lo afectivo. Teoría que me atrevo a defender si miramos que, de la raíz *leubh, tenemos en español las palabras libido, 'deseo sexual' y la poco usada libídine, 'lujuria'.
De amare se deriva amicus, amigo, y amicitia, amistad, de la que el diccionario dice que es el 'afecto personal, puro y desinteresado (como entre madre e hijo, añado yo), compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato'. Todavía en la poesía medieval se encuentran amigo y amiga con el significado de amado y amada.
A cuantos me honran con su amistad, hoy que redacto la anotación número cien de La agenda de Zalabardo, quiero enviarles todo el agradecimiento y afecto de que soy capaz. Gracias, amigos.