jueves, agosto 31, 2006

LOS AGOREROS

No me gustan los agoreros. Se lo digo a Zalabardo y me contesta que voy listo, porque esa especie abunda y basta dar con el pie en el suelo para que salgan seis o siete. Mi comentario viene a cuento de un chiste de Forges que publicaba El País el pasado lunes 24 de agosto. Trataba sobre el mundial de baloncesto y representaba a un dibujante que imaginaba el titular que pondrían los periódicos tras el partido de España contra Serbia para justificar nuestro fracaso.
Se podía pensar que se refería a "otros" dibujantes, no a él mismo, y en una esquina incluía un "ánimo y suerte". Pero resulta que hoy, día 31, tras haber eliminado España a Serbia y posteriormente a Lituania, y en vísperas de enfrentarse en semifinal a Argentina, Forges ataca de nuevo y ahora su chiste es la pesadilla de Pau Gasol en la que se ve bailando con un jugador argentino el tango "volver con la frente marchita..."
¿Tantas ganas tiene Forges de que nuestra selección pierda? ¿Es que tendremos que incluirlo entre esos negros agoreros que no hacen más que vilipendiar a nuestros deportistas y cantar a los cuatro vientos que nunca llegaremos a nada?
A Forges, y al resto de la camada agorera, queremos decirles, Zalabardo y yo, que el deporte no es más que un enfrentamiento incruento en el que, por fuerza, uno tiene que ganar mientras otro tiene que perder; que es imposible que se dé una cosa sin la otra. Y que se puede perder a las primeras de cambio o ya en una final. Que perder no agrada a nadie, pero consuela hacerlo con dignidad.
Respecto a la selección española de baloncesto, hay que reconocer que está haciendo un papel brillantísimo en este campeonato, en el que ha ganado cada partido por paliza, aunque para ganar baste anotar un punto más que el contrincante. Ahora toca jugar contra Argentina, campeones olímpicos y subcampeones mundiales. Se puede perder o se puede ganar. Si se gana, nuestra selección jugará la final contra el equipo de USA. Pero, si se pierde, nadie volverá con la frente marchita, pese a Forges y el resto de los agoreros. Lo malo es que estos son los primeros en subirse al carro cuando el resultado es de victoria.

miércoles, agosto 30, 2006

LA POCHA

Lo cierto es que hoy, Zalabardo y yo no tenemos ganas de hablar de ningún tema concreto. Estamos de bajón y, además, cabreados porque una avería nos ha dejado sin una parte importante de los electrodomésticos: cocina vitrocerámica, horno y lavavajillas. Se podía contar como contaba Don Rosario, en Tres sombreros de copa, de Mihura, la desgraciada pérdida de su hijo: hizo ¡pin! y se acabó todo. Lo nuestro hizo ¡pum! y se acabó todo. Llamo al servicio técnico y me dicen que, por lo que les cuento, debe ser un problema eléctrico y antes de acudir ellos debe verlo un electricista. Llamo al seguro y me dicen que mandarán uno para que lo revise. Y aquí estamos, esperando que llame el electricista.
Zalabardo trata de animarme diciendo que esto no es nada comparado con lo pasó ayer con los ordenadores del ESNIC. ¿Que qué es el ESNIC? El organismo que gestiona los nombres de dominio .es, es decir, el correspondiente a España. Me da a leer el periódico que cuenta que un error en sus ordenadores dejó durante más de dos horas a todos los internautas sin poder acceder a más de 400.000 páginas que llevan ese código de país. ¿Cómo es posible que de golpe y porrazo queden inactivos todos los nombres de dominio con código de un país concreto? Parece algo así como una chapuza.
Me lo pienso un poco y le contesto que tal vez tenga razón, que eso puede que sea más grave que la imposibilidad de hacerme yo una tortilla de patatas.
Total, como decía, que no tenemos ganas de hablar de otras cosas. Entonces nos hemos metido en Internet y le hemos pedido a Google que nos busque páginas que traten de ese juego de naipes llamado La pocha del que no paran de hablar en la Sexta, mientras comentan los partidos del mundial de baloncesto, Andrés Montes y Juanma Iturriaga. Por lo que hemos podido sacar en claro es un juego parecido al tute subastado con el que se pueden rellenar varias horas. No me extraña que sea un juego tan apreciado por deportistas que han de padecer largos periodos de concentración.
Pero como para jugarlo hacen falta al menos cuatro personas y nosotros somos solamente dos, lo dejamos en espera de mejor ocasión.

martes, agosto 29, 2006

LA RESPONSABILIDAD DE SER MODELOS

Por supuesto que no hablo aquí de modelos de pasarela, ni fotográficos ni nada de eso. Lo que ocurre es que Zalabardo me llama la atención sobre el hecho de que trato pocas cuestiones referidas al lenguaje y me meto demasiado en otros asuntos. Me insinúa que se podría hablar, por ejemplo de quiénes tienen la responsabilidad de que la gente, así, en general, hable mejor o peor, de quiénes ejercen mayor influencia sobre sus hábitos expresivos.
Recojo el guante y le digo que lo haré. Y empiezo por tratar de responder la pregunta que me plantea. Sería iluso responder que son los escritores quienes tienen esa responsabilidad, en especial los clásicos y, cómo no, los modernos consagrados. Puede que eso fuese así en otras épocas en las que las circunstancias eran diferentes. Pero hoy tendríamos que decir que esa influencia, y por tanto esa responsabilidad de ser modelos expresivos, ha pasado a ser ejercida por los medios de comunicación.
Tendrían, por tanto, que ser conscientes los periodistas, de cualquier medio (prensa, radio o televisión), de la fuerza que tienen a la hora de crear modalidades expresivas seguidas por el común de la gente. De ahí deriva la obligación que tienen en el momento de usar la lengua, ajustándose lo más posible a la norma y tratando de evitar cualquier vicio idiomático, porque estos pasan rápidamente a ser utilizados por el público al que se dirigen.
Como ejemplo de lo que digo, quiero dejar aquí algunas muestras de errores: un comentarista deportivo, retransmitiendo un partido de fútbol decía que "el meta se ha convertido, gracias a sus paradas, en la figura proverbial de su equipo"; nada que decir sobre el uso de meta, que es una simple metonimia. Pero lo que el periodista quería decir en verdad era que se había convertido en una figura providencial porque su actuación logró que a su equipo le hicieran menos goles.
Otro ejemplo: en una reseña de prensa, el cronista escribía que "la versatilidad de los pivots [...] les costó con inusitada rapidez tres faltas a la defensa contraria". Resulta que versatilidad quiere decir calidad de volverse fácilmente, tener genio voluble e inconstante. De lo que el periodista quería hablar era de la capacidad para desempeñar diferentes tareas o de adaptarse a diferentes situaciones. Eso, en español, se expresa mediante los términos polifacetismo o polivalencia.
Pero los ejemplos surgen en todos los medios. En una serie de televisión, de gran éxito, el protagonista decía a un delincuente: "Sin heroicismos; suelta eso". Que sepamos, en nuestra lengua, el comportamiento valiente o el hecho importante que requiere esfuerzo y valor es una heroicidad, nunca un *heroicismo.
Por fin, en un informativo de una televisión autonómica, el locutor decía que algo había supuesto un impasse de espera, sin tener en cuenta que el galicismo impasse ya significa compás de espera, punto muerto.
No es necesario continuar, aunque la relación de ejemplos sería casi interminable. Basta que deje aquí claro que quien se pone delante de una cámara o de un micrófono, quien escribe para que su texto sea editado y leído por muchas personas tiene una responsabilidad muy grande y no debe ser descuidado con su expresión.

lunes, agosto 28, 2006

BUITRES

Un hombre ha matado a tiro limpio a su esposa y a su hija. Ha sucedido en Osuna, mi pueblo, pero podía hacer sucedido en cualquier otra parte. Zalabardo me enseña la noticia de prensa donde se relata todo con pelos y señales. Allí se habla de violencia de género, aunque no me gusta la expresión. El hecho no es nuevo; recuérdese si no que Bodas de sangre, de Federico García Lorca, está inspirado en un suceso real y quienes como yo hayan cumplido ya algunos años podrán traer a su memoria aquella tétrica publicación titulada El caso. Parricidios, crímenes pasionales, delitos por honor, etc. han existido siempre.
Lo nuevo es el morbo con que estos casos se tratan en los medios, donde una bandada de buitres sin entrañas descarnan sin compasión hasta dejar mondos los huesos las miserias y lacras de nuestra sociedad de manera tal que su actuación se convierte en efecto llamada para la imitación de comportamientos y conductas en todo punto execrables.
El otro día veía yo en televisión un programa en el que uno que se dice bailarín, y digo se dice porque de él no conozco más actuaciones que las que lleva a cabo en programas de esta naturaleza, se sometía, después de haber pasado por caja, al interrogatorio de una de estas bandadas de buitres de los que hablo sobre si era un maltratador y sobre si había pegado a su ex esposa o sobre las amenazas y vejaciones a que ésta lo sometía.
En otro programa similar, una que se llama secretaria de alguien que murió hace ya años, le pedía al presentador que la ayudara para demostrar cómo era posible para un diestro golpear a una persona de forma que pareciera que lo había hecho alguien zurdo. Por la pequeña pantalla no dejan de aparecer seres miserables que no son nadie pero que, por unos cuantos euros están dispuestos a contar las más escondidas de sus miserias; o a inventérselas.
Por desgracia, la tele está llena de este tipo de programas en los que los gritos, amenazas, violencias verbales, insultos, anuncios de querellas que nunca llegan a nada; con ello ofrecen un triste modelo para muchísimas personas que lo ven y, lo que es peor, que imitan. Lo malo es que las televisiones siguen dando estos programas amparándose en los datos de su elevada audiencia.
Mientras tanto, en la vida real no dejan de suceder cosas como las de Osuna. El periódico da una serie de datos que producen escalofríos: sobre el parricida pesaba una orden de alejamiento; sin embargo, no dejaba de rondar la casa, de amenazar y de frecuentar los bares de la zona. Los propios hijos hablan del maltrato a que había sometido desde muchos años atrás a toda su familia. Ahora, el Ayuntamiento de Osuna quiere declarar no sé cuántos días de luto y convoca una manifestación contra la violencia de género. ¿No habría sido mejor hacer algo antes y así haber evitado la muerte de estas dos pobres mujeres?
Zalabardo me dice que todos tenemos algo de buitres que acudimos solamente cuando hay carroña con la que solazarse.

domingo, agosto 27, 2006

SOBRE LENGUAJE POLÍTICAMENTE CORRECTO

En el apunte anterior citaba que había estado con Zalabardo en Manilva. Paseando por el pueblo, pasamos por el cementerio y nuestro acompañante, Manuel Quirós, nos explicó que ya habían hecho uno nuevo en las afueras del pueblo; pero que, mire usted por dónde, nadie lo quería utilizar y se seguía enterrando a la gente en el viejo.
Me imagino que en todas partes será igual, pero Zalabardo me llamó la atención sobre el hecho de que en la provincia de Málaga existen unos cementerios muy bellos, algunos con características sumamente peculiares: por ejemplo, el de Casabermeja, del que hay una leyenda que afirma que a los difuntos los entierran de pie. No es verdad, aunque el diseño de los nichos colabora al mantenimiento de tan creencia. También se dice que Antonio Gala lo considera el cementerio más bonito de España y tiene dispuesto que a su muerte lo entierren en él. Le digo a Zalabardo que yo no creo que eso sea verdad, pero él me insiste en que sí.
También es bello, y en extremo curioso, el de Sayalonga, pueblo de la Axarquía y situado en la conocida como Ruta del sol y del vino. Es una construcción circular, allí dicen que en España no existe ningún otro semejante y, aunque el adjetivo no parezca adecuado para tal clase de construcción, resulta muy coqueto.
Igualmente llama la atención el del pueblecito de Macharaviaya, todo él más pequeño que la cripta de la familia Gálvez, aneja al mismo.
Pero si hablo de cementerios es porque me gustaría decir algo sobre la palabra cementerio y otra más en uso en nuestros días, tanatorio. Lo políticamente correcto en el lenguaje se reduce en ocasiones a una mera cuestión de tabúes, prejuicios y convenciones sociales. Uno de ellos nos lleva a admitir que aquello que de alguna manera nos desagrada, si no se ve, o no tiene nombre, no existe; y si tiene nombre, se le cambia y santas pascuas. Valga lo siguiente como ejemplo: el lugar de enterramiento ha sido, "toda la vida de Dios", el cementerio o camposanto. En ellos podíamos encontrar los velatorios, donde se velaba a los difuntos antes de darles enterramiento.
Pues bien, hoy se tiende a hablar mejor de parques cementerios, en los que los velatorios han pasado a ser llamados tanatorios. Tan es así que en algunos lugares, Zalabardo lo ha visto en un pueblo de Córdoba, se confunden ambas cosas y al cementerio lo llaman tanatorio. Es más moderno, ¿verdad? Pues bien, analicemos el significado de cada palabra: cementerio (del griego koimetérion) significa dormitorio; velatorio expresa el lugar donde se vela, donde no se duerme y, por fin, tanatorio (del griego thánatos) significa lugar de muerte. Ante eso, y pese a todas las modas que surjan, yo le digo a Zalabardo que, cuando muera, quiero que mis familiares y amigos me acompañen en un velatorio y ser enterrado en un cementerio antes que en un tanatorio. Aunque en ese momento puede que me dé igual lo que hagan, ¿no creen?

viernes, agosto 25, 2006

BEATUS ILLE...

Manilva es un pueblo malagueño, próximo a Estepona, y a dos kilómetros de la costa si entramos desde San Luis de Sabinillas. Tan cercano al mar, Manilva es un pueblo serrano y desde él se puede otear el Mediterráneo y toda la saturada, de urbanizaciones y campos de golf, costa malagueña.
Allí hemos estado hoy disfrutando de la hospitalidad de Manuel Quirós y de toda su familia. En un primer momento, pudiera decirse que Manilva parece un pueblo tranquilo que escapará del tráfago urbanístico y constructor de los pueblos costeros. Vana ilusión. Desde de la terraza de la casa de Manuel puede observarse cómo el pueblo está ya cercado de grúas, de construcciones que parecen enjambres y de proyectos de campos de golf que, mejor mucho a mucho que poco a poco, van haciendo desaparecer los campos sembrados de viñas, una de las principales riquezas de la comarca y origen de la mejor uva moscatel.
Manuel nos cuenta cómo las cepas van siendo arrancadas, los campos abandonados y, finalmente, vendidos a promotores y especuladores. Nos dice que los jóvenes ya no quieren las labores del campo, que en la construcción y en otras actividades ganan más con menos sacrificio. Mientras nos lleva a ver sus viñas y mientras le ayudamos a coger tomates, pimientos, berenjenas y dulces higos, con su cristalina gotita de miel, como dijo Juan Ramón en Platero y yo, nos dice que él ya no necesita de nada de eso para vivir, que sus hijos, hoy estaban allí Daniel e Isabel, dos de los tres que tiene, ya están colocados y tienen la vida resuelta.
Con un poco de brillo en los ojos nos comenta que él también va cayendo en las manos de los promotores y va arrancando cepas, porque ya la edad no le permite cuidarlas como se merecen y que terminará por deshacerse de todo menos, al menos mientras viva, de su trocito de vega porque aquello tiene algo que vale más que cualquier tierra: agua.
Todas las mañanas baja andando hasta su pequeña parcela, nunca supo conducir y nunca ha tenido coche, aunque sus hijos ahora sí lo tengan, y labra, riega, sulfata según la necesidad del momento, y coge las patatas, las cebollas, los pimientos necesarios para el consumo familiar. Las uvas, dice, en su mayor parte las regala, porque tiene muchos compromisos con los que cumplir. Como las que nos regala a nosotros.
Por la mañana nos recibió con un suculento desayuno compuesto por pan y aceite de oliva, café con leche y uvas moscatel. A mediodía, hemos comido unas sabrosísimas sopas de tomate y un no menos bueno guiso de carne con patatas cocinados ambos, mano a mano, por Victoria, su mujer, e Isabel, su hija, entre las que correteaba Olga, la nieta, hija de Daniel. De postre, un dulcísimo melón criado en su vega. En un momento de la comida afirma que él sería feliz con que todo el mundo ganase un poquito más que él. Y lo explica: ha estado toda su vida trabajando sin parar; nunca le ha sobrado nada, pero nunca ha pasado hambre; ha podido sacar adelante a sus tres hijos y ahora los tres disfrutan de una posición estable. Es un pecado, dice en voz baja, que todavía haya gente que no tiene para comer.
Manuel Quirós y su familia viven, o nos lo ha parecido a nosotros, a un paso de la felicidad.

jueves, agosto 24, 2006

MUCHAS GRACIAS, DE VERDAD

Me lo había dicho Zalabardo hace unos días, pero lo cierto es que yo no había prestado demasiada atención al hecho. Cada día, me decía, las relaciones sociales son más conflictivas y cada vez las cotas de hipocresía más altas. La gente no es clara con los demás, no se comporta con sinceridad, sino que está dispuesta a clavar por la espalda cuantos cuchillos sean precisos y miente como auténticos bellacos.
Le contesto a Zalabardo que me cuesta creer que eso sea así y él me responde que yo soy muy inocente si pienso otra cosa diferente. Me razona, para afirmar su argumentación, que no hay más que ver como incluso en el habla se han introducido muletillas que no persiguen más que disimular que no estamos demasiado convencidos de lo que estamos diciendo. Es lo que ocurre con la coletilla de verdad que de un tiempo a esta parte se añade a cualquier afirmación que dirijamos a alguien. Así, una amiga le dice a otra: te veo más delgada, de verdad; o un amigo a otro: te deseo lo mejor, de verdad. ¿Es que si no añadimos ese apéndice a la frase estamos mintiendo? Lo que ocurre, dice Zalabardo, es que somos tan hipócritas que necesitamos apoyarnos en ese de verdad para que no se note tanto que queremos decir precisamente lo contrario de lo que decimos. Y cuando decimos a alguien gracias, de verdad, en realidad pensamos: anda y que te zurzan.
Algo semejante pasa estos días con las diferentes autoridades autonómicas y la necesidad de solucionar el problema que los inmigrantes ilegales están creando a las Islas Canarias. Hace años que todos firmaron, de verdad, un acuerdo para el reparto de los inmigrantes por todo el territorio del Estado confiando en que no llegase nunca el momento. Ahora que es preciso poner en práctica tal acuerdo, son muchos los que protestan de que a ellos se les envíen inmigrantes para paliar un poco la situación de las Canarias.
Lo peor de todo es que al tratarse de este problema se piensa en todo menos en los pobres inmigrantes que son quienes de verdad sufren. Y en este caso, ese de verdad no es ninguna muletilla.

miércoles, agosto 23, 2006

AGOSTO, LA PRENSA Y EL VALOR DEL DÓLAR

El mes de agosto significa un parón en la mayoría de las actividades y, en aquellas que no pueden parar, su entrega a manos del personal más novato y que, por eso mismo, no disfruta de vacaciones en esa fecha en beneficio de quienes son más veteranos. Cierran oficinas, talleres de reparación, ministerios. Es difícil realizar cualquier gestión durante el mes de agosto. Al propio Zalabardo le han dejado el coche a medio reparar hasta que el taller reabra en setiembre.
En la prensa ocurre igual. Los periódicos son más delgados y se buscan contenidos más intrascendentes para poder rellenar páginas y estar cada día en los quioscos. No creo descubrir nada cuando escribo esto.
A cambio, a veces nos encontramos con curiosidades dignas de reseñar. Como la que Zalabardo me indicó el sábado pasado, 19 de agosto. En su página sobre radio y televisión, El País incluía una información titulada Las cadenas confían en las nuevas formas publicitarias para asegurar su rentabilidad, firmada por OTR. Ese mismo día, ABC, también en su página sobre radio y televisión, incluía otra información, firmada por S.T., titulada La publicidad camuflada en televisión se multiplicará en los próximos años. La curiosidad que digo no es que las dos hablen de lo mismo, sino que son iguales; hasta tal punto que el segundo párrafo de El País, que en ABC aparece como tercero, son absolutamente idénticos. ¿Cuál es el origen de dicha información? ¿Quiénes son OTR y ST y de dónde han sacado lo que escriben? ¿Quién ha revisado lo que han publicado uno y otro diario?
Bueno, a decir verdad, una diferencia hay entre un texto y otro: la equivalencia en euros que uno y otro colaborador dan a determinadas cantidades de dólares. Para El País, 1.500 millones de dólares equivalen a 1.170 millones de euros, y 14.000 millones de dólares, a 10.900 millones de euros; en cambio, para ABC, la primera cantidad equivale a 1.250 millones de euros y la segunda, a 11.600 millones de euros. ¿Verdad que al menos uno de los dos está equivocado?
¿Saben qué me ha dicho Zalabardo cuando le he pedido su conclusión sobre la semejanza de los dos textos? Que si alguna vez se ve en la necesidad de cambiar dólares, lo hará en la caja de ABC.

lunes, agosto 21, 2006

SOBRE ERRATAS Y ERRORES

Cuando Zalabardo tiene un libro entre las manos son dos las cuestiones a las que presta atención. Una es, naturalmente, su contenido, aquello que su autor pretende transmitirnos y la manera en que lo transmite. La otra es el libro como objeto, como producto físico en sí mismo. Hay libros que son una auténtica maravilla. No me refiero ya a los llamados libros de arte o a esas copias facsimilares cuasi originales de libros antiguos. Pienso en libros normales que podemos adquirir en librerías a su precio normal.
Son libros, aquellos de los que hablo, cuidados, hechos con cariño no solamente por su autor, sino también por los editores. Es bella, por ejemplo, la edición de 1914 de Platero y yo, con ilustraciones de Fernando Marco; agrada tener entre las manos, por ejemplo, Y véante mis ojos, de Raúl Rodríguez, editado en Málaga, en 2003, por MLK. Y es bella, por no seguir dando más ejemplos, la edición de Lumen de La misteriosa llama de la reina Loana, de Umberto Eco, de 2005. Y casi todos los libros de la editorial Siruela son ejemplares compuestos con mucho gusto.
Digo todo lo anterior porque a Zalabardo no hay nada que le moleste tanto como un libro con erratas o errores de diferente índole. Se le cae de las manos un ejemplar descuidado. Bien es verdad que hay erratas que pueden hacer más valioso el libro en que se encuentran, o que tienen un sentido especial. Me dice Zalabardo que en su época de estudiante un profesor les contó una anécdota que, de no ser cierta, merecería serlo; va referida a la editorial mejicana Fondo de Cultura Económica, que, según la anécdota se debería haber llamado Fondo de Cultura Ecuménica de no haber sido por una errata aparecida en su primer producto.
Todo lo dicho surge del hecho de que Zalabardo ha empezado a leer La piedra del destino, novela de Jesús Maeso de la Torre, editada por Edhasa. Pues bien, en solamente quince páginas, de la 149 a la 163, aparece un sinfín de equivocaciones. Algunas son simple gazapos tipográficos, como estauarias por estatuarias; otras son creaciones improcedentes de palabras, como excomulgaciones por excomuniones o armoniaba por armonizaba; otras son empleo inadecuado de algunos términos como fanal o bordón; o convertir el castillo de Sant' Angelo, de Roma, en Saint Angelo; por fin, hay auténticos errores ortográficos, como escribir berraco por verraco u óvolo por óbolo.
La verdad es que no hay forma de concluir la lectura de un libro así. Y eso es lo que ha hecho Zalabardo, abandonar su lectura.

sábado, agosto 19, 2006

DE FERIA Y DE CARTELES

Hoy sábado termina por fin la feria de Málaga. Zalabardo, a quien no gusta ningún tipo de bullicio piensa que la ciudad no es hoy buen sitio para estar, agobio y aglomeraciones por todas partes, y me propone que nos vayamos a comer a Nerja. Me sorprende porque siendo segunda quincena de agosto no creo que aquello pueda considerarse un desierto.
Sin embargo, no ha estado mal la cosa; la gente debía estar en la playa y la temperatura era en verdad agradable. Nos hemos ido al restaurante Pacomari, donde ponen un ajoblanco con uvas que está para darle dos vueltas al ruedo. La sobremesa ha sido en la cafetería del hotel El balcón de Europa.
A la vuelta, me ha pedido que pasásemos por el centro para ver la portada ferial de calle Larios. Tienen razón los que dicen que es horrorosa: un inmenso rectángulo blanco todo lleno de geranios y lunares rojos; un geranio, un lunar, un geranio, un lunar, y así hasta el infinito. ¿Cuánto ha pagado el Ayuntamiento por la idea?
Ya en casa, enciendo el televisor y nos sentamos a ver un partido de fútbol del Torneo Carranza, de Cádiz. Una de las primeras imágenes que ofrecen es la de una pancarta en la que se leía: Cuatro, haber si me enfocas, pixa. Un prodigio en todos los aspectos, ¿no es verdad?
Esto de los carteles, pancartas y grafitos supone una cultura especial. Dicen mucho de sus autores. Parece, además, que quienes practican este arte de la rotulación suelen estar especialmente enfadados con la ortografía, con la sintaxis y con cualquier otra técnica de la redacción.
Hace unos días, en Sanlúcar de Barrameda, me encontré un cartel digno de ser incluido en un comentario como este; cerca del mercado, en una calle estrecha y frente a la que me dicen que es la única bodega en la que se mantiene la técnica artesanal de obtener la manzanilla (allí se produce la manzanilla La cigarrera) hay un pequeño museo del mar, por nombre Las caracolas, en cuya puerta, junto a otros muchos carteles (fondo azul y letras blancas) se ofrece, bien visible este: No aparca. Entranda al Museo.
Claro que uno de los más inimaginables me lo encontré (pienso que aún debe seguir allí) precisamente en Nerja, allí donde las aguas del río Chíllar (quien no conozca este paraje debe visitarlo) son recogidas para su aprovechamiento urbano. Un cartelón grande, bien visible, reza (si no recuerdo mal) lo siguiente: Proivido beber. Por el vien de todo. De aqí bebemo todos.
Claro que otros son de naturaleza diferente y no tienen nada que ver con el uso del lenguaje y nos llevan hacia otras reflexiones. En el pueblo de Archidona, de Málaga, existe un bello paraje por el que es una delicia pasear. Es la Hoz de Marín, que suele venir recogida en todas las guías de senderismo de la provincia. Es zona para pasear, aunque algunos no dudan en meterse por ella con el coche. Pues bien, en ese lugar hay una bella explanada junto al arroyo en la que dan amena sombra un grupo de árboles. En el tronco de uno de ellos, alguien ha clavado un letrero de latón, con fondo pintado de rojo y letras rotuladas en negro. No es raro que el paseante se sienta atraído y se acerque a leer su contenido: Se prohibe aparcar para follar.
Para otros menesteres, ¿se podrá aparcar allí?

viernes, agosto 18, 2006

SETENTA AÑOS

Hoy se cumplen setenta años ya de la muerte de Federico García Lorca. La noche del 18 al 19 de agosto de 1936 lo sacaron de la casa de recreo que se había convertido en cárcel provisional, La Colonia, en Víznar, lugar al que había sido trasladado muy poco antes, y en un barranco cercano, a los pies de la Sierra de Alfacar, fue fusilado junto con otras personas y enterrado en una fosa común.
El lugar donde con casi toda certeza está enterrado es hoy un parque dedicado a su recuerdo y al de todas las víctimas, de los dos bandos, de la guerra civil. Muy cerca se halla una fuente, la Fuente Grande, que los árabes conocieron con el sugerente nombre de Aynadamar o Fuente de las Lágrimas.
Si consultamos su partida de fallecimiento, podremos leer que la causa de su muerte fueron "heridas producidas por hecho de guerra". Terrible eufemismo para hacer referencia a un fusilamiento.
Cada año, en esta fecha, se reúne en aquel lugar un gran número de personas para recordar su memoria y la de cuantos murieron en aquella guerra. A Zalabardo le gustaría también estar allí, pero al no poder ser, quiere recordar este hecho con unos versos del poema El crimen fue en Granada, de Antonio Machado:
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-
...Que fue en Granada el crimen
sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada...
Zalabardo pensaba hacer un comentario sobre eufemismos, pero piensa que es mejor dejarlo para otra ocasión.

jueves, agosto 17, 2006

NO PODEMOS DEJARLOS SOLOS

Se marcha Zalabardo unos días de vacaciones, pero de vacaciones auténticas (de esas en las que uno se puede olvidar de todo y abandona la prensa, la televisión y la radio) y a la vuelta corre el peligro de hallar que todo ha cambiado. En esta ocasión ha sido el mismísimo sistema solar el que nos ha sido transformado; o, al menos, está a punto de serlo: "Los astrónomos proponen ampliar a 12 el número de planetas del Sistema Solar", dice El País de hoy; "Bientôt douze planètes dans le système solaire", leemos en Le Monde.
Y es que a una comisión de expertos les ha dado por echarnos por tierra lo que aprendimos en la escuela y ahora proponen una nueva definición de planeta. Aquello de "cuerpo celeste que gira alrededor de una estrella, en especial el Sol, y que carece de luz propia" ya se ha quedado obsoleto si llegan a triunfar las tesis de este comité y, en adelante, los niños tendrán que aprender algo a sí como que "planeta es un cuerpo celeste que tiene masa suficiente como para que de la interacción de su gravedad con las demás fuerzas resulte una forma esférica que esté en órbita alrededor de una estrella sin ser él mismo una estrella ni el satélite de otro planeta". Casi nada; ganas de joder la marrana, que se dice en el pueblo de Zalabardo.
Con esto, dicho comité no solamente salva a Plutón, que estaba en espera de ser expulsado del gremio de los planetas, sino que incluye a otros cuerpos, tales como Caronte, Xena y Ceres; e incluso puede que hubiera que incluir a otros más, entre ellos Sedna, Quaoar o los hasta ahora considerados asteroides Vesta y Palas.
La Unión Astronómica Internacional, que tiene que decidir sobre tal asunto, había creado un comité que llevara a cabo los estudios y redactara la propuesta pertinente. El País, y otros periódicos, llaman a este grupo de personas designadas para llevar a cabo un estudio concreto y realizar propuestas a partir de tales estudios comités de sabios. La expresión, al par que fea, no es del todo exacta y debería cambiarse por la de comité de expertos. La razón de tal confusión hay que encontrarla en el francés, donde tanto sage como savant pueden ser traducidos a nuestra lengua como 'sabio'.
Noticias buenas que me encuentro también a la vuelta: la guerra de Líbano ha concluido (?) y la pira que eran los montes de Galicia parece que se ha extinguido.

jueves, agosto 10, 2006

A PROPÓSITO DEL FEMENINO DE 'CANCILLER'

No se puede decir que el día sea bueno. Al problema de Líbano se une el cierre de Heathrow por amenaza de atentado y Galicia sigue ardiendo por sus cuatro costados. ¿De qué hablar si ya la prensa y los informativos de televisión han dicho casi todo? ¿Qué puedo decir yo sino dejar aquí constancia de mi rabia? ¿Se puede estar tan loco como para no detener lo que pasa? ¿Es que hay alguien que se mueve precisamente para que las cosas sucedan como suceden y tengamos que soportar la angustia que nos acongoja?
Pero en mis anotaciones anteriores dije que hoy hablaría sobre el uso del término 'canciller', o mejor, sobre el empleo de su femenino 'cancillera'. Vamos allá:
Cuando no hace mucho ganó las elecciones alemanas a la presidencia del Gobierno Angela Merkel, una mujer, se plantearon, al menos en el ámbito de la lengua española, una serie de dudas, o una muy concreta: en alemán, para esa función se utiliza el término bundeskanzler, 'canciller', cuyo femenino es bundeskanzlerin. Pero el diccionario de la Real Academia solamente recoge el término canciller. Ante las dudas planteadas, la RAE abrió durante unos días su página web con una nota informativa que remitía al Diccionario panhispánico de dudas, que estaba entonces a punto de aparecer en las librerías. En él se aclara, en esencia, que la palabra canciller es común en cuanto al género, lo que quiere decir que tiene forma única para masculino y femenino; eso significa, concluía la nota de la RAE, que no es correcto utilizar la forma cancillera.
Tengo que disentir de esa explicación, que me parece simplista y voy a tratar de exponer mi criterio y decir algo sobre las palabras comunes en cuanto al género, que son, como se ha diccho más arriba, aquellas que tienen forma única para masculino y femenino.
Consultando la edición electrónica del dicccionario de la RAE, aparecen como pertenecientes a esta categoría 1327 palabras. De ellas, el mayor grupo es el de las terminadas en -ista, 567 (pianista, malabarista, etc.). Si les sumamos las que tienen otras terminaciones también frecuentes (-ante, -ente, -ata, -eta, -al, -ota...) llegamos a un total de 761, es decir, más del 50%. Para no ser prolijo en exceso, diré que nada hay que objetar a términos como equilibrista, gobernante, adolescente, ludópata, esteta, oficial, patriota, etc. Hay ejemplos de sobra de uso de estas palabras que explican su categoría morfológica.
Pero entre estos nombres considerados comunes (y a los que habría que sumar otros que no son considerados tales), aparecen, o han aparecido alguna vez, algunos que designan oficio, profesión, función o cargo que tradicionalmente han desempeñado hombres y que hoy desempeñan también las mujeres. Veamos algunos casos: para mí, el más notable es el de juez, que el diccionario considera común y, sin embargo, la hace seguir en otra entrada de la forma jueza, que define como 'mujer que desempeña el cargo de juez'. Exactamente igual sucede con fiscal. Otro ejemplo curioso es el de bachiller; en la edición de 1992, el diccionario la recogía como común en cuanto al género; en cambio, en la edición de 2001, ya aparece la forma 'bachiller, -ra', con su categoría gramatical modificada, ya que ahora dice 'm. y f.', es decir, masculino y femenino. Cambios parecidos se han producido con concejal, -la, edil, -la, bedel, -la, etc. Con alguacil pasa algo diferente, puesto que el diccionario la considera común y dice que alguacila es 'la mujer del alguacil'
Y vamos ya con canciller. Me parece que coincidiremos todos en que, salvo en limitadísimos casos, hubo un tiempo en que a la función política (como a la judicatura y a otras funciones) solo se dedicaban los hombres. Hoy la cosa es bien diferente. Nosotros, concretamente, tenemos unaa vicepresidenta (¿verdad que es mejor decirlo así?) y varias ministras y consejeras. Quiero decir, en resumen, que no creo que exista especial problema en utilizar cancillera. Y modificar su consideración gramatical como se ha hecho, por ejemplo, con bachillera. En francés, el término canciller es chancelier, cuyo femenino chancelière designa (según el diccionaario que consulto) 'la mujer del canciller', o sea, un caso parecido al de nuestro alguacila. Pese a todo, los periódicos franceses, al menos Le Monde, que es donde lo he visto, no dudan en llamar a Angela Merkel chancelière, es decir, cancillera, sin ninguna connotación peyorativa. ¿Por qué no vamos a poder hacer nosotros lo mismo?
Como conclusión, pensemos que el diccionario ha de reflejar la lengua viva y no al revés. Por eso los diccionarios siempre van por detrás de los usos. Como debe ser.
Ah, y que Galicia deje de arder; que la amenaza de los terroristas aéreos quede en solamente eso; que Líbano encuentre la paz y los israelíes se retiren; y que la esperanza de un desarrollo sostenible deje de ser mera esperanza y se convierta en realidad.

miércoles, agosto 09, 2006

Después de mucho pensarlo, Zalabardo inicia aquí la primera página de su agenda. Lo hace sin saber siquiera si alguien se tomará la molestia de leerlo y si alguien responderá alguna vez a sus planteamientos. Pero, de cualquier modo, lo hace sin estridencia, con humildad, con la duda de si no sería mejor callar en muchas de las ocasiones, no porque pueda herir a nadie, sino porque a lo mejor a nadie interesa lo que diga.
¿Y de qué hablará Zalabardo? No lo sé; de todo y de pocas cosas al mismo tiempo. ¿Qué le interesa a Zalabardo? Lo que a la mayoría de las personas: lo que ocurre en el mundo, la armonía entre las personas, que haya paz de una puñetera vez, todas esas cosas.
Y quiere hablar de todo ello sin dramatismos, sin adoptar posturas "ex cátedra", sin creer que ha descubierto el mundo, como suele hablar conmigo cuando, juntos, nos tomamos una cerveza para combatir el calor del verano. Poniendo en ello, si fuera preciso, un poquitín de humor.
Es posible que Zalabardo se equivoque muchas veces. A lo mejor debería hablar de lo que Israel está haciendo en Líbano y habla de las plagas de medusas en las playas; quizá quiera hablar del problema de los inmigrantes (no de la inmigración, que ese es problema de países desarrollados) y termine hablando de lo que le cobraron en un chiringuito de la playa.
Zalabardo quería empezar su agenda tratando una cuestión lingüística: ¿por qué en español no podemos decir "cancillera"? Le he sugerido que eso sería demasiado para el primer día y que lo mejor sería presentarse. Me ha hecho caso y dice que su siguiente nota abordará el asunto. Así que cerramos por hoy la agenda.