sábado, febrero 13, 2016

EL ETERNO REGRESO DEL MITO



            Las obras poéticas realmente bellas rara vez tienen un solo autor. Dicho de otro modo, son obras que se hacen solas, a través de los siglos y de los poetas, a veces, a pesar de los poetas mismos, aunque siempre, naturalmente, en ellos (Antonio Machado)

            Quería haber hablado hoy de un tema muy diferente, el de la impunidad con que circulan textos, opiniones, juicios… en Internet. Pero no he tenido tiempo. Estoy enfrascado en un acto próximo que tendrá lugar en el Centro Andaluz de las Letras de Málaga: una charla-coloquio sobre mi novela, No tendrías que haber vuelto.
            En dicho acto tendré el gran honor de que me acompañen, quizá sea mejor decir que los acompañaré yo a ellos, Francisco Ruiz Noguera y Elena Picón García, amigos, compañeros, personas entrañables por encima de todo. Intentaremos desentrañar a quienes se les apetezca asistir las claves de la novela. Realmente no hay más que una: que el mito, los clásicos, están siempre presentes en nuestra vida, que no constituyen algo que haya vuelto sino, como me decía Lola Ruiz, son algo que nunca se ha ido y que nunca envejece.
            Mi novela, lo he dicho varias veces, aunque es una historia actual, nace de mi lectura de los clásicos, más de la Odisea y de Gilgamesh que de otros, pero hay más escondidos en sus páginas. Clásicos y mitos, porque tanto de unos como de otros necesitamos para vivir. Decía Vargas Llosa que la obra literaria y artística que alcanza cierto grado de excelencia no muere con el paso del tiempo, sino que sigue viviendo y enriqueciendo a las nuevas generaciones y evolucionando con ellas. También decía que en un mundo que tiende a la especialización y a la acumulación de conocimientos, cada vez es más necesaria la cultura. Porque conocimiento y cultura no son la misma cosa, ya que esta última es experimento y reflexión, pensamiento y sueño, pasión y poesía; y una revisión crítica constante y profunda de todas las certidumbres, convicciones, teorías y creencias. Pero ella no puede apartarse de la vida real, de la vida verdadera.
            Esa reflexión, esa revisión de los clásicos y los mitos, sin apartarme de la vida real, haciéndolos vivir en nuestra época y bajo nuestras circunstancias es la pretensión, modesta, de mi novela. De todo ello intentaremos hablar el próximo día 3 de marzo, a las 19:00, en el Centro Andaluz de las Letras. Aquí os dejo el cartel anunciador.

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