Estos días pasados han tenido lugar las celebraciones del Orgullo gay. Si quiero ser sincero, me han parecido excesivas. Está bien defender los derechos de las personas, reivindicar todo aquello que, en estricta justicia, alguien considera que le pertenece. Pero también creo que, al menos en nuestra sociedad, los homosexuales han alcanzado un nivel de aceptación y de reconocimiento (aunque no ignoro que puedan restar bastantes prejuicios) que ya quisieran para sí algunos otros colectivos. Y digo que me han parecido excesivas porque me lo parece cualquier desmesura y nadie me negará que ha habido desmesura en ellas. Por ese camino, muchos días de orgullo (por diferentes razones) habría que celebrar.
Hace unos días, durante el desayuno, alguien hizo la pregunta de si el término gay era aplicable solo a hombres o se podía decir también de mujeres. Ninguno supo en aquel momento cuál pudiera ser la respuesta válida. Luego lo comenté con Zalabardo y ambos nos pusimos a buscar. Aquí van los resultados de nuestras indagaciones.
En principio, digamos que, aunque es una palabra adoptada del inglés, el origen del vocablo es francés, gai, que significa 'alegre'. El español lo adoptó muy temprano con la forma gayo, que para Sebastián de Covarrubias significa 'alegre, apacible, deleitable, galán'. Añade, incluso, que el adjetivo gayado significa 'mezcla de diferentes colores, que matizan unos con otros'. Sería curioso ver si algo de esto pudo haber influido en la elección de la bandera arcoiris, símbolo del movimiento homosexual. Y, aún más, explica la etimología del término papagayo diciendo que se llama así porque presenta el papo (o sea, el pecho) con una gran variedad de colores.
Pero parece ser que fueron las comunidades homosexuales americanas las que adoptaron, en San Francisco, alrededor de 1978, el término gay para referirse a ellos mismos. Y en este sentido es preciso advertir que denominaban gay solo a quienes de forma abierta y natural aceptaban su homosexualidad, razón por la que quedaban excluidos del término los transformistas, travestis y transexuales.
En las comunidades hispanohablantes, gay designa casi exclusivamente a los homosexuales varones, aunque es aplicable también a la mujer, para quien se prefiere, sin embargo, la denominación lesbiana. No obstante, Zalabardo me enseña una entrada del diccionario Collins referida al término que comentamos en la que se lee: gay man, homosexual; gay woman, lesbiana. No creo que haya que explicar por extenso que el término lesbiana procede de la isla griega Lesbos, hoy Mitilene.
Igual que se utiliza la expresión mujer alegre para señalar a una prostituta, pudiera ser que gay hubiera nacido de la intención de referirse a chicos (o chicas) alegres. Por eso creo que la explicación que he leído, ahora no recuerdo dónde, que pretende justificar el término como el acrónimo de Good As You ('tan bueno como tú'), no es sino un mero intento, bastante artificial, de eliminar de la palabra cualquier connotación peyorativa.
Por cierto, me insiste Zalabardo para que deje bien claro que en español debemos decir [gái] y no pronunciar la palabra a la manera inglesa [guéi], puesto que gay se viene utilizando desde antiguo, aunque con otro significado. Recuérdese, me dice, aquel verso de Antonio Machado ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar, en que mostraba su rechazo de aquel tipo de poesía que ponía su interés en los aspecto puramente formales. Dicho queda.
1 comentario:
¡Que sorpresa! En comentarios anteriores hay un "padre que no se queja pero observa" y ha salido respondon. Me ha sorprendido como ha desmenuzado habilmente el texo del apunte de ese dia, dedicado a la profesion de maestro. Y me ha sorprendido sobre todo como concluye:"Se pueden decir más tópicos en tan podo espacio?
Pero no se preocupe, usted mismo tiene la respuesta:
“Por lo general, quien intenta conseguirlo es un ignorante que solo sabe argumentar con tópicos”.
Me siento atraido por la elegancia con la que ese "padre que no se queja pero observa" llega a decirle al escritor que a veces él tambien yerra, es decir, se separa de eso que él quiere atribuirse en exclusiva como si los demas (algunos) fueramos inevitablemente imbeciles, intolerantes y muchas cosas mas.
Yo me permito recordarle al escritor alguna otra frase en la que peca de soberbia y le falta humildad, ese equilibrio de sabiduría que por lo general le acompaña en sus reflexiones pero que en ocasiones se le escapa y le tiñe del tono del que estamos hechos todos los humanos: de vanidad. Me refiero a la siguiente frase:"quedan todavía muchos Vicente Hernández sueltos por ahí. Son aquellos que no ven más que por sus propios ojos, aunque un velo les vede presenciar lo que tienen delante , y que no oyen más que sus propias palabras. Son quienes solo se expresan en una especie de culta latiniparla tras la que ocultan sus torcidas intenciones y no pueden reprimir la rabia que les produce que pueda haber otras personas que, en castellano derecho, en el román paladino al que aspiraba Berceo, traten de deshacer lo que consideraban hábiles manejos. Le respondo que con ellos habrá también que lidiar." ¿A quien se refiere usted, sr. escritor? Verdad que todos estamos cortados por la misma tijera.
El viejo de la colina
7:23 PM
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