domingo, abril 22, 2012


JUGAR CON LAS PALABRAS  

    Zalabardo tiene la virtud de saber siempre en qué momento debe darme algún toque de atención sobre el discurrir de esta Agenda. El otro día me decía con muy buenas palabras, la verdad es que no sabe emplear otras, que llevo un tiempo escribiendo unos apuntes que me califica como excesivamente serios, un tanto en contradicción con lo que en la cabecera declaramos. Reconozco que tiene razón y le pido que me sugiera algún tema que pueda apartarse de esa seriedad.
    Como si estuviera esperando mis palabras, dijo de inmediato: ¿Te acuerdas del mensaje que te envió hace poco José Luis Rodríguez? Podrías emplearlo ahora. Efectivamente, recuerdo aquel correo: me remitía una serie de curiosidades de nuestra lengua (palabras más largas, palabras con las cinco vocales, palíndromos, anagramas, etc.). En realidad, aquel documento no era nada nuevo; por Internet circulan muchas páginas de ese tipo y la última vez que yo vi una semejante fue en www.manualdeestilo.es.
    A los dos nos gustan los juegos de palabras: crucigramas, palabras cruzadas, componer frases cuyas palabras contengan solo la misma vocal, etc. Cosas así. En ocasiones, Zalabardo y yo jugamos con palabras y buscamos curiosidades en nuestra lengua. Por ejemplo, proponer nombres que contengan las cinco vocales y cosas así, a ver quién falla antes. La verdad es que nuestra lengua, supongo que todas, ofrecen cosas curiosas. Veamos algunas:
    Las palabras más largas. Nos encontramos con que las palabras más largas de nuestra lengua (que aparezcan en el DRAE): son contencioso-administrativo (compuesta sintagmática), con 25 letras, electroencefalografista, con 23 letras, esternocleido-mastoideo y electroencefalográfico, ambas con 22 letras (las tres, compuestas propias), e in pártibus infidélium (compuesta sintáctica o locución), con 20 letras. Podríamos citar también anticonstitucionalmente, de 23 letras, válida, pero que no aparece en el Diccionario oficial. Bien mirado, nuestra lengua no va muy allá en este aspecto puesto que en alemán, por citar otro idioma, cuentan con una palabra compuesta por 80 letras:  Donaudampfschifffahrtselektrizitätenhauptbetriebswerk bauunterbeamtengesellschaft.
    Una actividad muy divertida es la que considera las palabras en función de la cantidad y calidad de las vocales que en ellas aparecen. Una supuesta entrevista con la escritora Lucía Etxebarría en la que esta afirmaba (ignoro si tal afirmación es real) que la única palabra española que contenía las cinco vocales es murciélago encendió la Red con aportaciones de listas de palabras que contradecían a la novelista: euforia, abuelito, auténtico, reumático, peliagudo, encubridora… Incluso hay una página,  www.solosequenosenada.com/2010/12/07/todas-las-palabras-que-contienen-todas-las-vocales-aeiou-listado-completo/, donde se afirma que en nuestra lengua son 42.266 las palabras que cumplen tal condición, aunque si eliminamos las que contienen que, qui, gue, gui, en las que la u no suena, se quedan en 30.500. Lo que no tenemos es ninguna palabra que presente las cinco vocales en su orden usual (aeiou), aunque sean bastantes las que las llevan en orden inverso: sudorientas, suroccidental, ugrofinesa


¿Y los palíndromos y los anagramas? Se pueden pasar muy buenos ratos con ellos. Un palíndromo es una palabra que leída en un sentido u otro suena igual. Por ejemplo, reconocer, sometemos, sirimiris, arenera, anilina o erigiré. Por supuesto, cuantas más letras tenga la palabra, más difícil es que sea palindrómica. Hay palíndromos que son frases; ¿quién no conoce ese de dábale arroz a la zorra el abad? Pero serán menos quienes conozcan una variante: Adán dábale arroz a la zorra. El abad, nada. O este otro: Anita, la gorda lagartona, no traga la droga latina.
    Por su parte, los anagramas son palabras surgidas de la alteración del orden de las letras de otras: ecuatorianos / aeronáuticos; Andalucía / alucinada; irónicamente / renacimiento… En la página que he citado antes, encontramos largas listas; por supuesto, no se me ha ocurrido comprobar la veracidad de lo que dice, pero, por ejemplo, las letras de áptero permiten 101 combinaciones posibles válidas. O las de norte nos ofrecen entro, roten, tenor, terno, treno


    Hay otros posibles juegos con palabras. Por ejemplo, ver quién encuentra la más larga en la que no se repita ninguna de sus letras (centrifugado tiene doce letras, todas diferentes y, además, contiene las cinco vocales). O buscar palabras que presenten alto número de tildes o virgulillas (punto superior de la i o la j, tildes acentuales, tilde de la ñ…); me dice Zalabardo que ha leído que pedigüeñería es la única palabra que presenta los cuatro tipos de tilde que actualmente se utilizan en nuestra lengua (no se cuentan la cedilla de ç ni el trazo horizontal de t y f) y ajilimójili la que más tildes presenta, 7. O buscar palabras en las que, eliminando la primera sílaba, siempre nos quede una palabra válida (independiente > dependiente > pendiente > diente > te; incluso, si no tenemos en cuenta el diptongo, hallaríamos una más: diente > ente > te).
    Y, así, no sé hasta cuántos posibles modos de entretenerse con las palabras. Hay muchas páginas que nos ofrecen sugerencias entretenidas. A la ya citada, uno otra más: www.carbajo.net/palabras/palabras.html.
    Para concluir, le propongo a Zalabardo una adivinanza que prueba cómo se puede jugar con las palabras: ¿Cuál es la palabra más erótica de nuestra lengua? Como no me sabe responder, le digo que camaroneros, por las siguientes razones: es un derivado de camarón, considerado el marisco de mayor poder afrodisiaco; además, si la descomponemos, obtenemos otras tres palabras que también juegan lo suyo en este sentido: cama, ron y eros. Entonces, él se rasca la barbilla y me contesta retador: Pues si te crees tan listo, te voy a poner yo otra: ¿Cuántos nombres de varón castellanos puedes decirme que no contengan ninguna de las letras del nombre Carlos? Como condición, no valen diminutivos ni hipocorísticos (nada de Pepe ni Chechu), no valen nombres de origen foráneos (fuera Kevin) ni de otras lenguas españolas (eliminados el Bikendi vasco, el catalán Higini o el gallego Fiz) y deben estar recogidos en el santoral.
    Tras pensar, le digo que no tengo ni idea, pero se niega a darme la respuesta. Por tanto, ahí queda el enigma.

No hay comentarios: