lunes, octubre 22, 2012

POLITO, POLITÓN


                No sé si alguna vez he hablado aquí, son tantos los apuntes que hay ya en esta agenda, del aprecio y afición que siento por todas las manifestaciones folclóricas y populares (como si una cosa no comportase la otra). Zalabardo sabe que me gusta acudir a las fiestas populares de cualquier rincón de la provincia de Málaga. Dentro de pocos días tendrá lugar la fiesta de la castaña de Pujerra, en el valle del Genal, y allí estaremos, con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide, según se dice en los carteles taurinos.
            De las manifestaciones populares, hay una muestra para mí especialmente interesante: la que constituyen los romances, canciones de labor y cantos o cuentos infantiles. Aún recuerdo que una vez, hace de ello como veinticinco años, propuse a un grupo de alumnos la realización de una actividad complementaria: la recogida de romances y refranes para descubrir como en la época actual siguen teniendo vigencia determinadas manifestaciones folclóricas antiguas. Durante el trimestre que duró la experiencia recogimos casi cuarenta romances (alguno se remontaba a una tradición de muchos siglos atrás) y cerca de un millar de refranes (bastantes de los cuales no pudimos hallar recogidos en ningún refranero existente).
            Por ello me alegró que hace unos días, un amable lector, Álvaro, me elogiara un apunte de hace ya cinco años (Sardinas al pie de la torre) porque decía que le recordaba a su padre, que solía utilizar expresiones como la que daba título al apunte y me pedía información sobre otra expresión que también utilizaba su padre: Polito, politón, la sal y el perejil. Como no me dejaba ninguna dirección para contestarle de manera privada, quiero aprovechar el apunte de hoy para hacerlo.
            Una característica especial de las canciones populares y romances es que, por razón de su transmisión oral, se alteran muchas veces palabras y frases hasta derivar en soluciones extrañas. De los romances y canciones de que hablo, puedo citar cómo en uno se decía las salves iban volando en lugar de las aves iban volando, o cómo en otro se decía lo ponía en el san Juan por lo ponía en el zaguán. Se encuentra también floroso en vez de frondoso, ajilandó por aguijando o respreciado por despreciado.
            Esto explica que Álvaro Rojas no halle muestras de ese Polito, politón por el que pregunta, que no es sino una canción popular originaria de Burgos, que se usó también para el juego infantil del corro (¿juegan las niñas de hoy al corro? ¿A qué juegan niños y niñas de nuestro tiempo?). Y es que en realidad, lo que la canción original dice es Morito pititón. Como no sé de qué manera hacérsela llegar me valgo de esta Agenda de Zalabardo para ver si está esperando mi respuesta y la lee. Y si alguien más quisiera saber con qué música se canta esta canción, añado que en YouTube es posible encontrar varias versiones.

Morito pititón,
del nombre virulí,
ha revuelto con la sal
la sal y el perejil,
perejil, don, don,
perejil don, don,
las armas son,
del nombre virulí,
del nombre virulón.

Al tío Tomasón
le gusta el perejil
en invierno y en abril,
mas con la condición
perejil don, don,
perejil don, don,
la condición
que llene el perejil
la boca de un lechón.

Se ufana Melitón,
un vago del lugar,
de jamás anís catar,
mas cuando no lo ven,
perejil don, don,
perejil don, don,
el remolón
se toma sin chistar
un frasco de Chinchón.

No hay comentarios: