lunes, enero 19, 2009

ESTRENOS DEL 27

Málaga pretende ser declarada Ciudad Cultural Europea de 2016. Pero tal pretensión no se alcanza con solo animar a los ciudadanos para que estampen sus firmas en los pliegos al efecto o con únicamente desearlo ardientemente. Es preciso, primero que nada, que sea una capital que ofrezca de manera continuada un ambiente cultural merecedor de tal nombre. Muchas veces, Zalabardo y yo hemos discutido sobre el programa que Málaga brindó, durante muchos tiempo, tanto a sus visitantes como al elevado número de forasteros que nos visitan. Y coincidíamos en que no se podía presumir de tener una Semana Santa que pretende superar a la de Sevilla, o una Feria ídem de ídem, o unos Carnavales que luchan por rivalizar con los de Cádiz o Tenerife, o un Festival de cine que quisiera hacer sombra al de San Sebastián.
Lo que queremos decir con esto es que no debería escudarse nadie tras el argumento del esfuerzo por hacer mejor lo que otros ya hacen bien. Lo meritorio es hacer aquello que otros no hacen, ser originales y, en esta originalidad, poder presumir de calidad y seriedad, de dedicación al trabajo y de ser capaces de elaborar un producto propio.
Afortunadamente, parece que la tendencia a mirar hacia los demás para imitar, con el ansia de mejorarlo, lo que los demás ya hacen, está cambiando de un tiempo a esta parte. El Museo Picasso es buena prueba de lo que decimos. El Festival de Teatro, que este año celebra, en estos días, su vigésimo sexta edición, también. De este último, haber incluido en el programa una sección titulada Invitados en casa, de actividades teatrales en plena calle, creo que es un acierto, aunque no sea del todo original; nuestro clima ayuda. Y también el hecho de haber convertido la remodelada calle Larios en espacio para exposiciones al aire libre es algo que pocas ciudades pueden conseguir.
El sábado pasado se estrenó el auditorio del nuevo edificio de la Diputación Provincial de Málaga. Para el evento se ha elaborado un espectáculo no solamente digno, sino de una calidad, a mi juicio, elogiable. Esa debe ser la línea de actuación de una ciudad que aspira a la capitalidad cultural europea. Título del espectáculo: Concierto para el Nuevo Dos Mil Nueve. Estrenos del 27. Se trata de un montaje en el que han colaborado el Área de Cultura de la Diputación, la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga y el Centro Cultural Generación del 27. Con el añadido de breves piezas de Wagner, Mozart, Falla, Rossini y Duke Ellington, el núcleo del programa ha sido una selección de poemas de poetas de la Generación del 27 (Cernuda, Altolaguirre, Lorca y Moreno Villa), que una serie de jóvenes compositores malagueños han convertido en arias para tenor, soprano y barítono. Alguien, viendo el programa, podría preguntarse qué pintaba mezclado con todos ellos un poema de Juan Ramón Jiménez. Pues simplemente dar muestra de que el poeta de Moguer fue maestro indiscutible de todos ellos, por mucho que en más de una ocasión, y encerrado en su ebúrneo torre, fingiese sentir desprecio hacia aquel grupo de insignes poetas.
Una parte importante del mérito y del éxito del Concierto se le debe al Centro Cultural Generación del 27 y a su nueva directora, Aurora Luque, a quien se debe la gestación del acto así como la selección de poemas que han sido la base para las diferentes partituras musicales.
Me pregunta Zalabardo si no hay nada que no me hubiese gustado; sí lo hay. Me pareció floja la lectura de los poemas. Leer poesía en voz alta es algo muy difícil y que, por desgracia, se está perdiendo en nuestros días. En esta ocasión, la lectora, que eso sí, poseía una bella voz, hizo una lectura sin el tono y el ritmo precisos que cada uno de los poemas requería. Todos los poemas, así, sonaban igual. Pero esto fue un fallo menor que no evita el juicio positivo para el conjunto del bello espectáculo que nos ofrecieron.

No hay comentarios: