Dejo claro de principio que el
título que utilizo en esta entrada no es mío, sino tomado prestado de El
libro del español correcto, publicado en 2012 por el Instituto Cervantes. Es uno de los
epígrafes del capítulo 1, Escribir correctamente. Por supuesto
que tal apartado no condena (ni yo) el empleo de ninguna palabra; se limita a
aconsejar cuándo debe cuidarse el uso de algunas.
Le digo a Zalabardo que la idea para
este apunte me ha surgido de la lectura de Como la sombra que se va, la última
novela de Antonio Muñoz Molina.
¿Seré yo admirador de Muñoz Molina?
No voy a cometer la pedantería de afirmar que he leído cuanto ha escrito, lisa
y sencillamente porque no es verdad, aunque conozca bastante de su producción.
Y no voy a criticar la novela, primero porque aún no la he concluido y,
segundo, porque me está gustando, aunque no sea la mejor de las suyas.
Si la traigo aquí es porque me ha
sorprendido la reiteración de la expresión mirar de soslayo. Tanto que, en
algún momento, me he preguntado: ¿es que no hay otras formas de mirar ni otras
palabras para decir lo mismo? Y aquí tiene su justificación, aclaro a
Zalabardo, la referencia al libro del Instituto
Cervantes.
www.e-faro.info |
Entre los posibles recursos está, es
el más adecuado, el del empleo de sinónimos (por ejemplo, volumen, tomo
o ejemplar).
Pero ha de saberse, se nos advierte, que el sinónimo exacto no existe, o se
encuentra raramente. Siempre hay matices diferenciadores entre un término y
otro: volumen designa ‘el cuerpo material de un libro encuadernado’ (un volumen
puede contener más de un libro; por ejemplo, el volumen
de las obras completas de Machado); tomo
es ‘cada una de las partes en que se suele dividir una obra extensa para
facilitar su manejo’ (por tanto, varios tomos forman un libro; por ejemplo, una
enciclopedia en diez tomos); y ejemplar es ‘cada una de
las copias de un mismo libro’ (por ejemplo, el ejemplar
que me firmó el autor equis). También podrían emplearse obra, escrito,
producto…
El Diccionario
de sinónimos y antónimos de Espasa-Calpe
recoge también texto, manual, compendio y vademécum.
Y cada uno tiene su parcela de uso.
Borracho (Diccionario de sinónimos Gredos) |
Que los sinónimos no son exactamente
intercambiables, aunque se pueda muchas veces, no acepta discusión y lo vemos
en los ejemplos siguientes: Samuel Gili
Gaya, en su Diccionario de sinónimos, en la entrada insuficiencia, afirma que
es incapacidad,
ineptitud,
ignorancia,
incompetencia.
Pero, a continuación, reproduce lo que ya escribió José March en su Pequeña colección de sinónimos de la lengua
castellana (1834), obra que, lamentablemente, no he podido encontrar: Se designa por estas palabras la falta de la
disposición necesaria para salir con lo que uno se propone, pero con esta
diferencia: la insuficiencia viene
del defecto de proporción entre los medios y el fin; la incapacidad es la privación de los medios; la ineptitud es la imposibilidad de adquirir ningún medio. Se puede
muchas veces suplir la insuficiencia;
a veces se puede enmendar la incapacidad;
pero la ineptitud no tiene remedio.
A los autores de estos diccionarios del siglo xix
les gustaba extenderse en este tipo de explicaciones. José Joaquín de Mora, académico, de quien la RAE publicó su Colección de sinónimos de la lengua castellana
(1855), escribe sobre cobarde, tímido y medroso:
El cobarde
no tiene valor; el tímido no tiene
resolución; el medroso lo teme todo.
El cobarde lo es por carácter y a
veces por constitución física; el tímido,
por educación, por hábito, por falta de trato; el medroso, por vicio de la imaginación, por superstición o por efecto
de preocupaciones arraigadas. El que huye en la pelea es cobarde; el que cede fácilmente a la reconvención, al influjo o a
consideraciones de poca importancia, es tímido;
el que se asusta en la oscuridad, o se estremece al menor ruido, es medroso.
Queda patente, digo a Zalabardo, que
con los sinónimos no podemos actuar a la ligera y no siempre es posible usar
uno por otro (a veces, lo viejo no es antiguo). Pero lo que yo
señalaba sobre la novela de Muñoz Molina
es diferente. El mejor escribano echa un borrón, sostiene el refrán, y nadie
está libre de cometer estos deslices. Lo digo porque en el Diccionario de sinónimos y
antónimos de Espasa-Calpe se
nos indica que de soslayo es igual que oblicuamente, diagonal, transversal
o sesgado,
y que mirar de soslayo equivale a mirar de reojo, mirar
con el rabillo del ojo, mirar disimuladamente o mirar
sesgadamente. Y el Diccionario de sinónimos y antónimos
de Editorial Gredos recoge para de
soslayo las siguientes equivalencias: de lado, de perfil,
de
refilón, de sosquín y oblicuamente. O sea, que hay donde
escoger. Por supuesto, tan nimio detalle no me hace menospreciar la novela. Es
una excusa para hablar de los sinónimos.
Confieso a Zalabardo que esta forma,
de
sosquín, no la había oído en mi vida. Así, este apunte será positivo al
menos para mí, por la enseñanza que me proporciona.
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