domingo, mayo 12, 2019

¿CUÁL ES LA MANO DE DIOS?



           Hay creencias, costumbres, prejuicios que viven entre nosotros y que, con mayor o menor naturalidad, las acogemos sin siquiera conocer su origen ni si hay una base cierta que las sustente. Zalabardo lo sabe, como lo sé yo y lo sabemos todos. Por ejemplo, por qué durante siglos se ha juzgado y tratado de modo negativo a las personas que se manejan mejor con la mano izquierda que con la derecha.
            Le explico a Zalabardo que ya el latín disponía de una pareja sinister/dexter, con un sentido meramente locativo: lo que está al lado del corazón y lo que está en el lado contrario. Pero, por no sé qué desconocidas razones, siniestro pasó a significar también ‘torpe, funesto, adverso’, en tanto a derecho se le atribuía el sentido de ‘hábil, propicio, favorable’. La aceptación de los augurios refleja nuestras creencias y supersticiones: levantarse por el lado izquierdo trae mala suerte, como buena es ver aparecer un ave por el lado derecho.
            El español heredó estas palabras con toda su carga. Pero como siniestro poseía demasiadas connotaciones negativas, hacia el siglo xii optamos por sustituirla por un vasquismo, izquierdo; sin mucho acierto, digamos la verdad, porque tal vez se desconociera que izquierdo, que procede de esku, ‘mano’ y kerro, ‘torcido’, seguía insistiendo en la existencia de una ‘mano torpe’. Cuando posteriormente se apostó por zurdo y zocato no hubo mejor suerte, pues Corominas nos avisa de que el primer término, de posible origen prerromano, significa ‘burdo, torpe’; y el segundo, de origen árabe y emparentado con zoquete, ‘madero sin desbastar’, ‘zafio, inculto, grosero’. O sea, que estamos como al principio, diestro sigue marcando la habilidad o bondad de algo y, por el otro lado, las cosas no cambian.

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            Pero, señalo a Zalabardo, lo que hoy interesa es fijarnos en ese estigma que ha perseguido durante siglos a las personas zurdas. Y no solo en nuestro ámbito cultural más cercano, sino en culturas muy diferentes. En tiempos, entre los japoneses podría ser motivo de repudio descubrir que la mujer con la que habían contraído matrimonio era zurda. En la antigua China, zurdo se entendía como ‘impropio’, y el ‘sendero de la izquierda’ es el que se utiliza para las cosas ilegales o inmorales. En el Islam, la izquierda es una mano sucia que sirve básicamente para asearse, lavarse los genitales o limpiarse el ano tras defecar; sostiene el imán Áhmad que Mahoma dijo que quien come con la mano izquierda, Satanás come con él. En la Biblia, el Eclesiastés dice que el corazón del sabio está a la mano derecha y el del necio a la mano izquierda; el Evangelio de san Mateo afirma que Dios arrojará a los que están a su izquierda al fuego dispuesto para el demonio. Estas creencias han calado hasta considerar incorrecto saludar, comer, ofrecer o recibir algo con la mano izquierda. En el cristianismo se bendice con la mano derecha. En la Edad Media se afirmaba muy seriamente que la derecha era la mano de Dios y, la izquierda, la del diablo.
            Todo ello, mantenido a través de siglos, ha significado una forma de marginación de los zurdos, a quienes, incluso, con técnicas crueles, se los forzaba a modificar su naturaleza y a realizar todo en contra de su natural tendencia. Pero, si acaso eso fuese poco, han de sufrir otras graves inconveniencias: la mayoría de instrumentos y herramientas se construyen pensando en personas diestras. Lo mismo que las mesas con tablero de las aulas o las palancas de cambio en los automóviles.
            Hoy día, por suerte, parece que esta marginación de los zurdos va desapareciendo. También parece generalmente aceptado que ser zurdo no es ninguna clase de tara, ni castigo. Incluso unos investigadores de una Universidad alemana creen haber descubierto que ser zurdo o diestro no depende de cuestiones de raza, sexo, ni origen geográfico, o que nada demuestra que un zurdo sea más o menos inteligente que un diestro. También, aunque no han llegado a una explicación definitiva, que el origen de utilizar mejor una parte del cuerpo que otra no depende del cerebro, sino de la médula espinal; que la que será posterior tendencia, se adquiere en un periodo bastante temprano de la gestación y que puede depender de estímulos externos, aún no descubiertos.

 
Caravaggio: Castración de Urano
           Me pregunta Zalabardo, después de todo lo dicho, qué razón puede explicar esta animadversión hacia los zurdos, porque de algún lado habrá salido la cosa. La verdad es que, aunque he buscado, no he hallado una respuesta concluyente y solo he logrado una opinión al respecto. Hesíodo, en la Teogonía, hablamos de en torno al siglo viii a.C. cuenta que Urano (el Cielo) y Gea (la Tierra) engendraron a los Titanes, a las Titánidas, a los Cíclopes, a los Hecantoquiros (gigante de cien brazos)… Pero Urano detestaba a su progenie y la mantenía encerrada en las profundidades de la Tierra. Gea estaba a punto de reventar y harta del insaciable deseo engendrador de Urano. Por ello pidió a sus hijos que la librasen de él; todos se negaron, excepto Cronos, a quien su madre entregó una afilada hoz. Prepararon una emboscada y cuando apareció Urano y se tendió sobre la Tierra, Cronos salió de su escondite, cogió con su mano izquierda los genitales de Urano y se los cortó con la hoz. Robert Graves, el prestigioso escritor y erudito, al comentar este pasaje en Los mitos griegos, mantiene que desde entonces la izquierda ha sido la mano del mal agüero.
            Ya digo que es la única fuente que encuentro. La Teodicea es de fecha aproximada a la Biblia, anterior al Corán y posterior a otras leyendas y mitos orientales que cuentan escenas semejantes. En cualquier caso, desconozco si Dios tiene una mano izquierda y una mano derecha diferentes. Me parecería una incongruencia.

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