sábado, febrero 22, 2020

POR LOS MONTES DE MÁLAGA


 
Las Quirosas
          
Montes de Málaga designa un conjunto montañoso de mediana altura que se extiende desde Casabermeja, al oeste, hasta la Axarquía, al este, y desde los mismos límites ciudadanos —Olletas, Limonar—, por el sur, hasta casi el límite con Granada —corredor de Periana—, por el norte.
            Pulmón impagable para la ciudad, su intrincada red de pistas y senderos acoge cada día a un alto número de malagueños, Zalabardo y yo somos asiduos, buscamos perdernos entre el verdor de su vegetación —pinos, encinas, eucaliptos, cipreses, algunas palmeras canarias, algunas casuarias o algún cedro del Líbano— y el rumor de sus arroyos, Humaina, Querellanta, Chinchilla, Chaperas, Hondo…
 
Molinero

El Paleto
           Pero lo que ignoran muchos visitantes es la historia de esta comarca y de las casi incontables ruinas que en ellas se encuentran. Ya en 1772 atrajo la atención del inglés Francis Carter que, en su Viaje de Gibraltar a Málaga, decía: La templanza del clima, los parajes románticos y la belleza de las vistas invitan a los comerciantes malagueños a pasar gran parte del verano en estos montes, no obstante las dificultades para subir a ellos, en los que todos tienen casas y viñedos; algunas de estas son magníficas, adornadas con jardines, estatuas, fuentes y todos los embellecimientos que el arte ofrece.
 
Castañeda
          
Y en 1852, don Vicente Martínez y Montes, médico, en su Topografía médica de la ciudad de Málaga, escribió: Los montes, o la Axarquía de Málaga, parecen formados casi exclusivamente para el cultivo de la vid […]; se conocen 34 especies y puede asegurarse que cinco sextas partes del terreno mencionado se encuentran pobladas de viñas.
  
Pocopán

Poste indicador de direcciones
          La práctica totalidad de los Montes de Málaga fue un extenso viñedo, una acumulación de minifundios, cada uno presidido por su lagar o cortijo, algunos de los cuales debieron ser realmente bellos. Para que nos hagamos una idea, según datos de 1881, contaba Málaga con una extensión de 65000 hectáreas de viñedos. En la actualidad, las zonas vinícolas de La Rioja y la Ribera del Duero, juntas, suman 77000 hectáreas.
            Pero, como una maldición, la filoxera arrasó aquel paraíso. En 1878, en la finca de La Indiana, en Moclinejo, fue la primera en verse afectada por este parásito de la vid que pronto se adueñó de todas las viñas malagueñas. Solo sobrevivieron especies arbóreas propias de la zona, encinas, almendros o acebuches, muchos de cuyos ejemplares habían sido arrancados para plantar viñas.
            Los lagares y casas de recreo fueron siendo abandonados y acabaron convertidos en las ruinas que aún hoy pueden verse. Se dice que llegaron a ser casi 1000. Unos desaparecieron por causa de la expansión ciudadana (por ejemplo, todos los de La Palmilla, El Limonar o El Mayorazgo). De otros es muy difícil situar sus restos. De muchos más, todavía podemos ver cómo aguantan parte de sus muros. Hacia 1930 se iniciaron las tareas de repoblación, sobre todo con pinos y eucaliptos y en 1989 unas 4500 hectáreas fueron convertidas en el Parque Natural que hoy conocemos.
Timoteo

San Antonio
            Lo llamativo es que, entre tantos lagares, solo cinco: Torrijos, hoy ecomuseo, Jotrón, Cotrina, Chinchilla y Rute, los tres últimos de propiedad particular, estén catalogados en el PGOU. Torrijos nos muestra cómo sería la actividad de estos lagares; Chinchilla, por lo que puede verse, debió ser uno de los mayores; Rute conserva casi toda la maquinaria de lo que fue lagar y molino.
 
Lo Rute

Molino de Lo Rute

Viga de la prensa de Lo Rute
           Pero, si uno se pierde en ese vericueto de senderos, Zalabardo y yo, como muchos malagueños, lo hacemos a menudo, puede contemplar la huella de lo que fue: Serranillos, Pocopán, Castañeda, Boticario, Lo Calvo, San Antonio, Ventura, El Paleto, Molineta, San Francisco, Maruján, Salvago, Timoteo, Los Frailes, El Lince, El Viento… Larga y triste lista. Zalabardo coincide conmigo en considerar que, aunque la cota más alta sea el pico de la Reina, con sus casi 1000 metros de altitud, el mirador de Pocopán, con sus aproximadamente 900, es el lugar más privilegiado del Parque, atalaya desde la que la vista alcanza a contemplar desde el Torcal hasta la sierra Tejeda, desde Zafarraya y los Tajos de Gomer hasta los confines del Mediterráneo.
 
Serranillos

Los Alcornocales
           Lo que no se entiende es la incuria a la hora de mantener este rico patrimonio muestra de la prosperidad agrícola, económica y cultural de Málaga en siglos pasados. Puede que no tenga sentido reconstruir esos lagares. Pero sí podría hacerse una catalogación completa, mantener de lo que aún se conserva y cuidar la señalización de todos los senderos y colocar paneles explicativos de lo que fue cada uno de estos lagares. No creo que eso requiera una inversión exagerada.
Chinchilla



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