Muchas veces hemos planteado Zalabardo y yo en estas notas la responsabilidad que tienen los medios a la hora de utilizar el lenguaje de manera adecuada por el papel de modelos que adquieren ante los lectores. En efecto, las personas corrientes, que no tienen por qué conocer las entrañas del idioma, se dejan fácilmente influenciar por los usos que leen en la prensa o escuchan en la radio y la televisión. Y posiblemente más por los primeros, dada la fuerza que la palabra escrita ejerce sobre el lector.
Pues bien, no me importa insistir si ello sirve para que tomemos conciencia de que, en cierto modo, el lector también tiene algo de responsabilidad ante cualquier mensaje que se le presente, aunque sea la de no dejarse arrastrar por los usos inadecuados que se le ofrezcan. Y los casos que hoy voy a presentar los comentaré desde el punto de vista de la propiedad y de la corrección lingüística, que no son lo mismo. Según podemos leer en el Diccionario de términos filológicos, de Fernando Lázaro, la corrección es la acomodación de la lengua a las exigencias gramaticales; en cambio, la propiedad es el ajuste exacto entre la palabra empleada y lo que se desea significar con ella. Esto quiere decir que una expresión puede ser gramaticalmente correcta y al mismo tiempo pecar contra la propiedad. Y viceversa.
Me trae Zalabardo para explicar esto unos ejemplos extraídos de dos medios de distribución gratuita, Qué y Qué pasa, ambos de la misma fecha, el día 21 del pasado febrero. El primero de esos ejemplos nos servirá para explicar qué sea la corrección; leemos ¿Eres de los que no sabe decir que no? donde los que es el sujeto de sabe que, lógicamente debería estar en plural por eso de la debida concordancia entre sujeto y verbo. Por tanto, la frase es incorrecta.
Los otros tres ejemplos tienen que ver con la propiedad y cada uno nos ofrece diferente grado de infracción de la propiedad. Los ejemplos son los siguientes: dice el primero que unos funcionarios de la policía nacional fueron detenidos por su presunta implicación en delitos comunes relacionados con su actividad. ¿Es que hay delitos relacionados con la actividad policial y delitos que no? La frase suena a aquella otra que antes se decía de labores propias de su sexo. Creo que buena parte de la actividad policial está relacionada con la comisión de delitos, cualesquiera que estos sean. El segundo texto, relacionado con el accidente del buque Ostedijk, el que llevaba una carga de fertilizantes, dice que se empieza a enfriar la carga con unas lanzas que enviarán agua a presión. La expresión no es del todo impropia, sino insuficiente para una adecuada comprensión porque la lanza es el 'tubo de metal con que se rematan las mangas de las bombas para dirigir bien el chorro de agua'. En este caso, lo que se debería haber dicho es que se utilizarían unas lanzas especiales o unos cañones de agua, por la dificultad que existía para acercarse. Y, por fin, el último caso es el más claro, ya que en él se utiliza una palabra diferente a la que se debería haber utilizado. Dice el texto que por primera vez recibirán dos puntos las familias monoparentales, que se asemejan de este modo a las numerosas. Aquí, obviamente, se confunde asemejarse con equipararse. Asemejarse significa 'mostrarse semejante una cosa con otra', es decir, 'parecerse una cosa a otra'. En cambio, equipararse es 'considerar a alguien o algo equivalente a otra persona o cosa', que es lo que se quiere decir.
Y ya está bien por hoy. Hasta la próxima.
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