martes, abril 20, 2010


DADY MÍOOO

Consultando un comentario, sobre un diccionario, de Pedro Luis Barcia, presidente de la Academia Argentina de las Letras y miembro correspondiente de la Real Academia Española nos encontramos, al final, y sin entender muy bien a qué viene eso allí, con una curiosa versión del Padre Nuestro que tiene todas las pintas de estar redactada en la jerga de algún grupo particular. Intrigados, nos ponemos a buscar y, efectivamente, hallamos una página en la que dicha versión se identifica como la de los chetos.
Me pregunta Zalabardo qué es eso de los chetos y le contesto que lo ignoro, pero que debe ser una de las tantas tribus urbanas que pululan por ahí. ¿Y qué es una tribu urbana?, continúa Zalabardo, que, en estas cuestiones, parece estar incluso más perdido que yo mismo. Le explico que una tribu urbana es un grupo de personas, por lo general jóvenes, que se caracterizan por defender una ideología particular, coincidir en una estética similar, mantener unos determinados gustos musicales y que, por lo común, se mueven en el ambiente de una ciudad. Además, intento explicarle, cada uno de estos grupos se diferencia de los otros por utilizar una jerga o modo de hablar propia.
Me contesta Zalabardo que, si no ha entendido mal, una tribu urbana debe ser algo parecido a aquellos de los -yés, de hace cincuenta años, y que es el único grupo urbano al que él entendió. Sea como sea, le ayudo en su búsqueda y nos encontramos que los chetos son un grupo argentino de jóvenes inclinados por todo aquello que sea esnob, afectados y superficiales, atraídos por la ropa de marca, por la música electrónica y, por lo general, con una disponibilidad económica alta. Estos chetos, como cualquier otro grupo, juvenil o no, tienen su propio código expresivo que los diferencia de cualquier otro grupo. Los chetos, leemos, tienen su correspondencia en casi todo el mundo y vienen a ser lo mismo que los pijos de España, los pitucos de Perú, los sifrinos de Venezuela, los cuicos de Chile o los pelucones de Ecuador y creo que podría seguirse con la relación, dentro y fuera del ámbito hispanoamericano.
Respecto a su jerga, a la de cualquier grupo, le digo que no debemos escandalizarnos. Los jóvenes siempre han sido, en todo, rompedores, rebeldes, y está bien que sean así. Luego, con los años, se irán atemperando. Pero, como suele decirse, el mundo es de ellos. Y la lengua, también. Pues bien, ese Padre Nuestro en jerga cheta es el siguiente:

Dady míooo, que estás en el heaven,
santificado sea tu nombre.
Tipo, que venga tu reino a nosotros,
y hacé tu voluntad, o sea, así como en el heaven,
igual en la tierra, ¿me entendés?
Danos siempre el meat de cada día,
pero cero grasa, ¿entendés?
Porque, o sea, gordo no puedo estar, aunque haga pilates.
Nada, sorry por esas cosas que a veces hago que,
yo así como que, o sea, ¡noooo!... Nada que ver con vos,
así como yo perdono a los que me hacen cosas,
pero, Tipo, no querían. ¿Viste? Todo bien con ellos.
Bendice a mi prójimo, a mi papá, a mi mamá, a la mucama,
al personal, a mi terapeuta, al masajista, a mi profe de piano,
al de ala delta..., nada, Tipo, que también a los que me rodean.
Permitime que tenga cero tentación, porque, o sea...,
Vos sabés que el diablo es super grasa
y me quiere hacer cosas que yo... ¡nada que ver!
Todo mal con el diablo, con él es todo, Tipo, naaaa.
Enseñame a ser re top como Vos..., porque tuyo es el reino,
el power, the glory sin éxtasis, o sea,
sos de otro nivel..., ¡sos hiper topísimo!
O sea, ¿me entendés? ¡Re buena onda! ¡Con Vos, todo más que bien!
Nada, Tipo, que gracias por todo, valés mil, areee..., sos lo máximo...
Siempre estás..., never change please. Librame de la mala vibra.
Santo sos por siempre..., tkb, ¡que no se corte!
Amén, ¿ok?

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