jueves, abril 29, 2010

EL DÍA DEL ESPAÑOL

Esta mañana, Zalabardo se ha levantado bastante mohíno. La eliminación del Barça le ha afectado profundamente. Le digo que levante el ánimo, que perder una eliminatoria no es tan grave y que hay cosas peores. Me responde que él entiende que en toda confrontación deportiva no gana uno si no pierde el adversario y que se puede ser grande también en la derrota. Pero, continúa, lo que le ha dolido no ha sido tanto la eliminación sino el modo en que esta se ha producido: sin haber sido capaz de desarrollar un juego que se impusiese a la más rácana y negativa expresión que pueda darse del fútbol. Porque lo que el Inter hizo anoche no es fútbol sino la más perfecta representación de lo que los italianos llaman catenaccio y aquí se conoció toda la vida como plantar el autobús. Termino argumentándole que, en efecto, si bien los italianos hicieron antifútbol, los nuestros tampoco estuvieron muy virtuosos que digamos. Y me lo acepta.
Como Zalabardo, de siempre, ha sido muy buena persona y con tendencias filantrópicas, me responde que, con todo, nos debe de quedar el consuelo de haber dado a los madridistas la única alegría que han tenido en muchos meses.
Y, para aliviarle el ánimo, le propongo que juguemos una partida de palabras cruzadas en la página El Día del Español (eldiae.es). El Día del Español es una iniciativa que ya inició el Instituto Cervantes el pasado año y que este año se celebrará el próximo 19 de junio. Esta página de la que hablo recoge varias opciones. Una es El juego del español, que permite jugar a las palabras cruzadas ya sea enfrentándose a la máquina o compitiendo contra otros usuarios de cualquier parte del mundo. En este juego, cada uno puede adaptar la partida a diferentes niveles.
Otra, Las palabras del día e solicita la participación de quienes entran en la página para proponer y votar su palabra favorita de entre las de nuestra lengua. No es una iniciativa muy original que digamos puesto que ya en 2006 la Escuela de Escritores hizo algo parecido al pedir que se votara para elegir la palabra más bella del castellano y, en 2007, que se apadrinara una palabra que estuviera en desuso para colaborar a su mantenimiento. De todas formas, y a título de información, diré que van ganando arrebañar, gamusino e infinito. Ninguna goza de nuestros favores.
El Ficcionario es una sección con un algo de surrealismo, pues lo que propone no es otra cosa que inventar palabras. Allí podemos encontrar abanikon, ‘cámara fotográfica con refrigeración’, amoriempre, amor que dura para siempre, o cotobelo, ‘animal que vive en los túneles de los ferrocarriles’. Zalabardo me dice que, con perdón para los que las sugieren, en el Diccionario de Coll había más originalidad y humor.
Hay más cosas en eldiae.es; todo es cuestión de entrar y rastrear por ella.
En fin, el día no da para más. A ver si, con El juego del español, consigo desmurriar a Zalabardo.

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