Fue Manuel Machado, que como su hermano Antonio había heredado el amor hacia el folclorismo que les legó su
padre, Antonio Machado Álvarez, Demófilo,
quien escribiese aquello de Hasta que el
pueblo las canta, / las coplas, coplas no son, / y cuando las canta el pueblo,
/ ya nadie sabe el autor. ¡Qué bella forma, le comento a Zalabardo, de
manifestar la fusión que tantas veces hallamos entre lo culto y lo popular!
Este perderse en eso que se llama el
acervo popular, lo que es de todos sin que nadie se lo pueda apropiar, se da no
solo en el folclore, en esas coplas a las que alude Machado. A veces lo encontramos en otras expresiones más comunes.
El otro día, durante el desayuno, Elena
planteó la duda sobre el origen de la denominación Málaga la bella. A
ninguno se nos escapaba que en su poema Andalucía, Manuel Machado acuñó aquello de Málaga cantaora; ¿pero de
dónde procedía lo de Málaga la bella?
Lo primero que se me vino a la
cabeza fue una de las últimas grabaciones de Enrique Morente, Adiós Málaga, que el Ayuntamiento
declaró en sesión solemne patrimonio cultural de la ciudad, es decir, especie
de himno extraoficial.
Cuando llegué a casa, hablé con
Zalabardo sobre el tema y decidimos tirarnos a la piscina de la búsqueda de los
orígenes. Pensé primero en Alfredo
Arrebola, compañero en la Facultad de Letras de Granada, cantaor él mismo,
y profesor de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Málaga. Encontré
el texto de una conferencia suya en la que, hablando de las malagueñas, el
cante, no las mujeres, decía: Por este
solo cante pudo merecer Málaga el apelativo machadiano de Málaga cantaora. Y como Málaga
la bella fue bautizada por la copla popular. Esta frase me abría la
puerta a la creencia de ese origen popular, de que el apelativo proceda de
alguna letra del flamenco.
Pero había que asegurarse; nunca se
puede dar algo por definitivo así como así. ¿Sería posible rastrear alguna raíz
culta? Y, de acuerdo con el refrán, al primer tapón, zurrapas, que ya Covarrubias explica que se dice de
cuando, en la primera ocasión, se descubre la poquedad o flaqueza de algo.
Quiero decir que, siguiendo un orden cronológico, nos encontramos lo siguiente:
Salvador
Rueda, malagueño de Benaque (1857-1933), en un libro llamado Cantos
de la vendimia (1891), incluyo las fechas no por erudición, sino por
necesidad del propósito, dio entrada a un poema titulado Málaga (subtitulado Copla
popular), en el que unos versos dicen:
Esta es Málaga la bella,
paraíso en que nací,
entre sus luces viví
y mi ser formose en ella.
Rubén
Darío compuso Tierras solares en 1904 (yo poseo una bella edición de 1920) y,
en el capítulo dedicado a Málaga, escribe: Esta
es la dulce Málaga, llamada la bella, de donde son las famosas pasas, las
famosas mujeres y el vino preferido para la consagración.
Y, por último, Valle-Inclán, en Luces de bohemia, de 1920, pone en
boca de Don Filiberto, redactor jefe de El
Popular, la siguiente frase: …cuando
me premiaron en los Juegos Florales de Málaga la Bella…
Bien, vamos con las raíces
populares. Empiezo con la principal. En un trabajo titulado Almería
en la historia del flamenco, firmado por Antonio F. García Rodríguez y publicado por el Centro Virtual Cervantes, se habla de que Don Antonio Chacón (Jerez de la Frontera, 1869-1929), cantaor que
se hizo famoso por su interpretación de las cartageneras, granaínas y
malagueñas, y creador de un estilo peculiar de cantar estas últimas, llevaba en
su repertorio una malagueña que había sido compuesta por El Ciego de la Playa (Francisco Giménez Belmonte, almeriense,
cantaor, tocaor y trovero, nacido en 1864 y muerto en 1925 que decía así:
Corte.
¡Viva Madrid que es la Corte!
¡Viva Málaga la bella!
Y para puertos bonitos,
Barcelona y Cartagena.
Es muy difícil encontrar grabaciones
de Chacón. En YouTube hay algunas y debe
estar la que digo, aunque soy incapaz de encontrarla. Sin embargo, podéis oírla,
junto con otras, en en una página llamada Quejío flamenco. Don Antonio Chacón (http://pedelgom.blogspot.com.es/2009/05/don-antonio-chacon-y-la-malaguena.html)
Aún más: En el trabajo firmado por Mariví Verdú y Francisco Barrabino titulado Malagueñas de fiesta, se cita la que
ellos consideran malagueña más popular, más clásica y que no han visto
publicada nunca. Es esta:
¡Adiós Málaga la bella;
adiós Málaga que sí!
Tierra donde yo nací,
para todos fuiste madre
y madrastra para mí.
¡Adiós Málaga la bella!
¡Adiós Málaga la bella!
No obstante, esta malagueña es pieza
clave en la zarzuela ¡Adiós Málaga la bella!, que
compusieron José Carlos Cabas y Antonio Sáenz y que se estrenó en 1904. Posterior, pues, al poema de Rueda.
Por último quiero citar una copla
cuya datación desconozco. Es un verdial de estilo de los Montes que dice así:
Viva Málaga la bella
y vivan los verdiales,
que cuando baila mi niña
hasta el mismo sol que sale
se va muriendo de envidia.
Y, en vista de todo, concluyamos:
¿qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿Fue Salvador Rueda, lo digo por las fechas, quien acuñó la expresión Málaga
la bella y luego otros la hicieron suya o fue el poeta de Benaque quien
la tomó de los orígenes inciertos de la música popular? En cualquier caso,
parece constatarse lo que decía Manuel Machado:
una vez que el pueblo las canta, nadie sabe quién fue el autor de la copla. Ni
falta que hace.
Le digo a Zalabardo que me ha salido
un apunte algo extenso, pero confío en que se me puede disculpar.
5 comentarios:
Muy instructivo, muy lindo artículo, muy bien escrito, hace mucho no pasaba por aquí a leerlos, les mando un saludo.
Me ha encantado el artículo!!!Sí muy instructivo, lindo y muy bien escrito. Felicidades!!!
!!!Anastasio, qué buenos contenidos los de tu blog!!! La casualidad me ha llevado a encontrarlo.Y después murmurarán de las tecnologías. En este momento me he transpotado al IES de Fuengirola y a aquel año de nuestras prácticas como profesores agregados,después cada uno en un buen centro de Málaga la bella, llegarían los accesos a cátedra y otras menudencias.Un abrazo para Mercedes para ti y todos los tuyos.!Qué suerte disponer de tiempo para leer escribir y caminar...Larga vida la tuya!!!
Gracias, María Luisa. Ha sido un placer encontrarte y un honor que te guste este blog.
Precioso, y me quedo corto. Felicidades
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