viernes, junio 01, 2007

LOS BISABUELOS DE DON QUIJOTE

En el primer capítulo del Quijote nos cuenta Cervantes que lo primero que el pobre hidalgo hizo, una vez perdido el juicio y decidido a emular a los caballeros andantes, fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos, que estaban llenas de orín y que llevaban colgadas y olvidadas luengos siglos. Si habían sido de sus bisabuelos no llevarían allí luengos siglos, aunque no es de extrañar que sí tuviesen al menos uno de antigüedad. En cualquier caso, al lector moderno de las aventuras de don Quijote se le escapa el detalle de que lo que más atraía la atención de quienes se topaban con el manchego era lo estrafalario y anticuado de su aspecto. Es decir, ya nadie se ponía lo que él llevaba.
Estos días se habla mucho del derrotado candidato socialista a la alcaldía de Madrid Miguel Sebastián, aparte de por su fracaso en las elecciones municipales, por el pequeño detalle de haber usado, en unas declaraciones, la forma 'acetamos', así sin la p. Son muchas las radios que tienen espacios para comentar y criticar los lapsus linguae o los lapsus calami de los famosos, y he de reconocer que esta agenda no es ajena a tal uso, y el 'acetamos' de Sebastián les ha dado bastante juego; hasta que un oyente se ha dirigido a una de esas emisoras para decir que el verbo 'acetar' está recogido por el diccionario. Y esta mañana escuché en esa emisora que uno de los comentaristas decía: "Ojo, que Miguel Sebastián dijo acetamos, pero eso se puede decir porque viene en el diccionario de la Academia."
Siento tener que disentir por la razón, primera, principal y casi única de que el contenido del DRAE no es dogma de fe. Y lo aclaro antes de que nadie se escandalice. Ya en otra ocasión dejé expuesto que el diccionario siempre va por detrás, bastante por detrás aunque cada vez menos, de la lengua real. Eso significa, lisa y llanamente, que del mismo modo que se usan palabras que aún no aparecen en el diccionario, este recoge palabras que están ya en completo desuso. Si lo leyésemos desde sus primeras páginas, ya en las advertencias de uso nos indica que las acepciones arcaicas (marcadas con la abreviatura "ant.") tuvieron su última documentación antes de 1500; las consideradas desusadas (abreviatura "desus.") están documentadas con posterioridad a 1500 pero no a 1900; y las consideradas poco usadas ("p.us.") han sido documentadas después de 1900, pero raramente se utilizan en la actualidad. Y el diccionario recoge casi cuatro mil palabras consideradas antiguas y otras tantas calificadas como desusadas.
Acetar es una de ellas y defender que se puede utilizar porque viene en el diccionario es como defender que se puede decir erutar por eructar, conceto por concepto, vitoria por victoria (por citar algunas fáciles) o acorrerse por refugiarse, afogar por ahogar, ancianía por ancianidad, coxquear por cojear o nome por nombre. Y aviso que todas ellas aparecen en el DRAE con la marca "desus.". No digo nada de las que llevan la marca "ant." Sería como si considerásemos adecuado el atavío de don Quijote.
Distinto sería si discutiésemos la conveniencia de la presencia o no de un grupo consonántico culto (conceto, erutar, vitoria, acetar, etc.), pero sobre esa cuestión ya escribí el 7 de enero de este año; o podríamos discutir sobre la crítica que muchas veces se hace sobre la base de unos conocimientos insuficientes, aunque de esa tendencia a ser un erudito a la violeta también hablé el día 12 de octubre de 2006. A ambos apuntes me remito.
Me dice Zalabardo con guasa si ha sido premeditado el hecho de haberlo dejado hoy a un lado, en represalia por su protagonismo de los días anteriores. Él sabe bien que no es así.

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