viernes, noviembre 13, 2009

A SEGURA LO LLEVAN PRESO

Creo que bien sabe quien siga esta agenda que tanto a Zalabardo como a mí nos gusta consultar diccionarios, glosarios, refraneros y libros afines. Estábamos entretenidos, pues, con la colección de Rodríguez Marín, nuestro paisano, Más de 21.000 refranes castellanos buscando aquellos que fuesen referidos a Osuna, que, como también es bien sabido, es mi pueblo. Encontramos cuatro: Asistente de Marchena, canónigo de Osuna y pedo de fraile, todo es aire; En Osuna y Orihuela, todo cuela; En Osuna, de cientos, una; y De Osuna, ni la luna. De ninguno de ellos podemos decir que se destaquen características positivas del pueblo.
Los dos últimos prefiero dejarlos en el olvido porque dicen poco en favor de mis paisanas. Pero de los primeros quiero explicar algo, siquiera sea por el pasado ilustre que subyace bajo ellos. Osuna, gracias a los esfuerzos de Don Juan Téllez Girón, IV Conde de Ureña, vio cómo se erigía en 1536 su impresionante Iglesia Colegial de Nuestra Señora de la Asunción y cómo, en 1548, se fundaba el Colegio Mayor y Universidad Literaria de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, que sería suprimida, junto a otras diez universidades menores, en la reforma de 1807, si bien continuó funcionando hasta 1824.
Me pregunta Zalabardo qué pretendo con tanto dato erudito. Le contesto que solo quiero dejar constancia de que una Iglesia Colegial nunca hará sombra a una Iglesia Catedral y que la Universidad de Osuna era de las llamadas menores. De ahí que podamos justificar lo que los refranes dicen sobre la poca valía de sus canónigos y la dudosa categoría de sus titulados. Ya Cervantes dejó dicho algo de eso en el Quijote.
Pero lo que quiero destacar aquí es otra cosa. Porque resulta que en la misma página que uno de esos refranes nos topamos con uno extraño e incluso algo misterioso. Verdad es que para refrán misterioso ya está ese otro de Castígame mi madre y yo trompógelas, con esa extraña palabra al final. El que traigo ahora aquí nos resultó misterioso por su misma simplicidad, aunque también por su significado: A Segura lo llevan preso, que se utiliza para afirmar que se debe uno asegurar bien del resultado de una cosa antes de hacerla.
¿Pero quién o qué es Segura? Hay quien dice que se refiere a un personaje del que no se sabe nada; queda entonces la duda: ¿y por qué lo llevan preso? Como hay quien dice que, en su origen, el refrán no decía nada de Segura, sino de Seguro, lo que explicaría mejor su significado (por estar solo seguro, podrías ir a prisión; hay que estar muy seguro). Pero hay también quien dice que no se refiere a ninguna persona, sino a un lugar, concretamente a Segura de la Sierra, en Jaén. Y lo explican en razón de que en esa población hay un castillo que en tiempos sirvió de prisión a la que se llevaba a delincuentes con graves condenas.
Cree Zalabardo, yo no estoy muy seguro, que esto último pudiera estar más puesto en razón porque los presos que allí iban tendrían que trabajar en la tala de la madera de los bosques en épocas en que Segura de la Sierra fue la cabecera de una provincia marítima que incluía una cincuentena de pueblos. Y me viene a la cabeza: ¿provincia marítima un lugar perdido en la sierra jiennense? Pues sí, y como casi todo tiene una explicación, esta afirmación también la tiene y Zalabardo se apresta a dármela.
Cuando en 1728 se inició la construcción de la Fábrica de Tabacos de Sevilla, se necesitó gran cantidad de madera que se traía de la Sierra de Segura transportando los troncos por el Guadalquivir. Como había madera en cantidad, se pensó en su aprovechamiento ya para otras construcciones. Hasta que finalmente alguien notó que la calidad de aquella madera la hacía adecuada para la construcción de barcos, lo que hizo que aquella sierra y sus bosques quedaran bajo la jurisdicción de la Capitanía Naval de Cádiz y en 1751 quedase oficialmente constituida como Provincia Marítima. Se entiende que para la tala, preparación y transporte de la madera haría falta bastante mano de obra.
No quedo muy convencido, porque esa mano de obra la podían haber aportado los propios pueblos que constituían la provincia marítima. Pero como veo que Zalabardo está muy contento con esa explicación, no seré yo quien, al menos esta vez, le lleve la contraria.

No hay comentarios: