jueves, abril 12, 2007

CUESTIÓN DE CRITERIO

Siempre que he hablado con Zalabardo de estas cuestiones del lenguaje le he repetido hasta la saciedad que lo importante es aplicar un recto, firme y claro criterio, es decir, ser fiel a una actitud y no andar dando bandazos: ahora defiendo esto, ahora defiendo esto otro, de manera que traigamos loco al personal.
Ayer, después de terminar el apunte, Zalabardo y yo continuamos discutiendo el asunto de la ortografía y él me decía: Muy bien, si en la española prevalece el criterio etimológico, ¿por qué no siempre es igual?; ¿por qué cirugía con g y jirafa con j si ambas presentan en su origen una g? Tengo que reconocer que cuando me hace consultas de ese tipo yo no sé qué responderle. Pues bien, digo que estuvimos pegando la hebra un rato y, anda que andarás (a propósito, ¿habéis notado que Pasión Vega -Mª Carmen Alías mientras fue nuestra alumna- dice en una canción de su último disco anduve y desandé?), llegamos a otro tema que tampoco tiene fácil respuesta: el de la adaptación a nuestra lengua de ciertas palabras de origen foráneo y terminación consonántica. Planteaba Zalabardo la cuestión a propósito de la palabra carnets (en plural) que aparecía en la primera página de El Periódico, de Cataluña. Consultamos el DRAE y pudimos ver que solamente aparece la forma carné, sin t final. Buscamos entonces en el archivo de El País y vimos, con sorpresa, que este periódico duda entre la forma carné y la forma carnet, puesto que ambas son utilizadas indistintamente. ¿Por qué?, preguntaba Zalabardo; por falta de criterio uniforme, le decía yo, ya que si miramos su Libro de Estilo, dice: "se recomienda el uso de carné y carnés, pero pueden utilizarse también carnet y carnets". ¿a cuento de qué?
Entonces, nos pusimos a buscar en el DRAE ejemplos semejantes de palabras de extranjero origen con terminación consonántica "no canónica", valga la expresión. ¿Hay unas consonantes finales comunes en nuestra lengua? Pues sí: r (flor), s (menos), n (bien), l (ideal), d (verdad), z (diez). Otras (c, j, m, x...) son más raras. Puede que me deje atrás alguna, pues escribo sin comprobar lo que digo. El "criterio oficial" en nuestra lengua, respecto a los extranjerismos, es que siempre se deben adaptar estos lo más posible a nuestra fonética y ortografía, lo que quiere decir que habría que eliminar las "consonantes raras". Pero, ¿quiénes y bajo qué condiciones dan la bendición a una u otra forma?
Vamos a ver unos ejemplos, no muchos para no cansar, pero sí en número suficiente para que quede claro lo que deseo. Y prestamos atención, en principio a palabras que en su origen tenían una t final. El diccionario, doy una breve muestra, recoge como únicas "formas válidas" (son las únicas registradas) carné, cabaré, claqué y corsé. Nada que oponer; incluso llama la atención cabaré, pese a la fuerza que pueda tener la forma cabaret. Frente ellas, se encuentran las parejas bufé / bufet y chalé / chalet, aunque las primeras de las formas sean las preferidas. Y, por fin, extraña que, en una sola entrada, aparezca vermú o vermut, sin ninguna pista sobre cuál es la preferida.
Si miramos palabras con otras terminaciones, llama la atención que se prefiera la forma bistec sobre bisté, con criterio diferente al del caso anterior. O que, al tiempo que se defiende tique (no aparece ticket), aparezca todavía (lo digo porque no es palabra nueva) flash, para la que el Panhispánico propone flas. Para terminar, le planteo a Zalabardo un último caso: ¿ha contado alguien cuántas palabras, de qué origen y con qué frecuencia de uso, tenemos acabadas en j? Una de ellas es reloj. Juan Ramón (ya me imagino a Javier diciendo: "¡Cómo no!"), escribía reló y creo que a Cela también se lo he visto. ¿No podría ser esta una buena solución?; para quienes aleguen problemas con el plural, pensemos que no tendría más que sofá o café, por ejemplo.
¿He dejado claro lo que quiero indicar al hablar de criterio recto, firme y claro? Zalabardo asiente con la cabeza. Espero que no sea solo por darme la razón, como a los locos, para que calle. De todas formas, tal vez sea lo mejor poner aquí punto y final.

No hay comentarios: