viernes, septiembre 07, 2007


HUMOR SE ESCRIBE CON H
Bien sabe Zalabardo, y cualquiera puede preguntarle, que aunque yo a veces dé la impresión de poseer un carácter adusto, ello no es más que producto de mi radical timidez y lo cierto es que no estoy reñido en absoluto con el humor. Como también es verdad que en todo momento procuro mantener cada cosa en su límite natural y no soy muy dado a mezclar la gimnasia con la magnesia, como en tantas ocasiones suele acontecer. Y aunque no me opongo a eso de que hay que echarle su pizquita de salsa a la vida, no puedo negar que estoy más entre quienes creen que los asuntos serios son para tomarlos con seriedad.
Por otra parte, siguiendo con el tema, nadie me negará que vivimos en un país donde eso del humor está casi a flor de piel. De humor está cargada nuestra mejor obra literaria, el Quijote, y humor destilan las obras de Quevedo, sin que falte en las de Villarroel, Larra o en las de Valle-Inclán. Y dice Zalabardo que aunque casi siempre nuestro humor esté teñido de color negro, no deja por eso de ser humor. Si nos vamos al cine, ¿recordáis aquella película de Manolo Summers titulada La niña de luto? ¿Y la célebre escena, no se sabe si más cómica que impía o al revés, de la cena en la película Tristana, de Buñuel? Seguid pensando y hallaréis ejemplos de todo tipo.
Recalando en el humor gráfico, para qué contar: La Ametralladora, La Codorniz, Hermano Lobo, El Jueves..., no hay época sin su representación. Y si miramos al plano individual y tomando solo nombres recientes, al instante nos asaltan los de Mingote, Forges, Máximo, Martímorales y tantos más.
Pero lo que hoy me interesa no es sacar a la palestra toda esa buena nómina de humoristas, sino insistir en el hecho de que el humor, y me refiero ahora solo al gráfico, no debe estar reñido con la ortografía. Digo esto porque últimamente me estoy encontrando más ejemplos de los necesarios en los que unos buenos "monos"se ven acompañados de una descuidada ortografía. Como muestra, la imagen que incluyo hoy, que nos ofrece un erróneo del por qué donde debiera haber aparecido simplemente del porqué.
Y aunque en diciembre pasado hubo un apunte sobre esta cuestión, no creo que esté de más insistir en ella, pues se trata de un uso que genera, es cierto, muchas dudas y equivocaciones. En nuestra lengua podemos encontrar los siguientes casos:
Hay un porque, conjunción causal o final, que es una sola palabra llana y sin tilde (Hago esto porquea causa dete aprecio; hago esto porquepara quete sientas bien).
También hay un porqué, sustantivo sinónimo de razón o motivo, que es una sola palabra aguda y con tilde y que siempre va precedida de determinantes (Ignoro el porqué de su conducta; no tienes ningún porqué para hablar así).
Hay, además, un por qué que no es sino el pronombre interrogativo qué (con tilde) precedido de la preposición por (¿Por qué me has engañado?; no sabía por qué hizo tal cosa).
Se da un por que, que es el pronombre relativo que (sin tilde) precedido de la preposición por (Esa es la ventana por que por la cualentró el ladrón).
Y, finalmente, existe un por que que es la conjunción completiva que (sin tilde) acompañada de la preposición por exigida por el verbo que antecede y que encabeza oraciones subordinadas sustantivas (No hay que preocuparse por que vuelvan los malos tiempos).
Espero que la exposición pueda servir a alguien para aclarar las dudas que en este caso concreto se le puedan presentar. Zalabardo, al menos, me dice que él ya lo ha entendido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El apunte de hoy me ha aclarado muchas cosas, como siempre. Por ello, permítame, escritor, que usando sus mismas palabras construya una frase que englobe los distintos aspectos del tema de hoy: "si no hay que preocuparse por que vuelvan los malos tiempos, y puesto que no hay ningún porqué para ello, entonces, ¿por qué me preocupa?"
No me preocupa, uno ya va de vuelta casi en todo. De todos modos, a veces me preocupo por algunas cosillas. Por ejemplo, ahora mismo me preocupo por el hecho de que usted estará saturado de mis comentarios, de tantos comentarios. En realidad, me he quedado solo y debo confesarle que no era ni mi intención, ni mi propósito. Por un lado me da pena que no participe nadie en un blog de esta calidad. Entonces, yo mismo me digo: "¡pues el apunte de hoy también tendrá al menos un comentario, aunque sea del mismo de todos los días!". Otras veces, como ahora, me digo: "¿te estarás poniendo pesado con tantos comentarios? Soy tan reiterativo que hasta podría estar induciendo en alguien la idea de que debo tener algún interés para ello. Nada más lejo de mi deseo, créame, aunque nunca le haya dado motivos para ello. Pero estoy dispuesto a corregirme si usted lo deseara. Quiero decir que le bastaría un simple gesto, un simple deseo, para que yo dejase de molestarle con mis comentarios.
Lo mismo a estas alturas ya ni me lee, total, ¿qué iba a aprender usted de mí? Y si no me lee, ¿cómo se va a enterar de que le brindo la posibilidad de no volver a escribir ningún comentario más? Usted no necesita que hagan comentarios en su blog, usted escribe su agenda por Zalabardo, su inseparable conciencia, y porque le gusta escribir. Pero, además, porque tiene voluntad para ello. ¿Sabe usted?, ese no es mi caso. Yo ni sé escribir como para hacerlo (pero sí que me gustaría), ni tengo su formación y su capacidad, y mucho menos su voluntad. De hecho, lo poco que he escrito es gracias a su agenda, es decir, al hecho de que leo sus apuntes y me inspiran cosas que decir. Supongo que le encantaría que esto mismo le pasara a sus alumnos. Pero no se preocupe, ¡esto sólo le pasa a los viejos!
Si llega a leer esto mañana y si desea que no le incorpore más comentarios, dígamelo, por favor, o simplemente incluya en el apunte de mañana las palabras "sin comentario" con ocasión de lo que quiera, que yo sabré interpretarlo.
Y para que se quede tranquilo y no crea que soy como una pesadilla que le acompaña en todos sus apuntes, le diré que también escribo en otros blogs, pero no tan insistentemente como en el suyo.
Su admirador, el viejo de la colina.

Anónimo dijo...

A propósito del apunte del biodiesel, que acabo de releer, ya ha subido el pan. Los que podían hacerlo han visto el momento oportuno a raíz de que la prensa de hace unos días lo anunciara, y lo han hecho. Pero podría no ser la única subida para los próximos meses. Ahora bien, ¿sabe alguien qué es lo que ha cambiado en los últimos días para que se produzca la subida? Sólo el hecho de que la opinión pública se haya mentalizado a través de las noticias de los medios de información. Siempre el mismo mecanismo. Como los ciudadanos no nos emglobemos en estructuras sociales que defiendan nuestros derechos, estaremos siempre al son que nos toquen.
El viejo de siempre.