PRIDIE NONAS SEPTEMBRARIAS
¿Se puede saber a qué viene ese título con cierto aire cabalístico?, me dice Zalabardo nada más darse cuenta de la imagen que he escogido para hoy y el título que doy al apunte. Pero procuro tranquilizarlo y le pido un poco de paciencia, pues mi intento no es otro que el de hablar de algo muy común en estos días en que nos vamos metiendo en la tarea escolar: el calendario y su diferencia con lo que sea un almanaque.
Porque aunque, por lo común, se tomen como palabras sinónimas lo cierto es que en su origen no lo son, e incluso daré un ejemplo actual que nos ayude a entender la diferencia. En el principio, podríamos decir imitando al Génesis, fue el almanaque y solo más tarde aparecieron los calendarios. Zalabardo queda expectante, esperando ver por dónde salgo; así que voy a ello sin dilación y, de ser posible, con brevedad.
En los albores de la humanidad, los hombres nómadas regían su actividad por el movimiento del sol y por la búsqueda de las circunstancias, de temperatura, pastos, etc., más favorables. Cuando se hicieron sedentarios y dejaron de viajar tras el sol, necesitaron estudiar este movimiento para conocer cuándo habría lluvia y cuándo sequía, cuando crecerían los ríos, cuándo germinarían las semillas y cuándo estarían en sazón. De esta manera aprendieron a leer en el curso del sol las horas, los días, las semanas y los meses, las estaciones y todo cuanto precisaban. De esta forma, dividieron el firmamento en doce casillas o manakh y estudiando las condiciones de cada uno, determinaban la época apropiada para cada actividad, y se señalaban qué días serían afortunados y cuáles infaustos, y se hacían predicciones y augurios. Parece que fueron los egipcios los primeros en actuar así. Luego, los árabes nos transmitieron la palabra con la forma al-manakh, de donde nuestro almanaque. Por eso, Covarrubias decía que los almanaques "son tablas de astrología". En el siglo XVIII, Diego de Torres y Villarroel se hizo famoso, entre otras cosas, por sus almanaques, en uno de los cuales llegó a predecir, incluso, la Revolución Francesa. En nuestros días, se sigue publicando el tan clásico como añejo Almanaque El Firmamento, es decir, el famoso Almanaque Zaragozano, de Don Mariano Castillo y Ocsiero.
El calendario es otra cosa. Lo inventaron los romanos ante la necesidad de señalar los días en que vencían los préstamos y las deudas de los negocios. El día primero de cada mes se celebraban las Calendas (de ahí calendario). El día de la luna llena eran los Idus, que, según los meses, coincidía con el día 13 o 15. Y la otra marca importante para los romanos eran las Nonas, que tenían lugar nueve días antes de los Idus. La víspera de cada uno de estos días era el Pridie. Y si nosotros contamos los días con referencia al pasado (hoy han pasado cuatro días desde el inicio del mes) los romanos contaban con referencia a un dato futuro (hoy es la víspera —pridie— de las Nonas —nueve días antes del 13, que son los Idus— del mes de septiembre). Por eso el raro título de hoy. Pero los cristianos convirtieron este calendario romano —relación de los días de un mes— en, como dice Covarrubias, el "catálogo y martirologio para el rezado y leyenda de los santos". Por eso, hoy se celebra la festividad de los santos Cándida, Rosa, Consolación, Rosalía y Marino.
Me dice Zalabardo que lo dejo anonadado con tanta cantidad de datos. Pero yo le quito importancia y le digo que esto no tiene ningún valor, porque la información, como se decía de la realidad en Expediente X, está ahí afuera y solo hay que buscarla. Eso sí, le pido disculpas si este apunte ha resultado un poquitín largo, pero era difícil condensarlo más.
1 comentario:
Muy curioso el apunte de hoy. Dice en él que "fueron los egipcios los primeros en actuar así", sin embargo, para muchos autores e investigadores, los documentos escritos más antiguos que se conservan son babilónicos (sumerios), tal vez por estar hechos sobre arcilla blanda y luego cocidos; si no han sufrido el saqueo de las dos últimas guerras de Iraq, el total de las tablillas encontradas asciende a más de setenta mil, que no está mal. Por su parte, como los egipcios escribían con tinta sobre papiro, material más fácilmente destructible, los documentos que nos han llegado hasta nuestros días son más recientes que los babilónicos. En todo caso, se acepta que son los antíguos mesopotámicos los creadores de la escritura, de la numeración decimal y de la sexagesimal. Esto supone que el calendario más antiguo es también el babilónico que, en resumen, consta de 12 meses de 30 días y añade un mes más cada seis años; por su parte, el egipcio consta igualmente de 12 meses de 30 días más cinco días celestiales.
La vida social de los babilónicos tenía lugar en los templos: de ellos dependían los campesinos, en ellos trabajaban los artesanos y en ellos se proyectaban las grandes obras de ingeniería, se anotaban las lindes de cada propiedad y en ellos, por todas estas necesidades, se inventó la escritura y la primitiva ciencia mesopotámica (fueron los inventores del cero).
Es un gozo leerle, maestro.
El viejo de la colina.
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