viernes, agosto 17, 2007


EL DÍA DE LOS TRAMPOSOS

El Tour de Francia de este verano ha ofrecido más material para la crónica de sucesos que para la deportiva. Ya empezó un poco tocado del ala con todo lo que arrastraba de la edición anterior y el asunto de Floyd Landis, desposeído de su triunfo final por haber dado positivo en un control antidopaje. Este año, la cosa comenzó exigiendo de los ciclistas participantes una declaración jurada referida a su "limpieza de sangre". Era algo así como si, en un juicio, un juez exigiera del acusado que hiciera demostración absoluta de su inocencia.
Y así comenzó todo. Luego hemos asistido a esa serie sin fin de abandonos y descalificaciones por, digamos, conductas deshonestas, al no actuar los implicados con solas sus propias y naturales fuerzas para vencer al resto en la carretera. Moreni, Ibán Mayo, Rasmussen, Vinokúrov, Kashechkin. Claro, por ese camino, ya surgieron las sospechas hacia el vencedor final, Contador, y ahora se habla también de Valverde. Consecuencias: televisiones que se niegan a seguir un deporte que se dice "sucio", retirada de las invitaciones a determinados equipos para próximas pruebas, patrocinadores que se escabullen de ese circo...
Ya se han acabado los tiempos heroicos del ciclismo, como, creo, de todos los deportes. Zalabardo afirma recordar aquellos años en que los ciclistas, ante un pinchazo, no tenían más remedio que desliarse de la espalda la cámara de repuesto, colocarla, llenarla de aire con el inflador, colocar de nuevo la rueda y seguir. Sin llegar a tanto como él, yo "presencié" a través de la radio, todavía no había televisión, la machada de Bahamontes, el Águila de Toledo, que subió solo el Tourmalet y, al llegar a la cima, se paró a tomar un helado y esperar la llegada de los demás.
Pero la suciedad del dopaje no se da exclusivamente en el ciclismo, ni creo que los ciclistas sean los más tramposos de todos. Posiblemente ellos estén más controlados y por eso sale lo que sale. Pero hacia donde miremos, salta la liebre del dopaje como sistema para obtener unos resultados más brillantes: se habla del atleta Justin Gatlin, del jugador de béisbol Barry Bonds, del corredor africano Adil Kauch. De siempre, los títulos y marcas de lo que se llamaba Europa del Este dejaban un raro tufillo a métodos no del todo fiables.
Me dice Zalabardo que a lo mejor tenemos que renunciar por el momento al lema de los juegos olímpicos (altius, citius, fortior, es decir, más alto, más rápido, más fuerte) y empezar de cero para que lo que siempre ha sido un día de gloria no se convierta en el día de los tramposos. Porque no cabe duda de que, por medios estrictamente humanos y naturales, llegará un momento en que ya nadie podrá saltar más, nadie correrá los cien metros en menos tiempo, o nadie podrá ganar ya más pruebas, aunque sea porque las ha ganado todas. En los últimos años hemos asistido a unos avances de la técnica que han permitido a los deportistas llegar un poco más allá. Pero algún día se alcanzará un límite en el que la técnica sea tan avanzada que el hombre no pueda aportar nada a ella. ¿Quién sería en ese caso el vencedor, el hombre o la máquina?
La idea de Zalabardo no es mala, como tampoco es nueva, pues yo ya había leído que no sé quién proponía anular todas las marcas conseguidas hasta ahora. Sería la vuelta a los orígenes. ¿Habría, entonces, que abandonar el uso, por ejemplo, de aquellos nuevos materiales que aportan más posibilidades a deportistas y atletas? No necesariamente, pero sí establecer un límite. Que el deportista se valga, por encima de todo, de sus propias fuerzas. Y, aunque pueda parecer exagerado, que tenga que solucionar sobre la marcha, como el antiguo ciclista arreglaba los pinchazos de su bicicleta, las incidencias que se le presenten.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escritor, aunque estoy con usted en casi todo lo que dice en este apunte, no puedo estarlo en la idea final:"Que el deportista se valga, por encima de todo, de sus propias fuerzas. Y, aunque pueda parecer exagerado, que tenga que solucionar sobre la marcha, como el antiguo ciclista arreglaba los pinchazos de su bicicleta, las incidencias que se le presenten." ¿Por qué? Pues porque hay muchos deportes (remo, tiro con arco, vela, esgrima, motociclismo, ciclismo, salto con pértiga, etc.) donde se han producido grandes avances en las marcas gracias a la introducción de los nuevos materiales y de nuevas tecnologías. Por ejemplo, las pértigas de hoy son más flexibles y ligeras e impulsan más que las de antes, gracias a esos nuevos materiales.
No podemos volver la espalda al avance (sin el cual esta agenda no exixtiría), pero la honestidad debe ser la primera marca a batir todos los días en todas las actividades humanas.
El viejo de la colina.