Complemento es una palabra polisémica, es decir, que pertenece al grupo de aquellas que tienen significados diferentes según el contexto en que aparecen. El primero de sus significados es el que sirve para designar lo que se añade a otra cosa porque sin ello no estaría íntegra o sería menos perfecta.
En el mundo de la moda y de la decoración, un complemento es cualquier accesorio de la indumentaria, sea masculina o femenina, o el detalle que aporta algo diferente al conjunto en el que encuentra. Una flor, un cinturón, un pañuelo (en la vestimenta); un cuadro, un jarrón (en la decoración), son elementos que modistas, diseñadores y decoradores cuidan con esmero. Porque hay conciencia clara de que el complemento tiene un valor determinado que puede hacer crecer o decrecer el del objeto al que se aplica.
Zalabardo, que sabe de mis orígenes y es conocedor de que yo me crié en un taller (nunca olvidaré aquellas tardes de mi niñez en que mi madre y las jóvenes que con ella trabajaban aliviaban el cansancio de la tarea escuchando las novelas de Sautier Casaseca de la SER y los programas de discos dedicados), me pregunta si hoy pienso hablar de la moda. Le digo que no, que son otros los complementos de los que quiero hablar.
Y es que, en gramática, el complemento es la palabra o sintagma que determina el significado de otros componentes, especialmente del verbo. De ahí su interés: un complemento bien utilizado hace más fácil de entender la frase en la que se incluye. Por el contrario, un complemento mal utilizado la oscurece y dificulta. El llamado complemento circunstanccial, que es el que vamos a ver, determina el tiempo, causa, finalidad, modo, lugar, etc., del proceso enunciado por el verbo.
De una noticia incluida el pasado viernes en El País, entresaco dos citas. Dice la primera: ...cuando ambos ediles salían de una cafetería después de haber participado en un almuerzo al que asistió el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, sobre las seis de la tarde. Y dice la segunda: ...que el Ayuntamiento cedió a una constructora una parcela municipal en la urbanización La Paca donde permitió una edificabilidad mayor a la programada a cambio de 187.000 euros, cuando según el PSOE el valor de mercado del suelo superaba los 800.000 euros. Los dos casos son muy semejantes; tenemos tres verbos tras el tercero de los cuales (en el primer ejemplo) y tras el segundo (en el segundo) se pone un complemento que se refiere al primer verbo: el primer texto se debería haber redactado ...los ediles fueron detenidos a las seis después de haber asistido..., y el segundo ...cedió una parcela a cambio de 187.000 euros cuando el valor de mercado del suelo superaba... De esa forma, evitaríamos malinterpretar que "Rajoy asistió a las seis de la tarde" o que "permitió mayor edificabilidad a cambio de..."
¿Hay alguna regla que nos ayude a colocar bien estos complementos? Simplemente la que nos dice que los pongamos allí donde sea fácil saber de qué verbo dependen y no exista ninguna posibilidad de que los creamos referidos a otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario