viernes, enero 12, 2007

SER O NO SER

Quería haberme mantenido al margen de la agria discusión que, mal que me pese, se ha originado. Pero Zalabardo, que hoy esperaba impaciente mi vuelta del instituto, me dice que eso no es posible; que si yo, aunque sea tan solo de modo indirecto, he dado pie a ella, tengo, por lo menos, que mediar. ¿Y qué les puedo decir?, requiero preocupado de Zalabardo. Él no me responde; se limita a pasarme un libro que al instante reconozco como el Quijote. Es el primer volumen de la edición del cuarto centenario, la dirigida por Francisco Rico. Colijo que, en mi ausencia, Zalabardo ha estado meditando sobre el tema. El ejemplar tiene unas tiras de papel marcando unas determinadas páginas. Abro por la primera marca y me encuentro con el capítulo quinto de la primera parte. Don Quijote ha quedado en el suelo, maltrecho, después de ser apaleado por el mozo de unos mercaderes. Acierta a pasar por allí un vecino que lo reconoce y se apresta a socorrerlo. Oyendo las incoherencias que recita el caballero, le dice: "Mire vuestra merced, señor, pecador de mí, que yo no soy don Rodrigo de Narváez [...] ni vuestra merced es Valdovinos, ni Abindarráez, sino el honrado hidalgo del señor Quijana." A lo que don Quijote reponde: "Yo sé quién soy, y sé que puedo ser, no solo los que he dicho, sino todos los Doce Pares de Francia."
¿Sería la novela cervantina igual si el protagonista hubiese sido Alonso Quijano, o es lo que es gracias a que el protagonista es don Quijote?, me pregunta Zalabardo, que, sin dejarme responder, continúa: Si Alonso Quijano era don Quijote porque quería serlo, tal como podía haber sido otro, ¿por qué no dejamos que Andrés, el de Benalmádena, el viejo de la colina, sea quien quiera ser? ¿No pudiera darse el caso de que esta agenda, sin él, resultase diferente? Y sigue sin dejarme intervenir: Tú también le comunicaste ya tus dudas, ¿no? Pues punto. Le digo que estoy de acuerdo y que debemos dejar que cada cual sea quien y como quiera ser. Que no debemos vetar la participación de nadie. Que si yo me hice cargo de su agenda y la publicaba sin pedir permiso a nadie, debía estar abierto a cualquier intervención o a cualquier crítica, dentro de los exigibles marcos del respeto a las personas. Y así seguirá. Que cada cual, en fin, se vista con los ropajes que quiera, que yo procuraré que los nuestros estén lo más limpios posible, aunque sin adornos estridentes. Eso sí, le añado, me gustaría que los comentarios que se envíen versaran sobre el contenido de las notas.
Cuando le voy a devolver su libro, Zalabardo me indica la otra tira de papel. Veo que es el prólogo de la segunda parte, cuando Cervantes se queja del apócrifo Quijote, que se había adelantado a la segunda parte verdadera, y de quien lo compuso, y dice: "...pues no osa aparecer a campo abierto y al cielo claro, encubriendo su nombre, fingiendo su patria, como si hubiera hecho alguna traición de lesa majestad. Si por ventura llegares a conocerle, dile de mi parte que no me tengo por agraviado." ¿Y qué digo a esto? Que tampoco yo me siento agraviado porque alguien oculte o disfrace su nombre. Que, mientras seamos educados y respetuosos, lo mismo me da que se finjan nombres o se mantenga el anonimato; aunque, para ser sincero, me agradaría, si acaso he de dirigirme a alguna persona, hacerlo por su nombre, aunque sea fingido. Una sola cosa me molestaría: que alguien pretendiera aprovecharse de la agenda que Zalabardo me presta para buscar fines diferentes a los que el propio Zalabardo pensó. E incluso si así fuera, allá cada cual con su conciencia, que la de Zalabardo y la mía, por ahora, están tranquilas.
Le pido opinión a Zalabardo sobre lo que he escrito ya que, al fin y al cabo, su contenido nos concierne a los dos. Lo lee, mueve la cabeza a un lado y otro, y con su habitual tono socarrón, dice: siempre es posible hacer mejor todo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy Andres, el viejo de la colina. me presento antes de nada para evitar que alguien que no lo desee lea mi comentario. no iba a escribir mas pero como no puedo dejar de leer la agenda de zalabardo y en la de hoy he encontrado preocupado al escritor, yo que tambien me siento responsable de lo que ha ocurrido me veo obligado a hacer mi declaracion de intenciones. creo que lo que ha pasado no tiene la menor importancia ni transcendencia. en realidad nadie ha perdido las formas todos hemos escrito acerca del contenido de cada dia y lo unico que se puede decir es que un viejo cascarrabias como yo ha metido las narices donde no le llaman. el problema si lo hay lo he originado yo, señor escritor. asi que no se preocupe. pero como a mi me cuesta mucho expresar mis pensamientos por escrito y ademas tengo faltas de ortografia y no se en resumen escribir, unido todo esto a que soy algo impulsivo, he originado un gran rechazo entre los lectores de la agenda.
Sin mala intencion por mi parte y solo animado de un enorme deseo de escribir como ustedes desde hace casi un mes he venido haciendo mis primeros comentarios en la agenda y creo que he llegado a mejorar mucho pero tengo que hacer un gran esfuerzo, de verdad.
la literatura esta llena de creaciones maravillosas como la que el escritor pone de ejemplo, don quijote, personaje que una vez creado podia llegar a trasponer los deseos de su creador.
preocupa mucho quien soy. el escritor ha recurrido amablemente a la literatura para resolver el conflicto. ¿que mas da? estoy dispuesto a respetar todas las reglas del juego y dejare de escribir cuando el propio zalabardo me lo pida, por algo es su agenda. pero en mi declaracion de intenciones puedo deciros que soy un jubilado que vive en una de las muchas colinas de benalmadena y que esto no es un disfraz pues tengo vida propia.
Hare un esfuerzo por mejorar mi prosa y tambien por contener mis ideas un tanto disparatadas que, sin embargo, parecen ser ese contrapunto que no gusta.
Con la ayuda de mi nieta y la lectura de esta agenda (y tambien otras) espero llegar a mejorar.
Yo soy feliz a mis años participando aqui esto es algo que se lo cuento a mis amigos y no se lo creen y ellos han sido los primeros en insistirme en que no les de ningun problema.
En cuanto a mi mala ortografia, si en lugar de ser un inculto jubilado hubiera sido ese Garcia Marquez del que tanto hablan, me hubieran soportado igual. y si fuera un escritor de reconocido prestigio, me hubieran rezachazado lo mismo. Señor escritor este es mi unico y verdadero contrapunto: ser lo que realmente soy y presentarme como soy pero puesto que no nos conocemos y estoy ya curado y mas que curado de espantos, siempre he deseado entrometerme hasta ver a donde llega la tolerancia de las personas. todos somos muy santos y democraticos hasta que llega la hora de la verdad. cuando saltamos irritados por algo que no nos gusta, algo intolerable, somos tambien intolerable.
No se si me explico. Para acabar, pido disculpas a todos, considero ya calmado que no hay ningun problema, no se preocupe escritor por nada, su agenda es maravillosa de verdad. Especialmente pido disculpas a mi critico y reconozco la bonda de JAG que a pesar de incomodarlo personalmente un dia, ha sido junto con RL y otros anonimos personas amables que han defendido mi participacion aqui.
Y a usted escritor, quien pudiera tener la formacion y la mente abierta que tiene ( aunque mejor que siga con ella porque yo soy bastante mas viejo.
Andres.

Anónimo dijo...

Sin duda Andrés, usted es todo un ejemplo de la experiencia que en general da la vida y en concreto la vejez. Siga escribiendo en esta agenda,por favor.
DR