viernes, enero 26, 2007

REFRANES (1)

Llevaba unos días queriendo echar mano del refranero para apoyar las palabras que iba escribiendo en la agenda acerca de determinadas ideas, en especial aquella que tanto he defendido de que el lenguaje no es sexista y que los sexistas, en todo caso, somos nosotros. Le pedí a Zalabardo, que generalmente piensa como yo, ayuda en la tarea y hoy parece ser el día en que todo está dispuesto. No hemos podido utilizar el Vocabulario de refranes (escrito en el siglo XVII, pero no publicado hasta 1906), de Gonzalo de Correas, y que es el más amplio corpus de esta naturaleza, pero si los Más de 21.000 refranes castellanos, de mi paisano Francisco Rodríguez Marín, volumen que se publicó en 1926.
Se suele definir el refrán como un 'dicho agudo y sentencioso de uso común'. Por agudo habría de entenderse que es gracioso y oportuno y por sentencioso, que contiene moralidad o doctrina. Pero lo que yo quiero venir a decir es que, en muchas ocasiones, el refrán no es ni tan gracioso, ni tan doctrinal y lo que encierra una opinión del común de la gente, o de quien lo ha creado, fundada en los prejuicios sociales del momento. Eso de Refrán de los abuelos es probado y verdadero o eso otro de Refrán viejo nunca miente creo que son enunciados que habrá que poner en cuarentena. Y es lo que de forma breve queremos exponer.
Zalabardo me ha seleccionado una amplísima lista de refranes que, por desgracia, no cabrán en esta hoja, pero con algunos ejemplos creo que tendremos suficiente. Hay, en principio, dos tipos de refranes: los que enuncian verdades de validez universal y cuyo contenido está fuera de cualquier espacio y tiempo: No olvide su cuna quien haga fortuna y Tan duro es al necio callar como al discreto hablar mal pueden ser muestras de ello y, posiblemente, los más numerosos y, también, los que meejor responden al sentido e intención inicial de los refranes. Pero hay un segundo tipo que tienen por objeto zaherir a alguien o expresar tópicos y prejuicios muy extendidos en un momento dado y son hijos del pensamiento y la estructura social de una época concreta.
Empezamos. Rara es la población, sea ciudad o aldea, sobre la que no hay un refrán que los del pueblo vecino, por envidia, resentimiento o simple mala intención gustan repetir y empiezo por el de mi pueblo, para que nadie diga: De Osuna, ni la luna; y mujeres, ninguna. Otros más son: Cordobés y hombre de bien no puede ser, De Jerez, ni buen viento, ni buen casamiento, ni mujer que tenga asiento (refrán que, de manera semejante, se aplica a Jaén, Úbeda, Aragón...). Ubrique, mala mosca te pique. De Alcañiz, ni conejo ni perdiz; y, si puede ser, ni hombre ni mujer. De Antequera, ni mujer ni montera; y, si algo ha de ser, más vale montera que mujer. Y de Andújar y de Loja, creo que todos sabemos un refrán que deja mal parada la fama y honestidad de lojeñas e iliturgitanas.
Bien decía más arriba que aquí no cabrían todos los refranes que me ha recogido Zalabardo. Ni los refranes ni el argumento. Así que tendré que seguir mañana para no extenderme más de lo habitual.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El origen del refranero se pierde en el tiempo igual que las frases famosas de sabias personas, ya clásicas, que pueden venirnos bien en muchas situaciones. Tienen total vigencia como éstas que entresaco de un prolífico personaje del siglo XVIII:

1)"Las tres cosas más difíciles de esta vida son: guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo".
2)"O caminamos todos juntos hacia la paz, o nunca la encontraremos".
3)"El corazón del loco está en la boca; pero la boca del sabio está en el corazón".
4) "No perdáis una hora, porque no estáis seguros de un minuto".
5) "La ociosidad, como el moho, desgasta mucho más rápidamente que el trabajo".
6)"De aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero".
Y para acabar este pequeño repertorio, esta otra del mismo autor que bien delata sus años:
"Toma consejo en el vino, pero decide después con agua".
Espero que haya gustado.
SC