jueves, septiembre 14, 2006

SOBRE EL USO DEL ADJETIVO HUMANITARIO

Lo siento, pero tengo que insistir en una cuestión ya planteada: la responsabilidad de los medios en el adecuado uso del lenguaje. En la necesidad de que quienes trabajan en ellos sean conscientes del bien, o del mal, que pueden causar en quienes los leen o escuchan.
Zalabardo se me echa a reír en plena cara y me dice que lo hace por doble motivo. El primero por creer que aquellos a quienes me dirijo fueran a poner algún empeño en mejorar. Me dice que los periodistas, o un número alto de ellos, hablan y escriben mal, y los políticos, aún peor. El segundo motivo, continúa, es mi candidez por pensar que alguien pueda no ya hacer caso a lo que escribo, sino leerme siquiera. Me dice con sorna: ¿Cuántos comentarios has recibido hasta ahora?
Le digo que eso ya lo sé yo, pero que esta es una manera de imponerme disciplina y escribir cada día un comentario sobre usos lingüísticos o sobre temas de actualidad. Y digo que hoy tengo que insistir porque uno de los usos que comento ya lo toqué no sé si anteayer o ayer. Tiene que ver con el mal empleo de los pronombres personales átonos. Leo en una crónica sobre el partido que ayer jugó el Real Madrid: El Madrid era incapaz de darle velocidad a las jugadas. Vamos a ver, ¿a quién se refiere le? A las jugadas (era incapaz de dar velocidad a ellas). Si es así, habría que escribir darles y no lo que pone.
El otro comentario gira en torno al empleo que se hace del adjetivo humanitario. Esto no lo aviso yo, que ya lo denunció hace mucho tiempo don Fernando Lázaro en uno de sus dardos. Pero, que si quieres arroz, Catalina. ¡Mira que cuesta desterrar un error una vez que se ha extendido! Hoy (pero puede ser cualquier día), en la radio, oía (pero se ve continuamente escrito) referirse a una catástrofe humanitaria. ¡Dios mío, qué expresión más contradictoria! ¿Cómo una catástrofe va a ser humanitaria? Cojo el diccionario de la RAE, pero vale cualquiera, y leo: humanitario, ria. Que mira o se refiere al bien del género humano 2. Benigno, caritativo, benéfico 3. Que tiene como finalidad aliviar los efectos que causan la guerra u otras calamidades en las personas que las padecen. La Cruz Roja, por ejemplo, realiza labores humanitarias. ¿Pero en qué cabeza hueca cabe que una catástrofe pueda ser humanitaria? Si acaso, será humana, es decir, relativa al hombre.

1 comentario:

sol dijo...

Muchas gracias por educarnos