lunes, noviembre 20, 2006

CASTIN

Hay veces que parece que nos ha caído del cielo algo que necesitábamos. Ayer hablaba de la facilidad que, a mi modesto entender, tiene la lengua inglesa para crear términos que nos eviten expresiones más largas y complejas. Y es posible que yo sea demasiado atrevido al afirmar tal cosa porque, como ya decía, desconozco esa lengua y todo lo que diga no son sino simples conjeturas a partir de los ejemplos que percibo. Me preguntaba también por qué nuestra lengua no hace más uso de tales recursos. Esa búsqueda de la economía expresiva ha sido siempre una baza legítima y ayuda para hacer aparecer vocablos que puedan ser fácilmente aceptados por cualquier hablante.
Hoy leo en SUR una entrevista con una persona que se nos presenta como responsable de la agencia Modexpor. ¿Verdad que suena bien el nombre? Existen empresas cuyo cometido no es otro que el de crear nombres de marca para otras empresas. No sé si alguna ha intervenido en esta de la que hablo, pero tampoco importa. Lo importante es que es un nombre que nos remite pronto a moda o modelos y a exportación y, sin embargo, se ajusta perfectamente a nuestro idioma, huyendo, por ejemplo, de una terminación en t que le daría a la palabra un aire foráneo. Se trata, pues, de un acrónimo (proceso por el que se cogen una o más sílabas de varias palabras para formar una nueva) parecido a los que veíamos ayer.
Se dedica esta empresa, que creo entender que es malagueña, a la selección de modelos para publicidad, cine o cualesquiera otras necesidades. Lo que ya no me ha gustado es que, junto a palabras muy castizas para su actividad, usan otras que debieran ser evitadas. Doy algún ejemplo: dice esta persona que ellos buscaron la figuración para la última película de Antonio Banderas. Perfecto, porque esa palabra significa conjunto de figurantes o extras para una película o espectáculo. Y, aunque es algo más discutible, emplea perfil, que significa conjunto de rasgos peculiares que caracterizan a alguien, para señalar a la persona que posee esos rasgos. Pero, junto a ellas, ya digo que hay otros términos que no son de recibo. Esta persona reitera el uso de casting y su plural castings para hablar del proceso de selección del reparto de una película o de los participantes en un espectáculo. Para tal misión, si es que no queremos selección, las diferentes Academias de la Lengua Española proponen en el Panhispánico el empleo de castin y su plural cástines. Es pura lógica. La otra expresión que no me gusta de esta entrevista es reality shows. Hace ya tiempo que en nuestra lengua se viene usando, aunque no lo recojan ni el DRAE ni el Panhispánico, telerrealidad.
Ya un día comenté el caso de camping y parking, para los que se proponen campismo o campin y parquin. Lo dicho entonces, vale ahora. No es cuestión de que nos guste más o menos. Es el simple hecho de ajustarnos a nuestra ortografía y a nuestra fonética. Así de simple.

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