lunes, octubre 16, 2006

LA PALABRA MÁS LARGA

En todos los campos se ha dado siempre la tendencia a buscar "lo más" como si la calidad fuera cuestión de magnitud o cantidad. La calabaza más grande, el libro de más páginas, la paella para mayor cantidad de personas. Siempre lo más largo, lo más grande, lo más alto.
Si miramos hacia el cine, tenemos la batalla más larga, la mayor catástrofe rodada, la mayor cantidad de extras, el beso más largo, etc. Si nos quedamos con el metraje de las películas, yo estaba creído en que la película más larga jamás rodada había sido Intolerancia, de David W. Griffith, allá por los albores del cinematógrafo, que en su primer montaje, nunca estrenado, llegó a las ocho horas de duración, aunque luego quedó en solo 207 minutos. Mas, buscando en los entresijos de internet, encontramos la inefable Lo que el viento se llevó, con 211 minutos, que la desbanca. Pero la palma se la lleva una película de la que yo jamás tuve noticia. Su título, en inglés, The cure for insomnia, El remedio para el insomnio, o algo así. Su duración, 5.220 minutos, ¡87 horas! Tendré que preguntarle a José Manuel si él conoce este dato.
Con las palabras se puede hacer una competición parecida. ¿Cuál es la palabra más larga de nuestra lengua? Zalabardo me ayuda en la tarea y nos ponemos a pensar; terminadas con los sufijos -mente o -miento, es verdad que salen unas cuantas de cierta extensión, aunque tienen menos mérito que otras. Rebuscando en nuestro cerebro encontramos constantinopolitano, con 19 letras, o contrarrevolucionario y desoxirribonucleótido, con 20 letras cada una. Pero a las tres supera esternocleidomastoideo, con 22. La verdad es que, ya desde pequeño, este músculo, que no es el mayor, me resultó simpático, aunque fuera solo por su nombre. Por cierto, que no me molestaré en averiguar si existe una palabra más larga; si la hay, espero que alguien envíe su comentario a esta nota de la agenda.
En el uso del lenguaje hay gente que tiende también a alargar los vocablos, como si de esta forma tuvieran más significado o a ellos se les entendiera mejor. Este vicio ya lo atacó hace años Fernando Lázaro, pero no ha remitido. En prensa, en radio, en televisión nos los encontramos continuamente. Si queremos tener más fuerza, no culpemos a nadie, culpabilicémoslo; no legitimemos una actuación, mejor la legitimizamos; quien lideriza una facción es más líder que quien simplemente lidera; habrá más posibilidades de éxito si en lugar de fecundar fecundizamos. A veces el alargamiento de una palabra se consigue no con el sufijo -izar, sino añadiendo, además, un innecesario prefijo: embarnizar, empolvorizar o encanalizar en lugar de las formas más plebeyas barnizar, empolvar o canalizar.
Lo peor de todo es que las palabras que comento han entrado ya en el DRAE, como si tuviésemos necesidad de ellas. Así que, si tenemos algún problema con el ordenador, no lo reiniciemos, será mejor inicializarlo. Y si yo acabo este comentario, que ya se va alargando, mejor será que lo finalice, que para eso la palabra es más larga.

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