lunes, octubre 09, 2006

VISADO DENEGADO

Hay ocasiones en que Zalabardo me mira de una forma especial, con una medio sonrisa que avisa que va a intentar cogerme por sorpresa o a traición o que va a procurar pillarme en algún tipo de renuncio. Hoy me miraba así cuando, de improviso, me ha dicho: "Si siempre dices que la lengua es como un organismo vivo, que pertenece al pueblo, y que las gramáticas y los diccionarios van indefectiblemente por detrás, ¿cómo se decide qué transformaciones se aceptan y cuáles no?; ¿qué normas rigen la sustitución o adopción de una nueva palabra, un giro expresivo o una variante sintáctica?"
Le aguanto la mirada y, luego, porque sé que quiere pillarme, me pienso la respuesta. Y es que hay preguntas que, aunque muy fáciles de enunciar, tienen una más compleja respuesta; esta es una de ellas. De todas formas, le digo: tendríamos que decir que cuando la palabra, giro o variante se generalicen en su uso. Me mira sin dejar la medio sonrisa, y es que sabe cómo voy a continuar: pero... "Siempre hay un pero, ¿cuál es esta vez?", me dice. Y yo continúo: pero, si el proceso no se realiza de acuerdo con la lógica interna de la lengua o a sus modos de funcionamiento, no hay por qué aceptar ningún cambio.
Espera que le dé ejemplos y no tardo en escoger algunos. Si cada uno de los dos extremos de un eje es un polo, polarizar, figuradamente, tendría que ser distribuir o concentrar algo en torno a los polos o a dos opciones contrapuestas; entonces, ¿cómo vamos a dar carta de naturaleza, cómo vamos a entregar un visado de libre circulación a un término como bipolarización, aunque lo recoja el diccionario de la RAE? Otro ejemplo: no hace mucho que comentaba en otro lugar la introducción del anglicismo master para referirnos a los cursos de posgrado; su equivalencia en español sería maestro o maestría, pero si optamos finalmente por adoptarlo, ¿por qué no lo españolizamos como máster? Y termino. La vigésima segunda edición del DRAE, de 2001, recoge adhesivo como 'objeto que, dotado de una materia pegajosa, se destina a ser adherido en una superficie'. Pese ello, más adelante recoge el término autoadhesivo, que en la edición vigésima primera, de 1992, no aparecía; y la define como 'que tiene una sustancia que le permite adherirse con facilidad'. ¿Qué diferencia hay entre ambas? ¿Qué razones avalan la inclusión de la segunda en el diccionario, por mucho que la gente la utilice? Pues eso.

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